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Convertir el mar en las minas del futuro: ¿un plan sostenible?

Las plantas desalinizadoras se encargan de extraer las sales y otros minerales presentes en el agua de mar para conseguir agua potable. Por cada litro que se filtra, se obtiene medio litro de agua apta para el consumo humano. La otra mitad es agua que debe devolverse al mar, por su elevada concentración de sales y minerales.

El proyecto europeo Sea4Value busca extraer los minerales y metales de alto valor procedentes de los deshechos generados en las plantas de desalinización. Los materiales que se desprenden suelen ser litio o magnesio, muy valiosos para la industria actual e indispensables para la fabricación de artículos como los teléfonos móviles. El objetivo es que las desalinizadoras se conviertan en una nueva fuente de materias primas, pudiendo sustituir a la minería tradicional.

Sea4Value se inició el pasado 1 de junio y acabará en mayo de 2024, con un presupuesto de cerca de siete millones de euros. Durante cuatro años, un consorcio formado por socios de España, Alemania, Italia, Bélgica, Ucrania, Países Bajos y Finlandia trabajará en el desarrollo de nuevos proyectos. Este plan incluirá procesos como el uso de tecnologías avanzadas de separación selectiva, concentración y cristalización para transformar una parte del vertido de las desalinizadoras en una fuente sostenible de materias primas.

Plata desalinizadora en la isla de Lanzarote, Islas Canarias. Foto: Getty Images.
Plata desalinizadora en la isla de Lanzarote, Islas Canarias. Foto: Getty Images.

Una de las empresas participantes es Técnicas Reunidas, multinacional española especializada en ingeniería y construcción de infraestructuras para el sector del petróleo y del gas. El director de la división de Desarrollo de Tecnologías de la compañía, Javier Limpo, está convencido de que este proyecto es tecnológicamente viable. La incógnita, no obstante, es si económicamente resulta factible. En caso afirmativo, esta tecnología podría estar integrada en el mercado de aquí a seis años, según estima el experto.

Ventajas e inconvenientes de las desalinizadoras

Las desalinizadoras se encuentran dentro de la estrategia de energía circular de la UE, que se basa en el reaprovechamiento de recursos ya extraídos de la naturaleza. Este sistema permite disminuir la dependencia de la industria de las importaciones de terceros países, ya que España tiene mucho mar y los minerales se extraen localmente.

A diferencia de la minería actual, las desalinizadoras son una fuente inagotable de recursos. A medida que escaseen estos materiales, su precio se irá encareciendo. Además, las plantas desalinizadoras son una alternativa para afrontar el problema de la escasez de agua en el sector agrícola.

Por otra parte, hay quienes afirman que este método no es bueno para el medio ambiente, sobre todo, por el volumen de energía que requiere este proceso o por las grandes cantidades de salmuera que se retornan al mar. La salmuera impacta en los ecosistemas marinos e incide en los grupos más sensibles, como las plantas acuáticas o los crustáceos. Al final, el agua que va a parar al océano tiene el doble de salinidad.

A pesar de que la desalinización representa una opción atractiva para atender la falta de recursos hídricos, requiere esfuerzos e importantes inversiones que no todas las compañías están en condiciones de realizar. Tampoco se trata de una solución rápida, porque es necesario realizar estudios ambientales y de ingeniería antes de poder comenzar su construcción.

Está por ver si esta modalidad es realmente efectiva, algo que podremos comprobar dentro de unos años. Lo que sí está claro es que el insostenible modelo económico actual va a requerir de alternativas ecológicas, sustitutivos que puedan garantizar los suministros para la población sin comprometer (aún más) el medio ambiente.

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