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El sorpresivo viaje de Nicolás Maduro a Cuba para homenajear a Fidel Castro

Nicolás Maduro estuvo con Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel
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LA HABANA.- Mientras en Venezuela siguen las dudas y tironeos por las elecciones regionales del pasado domingo, sobre todo con el recuento en el feudo chavista de Barinas, Nicolás Maduro, salió sorpresivamente ayer de su país rumbo a Cuba, para la inauguración en La Habana del Centro Fidel Castro Ruz, una obra que recuerda al líder de la revolución cubana a cinco años de su fallecimiento.

El centro, el primer y único edificio en la isla con el nombre de Fidel Castro, quedó abierto oficialmente en una ceremonia encabezada por el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, con la presencia del exmandatario Raúl Castro y altos dirigentes del Partido Comunista.

La apertura, transmitida por la televisión cubana y sin discursos inaugurales, se limitó a una obra de la compañía de teatro infantil La Colmenita, que Maduro presenció desde el lugar de los invitados especiales.

Maduro, que no viajaba a Cuba desde diciembre de 2019, definió a Fidel Castro como “un héroe trascendental e inquebrantable que supo guiar al pueblo cubano en medio de las dificultades”, según un mensaje publicado en su cuenta de Twitter por la mañana. Por la noche, mostró un video de su paseo por La Habana junto a su mujer, Cilia Flores.

Castro (1926-2016) encabezó la revolución contra la dictadura de Fulgencio Batista. Triunfó en 1959, y luego instauró un régimen socialista que todavía perdura.

En 2006, producto de un deterioro en su salud cedió su poder a su hermano Raúl, quien a sus 90 años está retirado. Tras un convalecencia de una década, Fidel Castro falleció el 25 de noviembre de 2016 a los 90 años.

Algunos cubanos lo recordaban ayer con nostalgia, aunque otros dicen no extrañarlo.

“Fidelista y castrista”

“Yo soy fidelista y castrista. La gente no sabe bien la cantidad de personas que Fidel sacó de la pobreza en este país. Los negros, los campesinos, le tienen que agradecer toda la vida”, dice a la AFP Juan Monduy, de 71 años y que formó parte del equipo de seguridad de Castro.

Rigoberto Celorio, un teniente coronel retirado de 85 años, considera que era el único capaz de adelantarse a los problemas. “A estas alturas (...) hubiera hecho muchísimo más. Como decimos, le hubiera metido la mano a los problemas que tenemos”, afirma.

A cinco años de la muerte de Fidel Castro, el país vive una profunda crisis económica. El PBI se desplomó 11% en 2020, su mayor caída desde 1993, provocando escasez de alimentos y medicinas. Además, el endurecimiento de sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump perduran con Joe Biden en la Casa Blanca.

En los últimos años también surgió una nueva generación que reclama derechos y libertad de expresión. Y en este 2021 ocurrieron las históricas manifestaciones de 11 de julio, seguidas por un intento de protesta que fue prohibido este mes.

“Con Fidel, estas marchas no las hubieran ni propuesto”, considera Celorio.

Pero Enrique, un turista de Santiago de Cuba (este) que no quiso dar su apellido, dice no extrañarlo “para nada”.

“Uno quiere cambios. ¿Cómo no va a querer cambios? Pero aquí uno no se puede expresar libremente. Fíjate cuánta gente hay presa por participar en la protesta del 11 de julio”, indica el hombre de 32 años.

Al menos 1270 personas fueron detenidas por las protestas de julio, de las cuales 658 siguen presas, según la ONG de derechos humanos Cubalex.

“Yo soy Fidel”

Las conmemoraciones comenzaron el miércoles por la noche, cuando cientos de estudiantes se congregaron en la Universidad de La Habana bajo una fuerte lluvia para recordar con música, danza y palabras al “Comandante en jefe”.

Unos 200 jóvenes comunistas “pañuelos rojos” realizaron la tarde del jueves una bulliciosa marcha en honor a Castro.

“Si Fidel es comunista, que me pongan en la lista” y “Yo soy Fidel”, gritaron los jóvenes que portaban flores blancas y rojas, y cargaban una réplica del Granma, el yate que trajo a Castro desde México a Cuba en 1956.

La marcha salió del Parque del Quijote y se dirigió al Malecón, el mismo trayecto que pretendió hacer el líder opositor Yunior García, el pasado día 14, vestido de blanco y con una rosa. Esa manifestación solitaria fue impedida por la policía que rodeó su casa antes de que pudiera salir.

Criticado por sus adversarios, que le acusaban de hacer culto a su personalidad, Fidel Castro pidió que no se le hicieran monumentos. Cumpliendo su deseo convertido en ley, en Cuba no hay estatuas, ni calles o parques en su honor, aunque su imagen está presente en el país de múltiples maneras.

Agencia AFP