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Solein, el suplemento proteico "creado de la nada" en Finlandia que podría ayudar a salvar el planeta

Por Javier Roque Martínez-. Desde hace años, los científicos han alertado sobre los peligros de mantener las prácticas actuales de agricultura y ganadería, teniendo en cuenta los altos niveles de emisión de gases de efecto invernadero y consumo de agua asociados a estas. Es por eso que Solar Foods, una pequeña start-up finlandesa con base en Helsinki, se trazó el objetivo de producir alimentos a base de pura ciencia y energía renovable.

Suplemento proteico. Foto: Getty Creative
Suplemento proteico. Foto: Getty Creative

La empresa, fundada apenas en 2017 por antiguos científicos del Instituto Nacional de Investigación de Finlandia, presentó recientemente Solein, un suplemento proteico sin sabor que, al igual que el resto de sus homólogos del mercado, puede añadirse como complemento a cualquier tipo de comida, dígase panes, pastas, lácteos o sustitutos de carnes. La diferencia es que Solein está hecho “casi de aire”.

“Para salvar al planeta del cambio climático, necesitamos desconectar la producción de alimentos de la agricultura”, dijo Pasi Vainikka, CEO de Solar Foods, a CNN. En este sentido, según la propia empresa: la producción de Solein no requiere tierra cultivable o riego, y no está limitada por las condiciones climáticas. Se puede producir en cualquier parte del mundo, incluso en áreas donde la producción convencional de proteínas nunca ha sido posible".

Como la producción de cerveza

En teoría, el modo de preparación de este nuevo suplemento no difiere mucho del utilizado para la elaboración de la cerveza. Todo comienza con la inserción de un microbio en un tanque de fermentación lleno de agua. Sin embargo, en vez de alimentar al microbio con azúcar, los de Solar Foods han optado por hacerlo, más que nada, con pura energía renovable.

El microbio base de Solein se nutre fundamentalmente de hidrógeno y dióxido de carbono, ambos producidos por la propia Solar Foods. El hidrógeno se consigue a partir de la aplicación de electricidad sobre el agua que se vierte en el tanque de fermentación, mientras que el dióxido de carbono se extrae directamente del aire. Más adelante, a esta mezcla se le añaden diferentes nutrientes y vitaminas para enriquecerla desde el punto de vista nutricional.

De esta manera, según los resultados de las investigaciones desarrolladas por Solar Foods, la producción de Solein es 100 veces más amigable con el medio ambiente que la producción de carne, y 10 veces más que la de proteínas vegetales, eso sin contar el considerable ahorro de agua.

“Estamos haciendo lo mismo que las plantas, pero no necesitamos el sol”, asegura Vainikka. “Nuestro proceso es fundamentalmente más eficiente”.

El resultado final, que la compañía describe inteligentemente como “un alimento surgido de la nada”, es un polvo constituido aproximadamente por un 65% de proteínas, carbohidratos y grasas listo para ser agregado a cualquier snack. Es más, según Vainikka, la empresa no desecha la idea de que en algún momento pueda utilizarse como fuente de alimento para carne cultivada en laboratorio.

Obstáculos para la producción masiva

No obstante, Solar Foods aún debe enfrentar varios obstáculos para dar el gran salto y comenzar a producir masivamente frascos de Solein. El primero es la concesión de la aprobación reglamentaria para el consumo humano, todavía en desarrollo. Lo segundo: aumentar sus capacidades de producción.

Actualmente, la empresa está en condiciones de producir únicamente un kilogramo de proteína en polvo por día, muy lejos aún de lo necesario para procurarse un éxito relativo en el mercado. No obstante, lo que sí tienen claro los de Solar Foods es que el costo de producción rondaría los cinco o seis dólares por cada kilogramo de proteína 100%.

La producción de Solein y otros futuros derivados podría suponer un cambio necesario para balancear la obtención de alimentos y la preservación del medio ambiente, actualmente en jaque. A Tomas Linder, profesor de microbiología de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, le entusiasma la idea, ya que permitiría recuperar grandes extensiones de tierra y recuperar bosques, vitales para la obtención de dióxido de carbono de la atmósfera.

No obstante, Linder también ha plasmado su preocupación respecto a los niveles de emisión de carbono propios de este tipo de producciones. “También debe tenerse en cuenta que, para las cantidades que tenemos que producir, es necesario construir grandes bio-reactores, que conllevan mucho concreto y acero”, explicó.

A la espera de más estudios que den un veredicto final sobre cuán dañina sería la emisión de carbono resultado de la construcción de estos bio-reactores, Solar Foods trabaja desde ya para que la Agencia Espacial Europea autorice el consumo de sus productos por parte de los astronautas que se encuentren en órbita.