Acusan de asesinato a sospechoso de matanza en iglesia de comunidad negra EEUU, retenido en cárcel

Por Harriet McLeod y Alana Wise y Luciana Lopez CHARLESTON, EEUU (Reuters) - Familiares de algunos de los nueve feligreses afroamericanos abatidos a tiros en una histórica iglesia de Carolina del Sur increparon el viernes al joven blanco de 21 años acusado de las muertes, antes de que un juez ordenara su detención sin fianza. Dylann Roof, que apareció en una emisión de video desde la cárcel donde fue trasladado tras una operación de búsqueda de 14 horas el jueves, se mostró tranquilo y mirando al suelo mientras el juez James Gosnell pedía su detención y hablaban los familiares de las víctimas. "Que Dios tenga piedad de tu alma", dijo la madre de la víctima más joven, Tywanza Sanders, de 26 años, mientras Roof miraba inexpresivo. El ataque del miércoles contra la Iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel de Charleston, que tiene casi 200 años, se produjo en un año marcado por protestas en todo Estados Unidos por las muertes de hombres negros desarmados a manos de policías en ciudades como Nueva York, Baltimore y Ferguson (Misuri), causando algunos de los mayores disturbios raciales desde el movimiento por los derechos civiles de los años 60. Roof habló poco durante la audiencia, respondiendo con brevedad a las preguntas del juez, confirmando su nombre, su dirección y diciendo que está desempleado. El juez Gosnell, que carece de autoridad para liberar a Roof por los nueve cargos de asesinato que enfrenta, fijó una fianza de 1 millón de dólares por el cargo de posesión de arma que pesa también sobre él. Roof permanece bajo custodia. Carolina del Sur es uno de los apenas cinco estados que no tienen una ley contra crímenes de odio, que habitualmente impone sanciones adicionales por los delitos graves cometidos en razón de la raza, género u orientación sexual de la víctima. Desde el presidente, Barack Obama, quien aseguró que el ataque despertó recuerdos de "un oscuro pasado", a los residentes de Charleston, los ciudadanos mostraron su ira por un acto que busca provocar una "guerra racial" en Estados Unidos. La última de una serie de matanzas que sacudieron Estados Unidos también ilustró algunos de los riesgos que presenta la liberal ley de armas del país, que según sus defensores está protegida por la Segunda Enmienda de la Constitución. Alana Simmons, cuyo abuelo, el reverendo Daniel Simmons, de 74 años, murió en el ataque, también expresó su perdón. "Aunque mi abuelo y las otras víctimas murieron a manos del odio, esta es una prueba, la plegaria de todos por su alma es una prueba, de que vivieron con amor", dijo Simmons. "Sus legados vivirán con amor, para que el odio no venza. Quiero dar las gracias al tribunal por asegurarse de que el odio no gana", agregó. Además del pastor de la iglesia y miembro del Senado estatal, Clementa Pinckney, de 41 años, otras víctimas fueron los pastores DePayne Middleton Doctor, de 49 años y Sharonda Coleman Singleton, de 45. También murieron Cynthia Hurd, de 54 años y empleada de la biblioteca pública; Susie Jackson, de 87; Ethel Lance, de 70; y Myra Thompson, de 59, pastora adjunta a la iglesia, dijo el juez de instrucción del condado. La iglesia fue fundada a principios del siglo XIX por fieles negros que no podían practicar su fe en iglesias dominadas por los blancos. El edificio fue quemado hasta los cimientos a fines de los años 20, cuando uno de sus fundadores difundió planes para una revuelta de esclavos, pero más tarde fue reconstruida. Pese a la indignación por los asesinatos, en la capital de Carolina del Sur continúa ondeando la bandera confederada, que fue el símbolo del sur proesclavitud durante la Guerra Civil estadounidense. (Reporte adicional de Luciana Lopez y Brian Snyder en Charleston, y Suzannah Gonzales en Chicago. Editado en español por Marion Giraldo, Patricia Avila y Carlos Serrano)