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La sombra del SARS: China aprendió por las malas cómo lidiar con una epidemia

Por David Stanway

SHANGHÁI, 22 ene (Reuters) - La aparición de un nuevo virus en el centro de China ha traído consigo dolorosos recuerdos de otra enfermedad respiratoria virulenta que causó estragos en todo el mundo e hizo que a las autoridades sanitarias del país les costara recuperar la confianza de la población.

Sin embargo, expertos en salud mundial señalan que China ha avanzado mucho desde 2003, cuando fue acusada de intentar encubrir un importante brote de un virus que provocaba el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SRAS), previamente desconocido y cuya origen podría estar en los mercados húmedos de la provincia de Guangdong antes de propagarse a las grandes ciudades. Hasta 774 personas murieron en una epidemia que llegó a casi 30 países.

Ahora, casi 17 años después, los responsables del Gobierno insisten en que han aprendido de los errores del pasado mientras intentan contener la nueva cepa viral de neumonía, que ha infectado a 440 personas, la mayoría de ellas en la ciudad de Wuhan, y ha matado a nueve desde que se identificó por primera vez a finales del mes pasado.

Liu Heng, un asesor del Gobierno chino, dijo que el país tardó unos cuatro o cinco meses en anunciar al público el brote de SARS, y que esta vez había tardado menos de un mes.

"Estamos mucho mejor ahora... Estamos prestando mayor atención a la prevención de la epidemia", dijo a los periodistas.

Li Bin, viceministro de la Comisión Nacional de Salud, dijo a periodistas el miércoles que desde 2003, China ha establecido nuevos procedimientos integrales para manejar las principales amenazas a la salud.

"Con sistemas de prevención y control relativamente completos para las enfermedades repentinas e infecciosas en funcionamiento desde el SRAS... y con el apoyo de grandes sectores de la población, confiamos en la victoria", dijo.

Un factor clave observado por los expertos, tanto en el país como en el extranjero, ha sido la rápida divulgación de información sobre la estructura genética del virus y la forma en que se ha propagado entre la población.

Li dijo que Pekín ha aprendido de sus experiencias con el SARS y que ahora está compartiendo todos los datos relevantes con las partes interesadas internacionales, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"La rapidez con la que se ha identificado este virus es una prueba de los cambios en la salud pública en China desde el SARS y la fuerte coordinación mundial a través de la OMS", dijo Jeremy Farrar, un especialista británico en enfermedades infecciosas que también trabajó en la lucha contra el SARS.

MEJOR INFRAESTRUCTURA

Los expertos afirman que los fallos del SRAS fueron causados por un sistema de salud con recursos insuficientes y excesivamente centralizado, con poca experiencia en enfermedades infecciosas y sin mecanismos de divulgación de la información. Los gobiernos locales también se mostraron reacios a asumir la responsabilidad de la rápida propagación de las infecciones.

Desde entonces, Pekín ha establecido el Sistema de Información para el Control y la Prevención de Enfermedades de China, que conecta hospitales y clínicas de todo el país e informa de los brotes en tiempo real. También ha establecido mecanismos específicos para las nuevas cepas de neumonía.

"China... ha desarrollado excelentes sistemas de vigilancia de enfermedades desde el SARS, incluyendo la vigilancia en tiempo real de los servicios de emergencia para las infecciones respiratorias agudas y graves, por lo que esto ayudará a la rápida identificación de nuevos casos", dijo Raina MacIntyre, responsable del programa de investigación de bioseguridad en el Instituto Kirby de Sydney.

El viceministro Li dijo que la infraestructura de salud de China también está ahora mejor preparada para hacer frente a la situación, dado que el país está listo para desplegar varios hospitales de "apoyo" que podrían ponerse en marcha si el número de personas infectadas se dispara aún más.

LA DESCONFIANZA PERSISTE

El silencio de las autoridades durante las primeras etapas del SRAS contribuyó a crear un rumor que desató el pánico en varias ciudades importantes y paralizó la economía. Según una estimación, la economía de China se desaceleró en torno a 1-2 puntos porcentuales en 2003 como consecuencia del SARS.

Esta vez, se ha advertido a los responsables de que se enfrentan a la ignominia pública si encubren cualquier infección, y el mensaje en todos los medios de comunicación estatales ha sido sobre la necesidad de una mayor transparencia. El tabloide Global Times, respaldado por el Partido Comunista, dijo el miércoles que "la ocultación sería un serio golpe a la credibilidad del Gobierno y podría desencadenar un mayor pánico social".

El presidente Xi Jinping ha prometido frenar la propagación del virus, que ha estallado justo antes de que la nación comience su mayor festividad esta semana, el Año Nuevo Lunar, durante el que cientos de millones de personas viajan.

Sin embargo, algunas personas dijeron que las autoridades chinas están tomando medidas enérgicas contra quienes difunden noticias sobre la enfermedad en internet.

Las redes sociales siguen inundados de acusaciones de encubrimiento, y todavía se están planteando algunas dudas sobre la exactitud y la rapidez en la comunicación de los datos proporcionados por el Gobierno de China.

"Sólo podemos juzgar la información que se nos proporciona y no tenemos forma de determinar si alguna información no se está divulgando", dijo MacIntyre.

Y la gran prueba de las lecciones aprendidas podría estar aún por venir, cuando los viajes de año nuevo podrían crear innumerables vectores nuevos para la transmisión potencial del virus.

Adam Kamradt-Scott, experto en enfermedades infecciosas del Centro de Estudios de Seguridad Internacional de la Universidad de Sídney, dijo que China ha "recorrido un largo camino" desde el brote del SARS.

"No estoy seguro de que podamos esperar más de ellos en esta etapa del brote, particularmente cuando están comprensiblemente enfocados en responder al brote y tratar de contenerlo antes de las celebraciones del Año Nuevo Lunar chino", dijo.

(Información adicional de Kate Kelland en Londres, Kevin Yao y Cate Cadell en Pekín; editado por Raju Gopalakrishnan; traducido por Emma Pinedo)