¿Para qué sirve el gobierno? | Opinión

El reconocido periodista y académico Nicholas Lemann formula en su libro “American Democracy” cinco preguntas fundamentales sobre nuestra democracia. La tercera pregunta es especialmente sugerente en el contexto sociopolítico actual:

¿Para qué sirve el gobierno?

Es una pregunta a la que respondemos indirectamente de acuerdo con nuestras afiliaciones políticas, ya sea como demócratas, republicanos o libertarios. Cada partido ofrece una respuesta diferente a la pregunta.

El profesor Lemann nos recuerda que ”la.democracia estadounidense es dinámica, no estática”.

Con el transcurso del tiempo nuestra democracia ha cambiado, y seguirá cambiando. Pero lo más importante es que el autor nos lleva a apreciar que la democracia estadounidense fue diseñada por personas que veían al gobierno centralizado con gran recelo y ansiedad.

De hecho, un tema fundamental en la filosofía política gira en torno a cuál es, o debería ser, la relación adecuada del Estado con el individuo.

¿Cuál debe ser el papel del gobierno en nuestras vidas?

Para algunos, el gobierno debe desempeñar un papel amplio y activo, utilizando su poder coercitivo para lograr una sociedad más igualitaria. Para otros, el papel del gobierno debe estar anclado en la conceptualización de los Padres Fundadores: gobierno limitado, preocupado principalmente por proteger nuestras vidas, nuestra libertad y nuestra propiedad.

Así que ¿para qué sirve el gobierno?

Volvamos a los inicios de nuestro gobierno. Alexander Hamilton, John Jay y James Madison, en los Federalist Papers, que abogaban por la ratificación de la Constitución, trataron de convencer a un público desconfiado de que el nuevo gobierno no los subyugaría. En el Federalista nº 51, Madison sostiene que el gobierno es necesario como reflejo de nuestra naturaleza humana:

“Si los hombres fueran ángeles, no sería necesario ningún gobierno. Si los ángeles gobernaran a los hombres, no serían necesarios los controles externos ni internos del gobierno. La mayor dificultad para crear un gobierno administrado por los hombres sobre otros hombres radica en esto: Primero hay que capacitar al gobierno para que controle a los gobernados; y luego, obligarlo a controlarse a sí mismo”.

Este pasaje de Madison se hace eco de los pensadores de la Ilustración y, en particular, del Tractatus Theologico-Politicus (1670) de Baruch Spinoza, donde el filósofo describe que el fin último del Estado “no es dominar o controlar a las personas mediante el miedo ni someterlas a la autoridad de otros. Por el contrario, su objetivo es liberar a todos del miedo, para que puedan vivir con seguridad (…) para que puedan conservar en el mayor grado posible su derecho natural a vivir y actuar sin dañarse a sí mismos ni a los demás (…) Por lo tanto, el verdadero objetivo del Estado es, la libertad”. (Citado en The History of Philosophy de A.C. Grayling).

Debo señalar que, aunque el pensamiento de Spinoza influyó en los documentos de los Fundadores, rara vez se le reconoce directamente. Spinoza desarrolló ideas muy debatidas sobre la autenticidad de la Biblia hebrea, y fue rechazado y expulsado de la sociedad judía.

A pesar de que las autoridades religiosas judías se han negado repetidamente a levantar el herem (la prohibición) contra él, la influencia de Spinoza ha sido reconocida por prodigios como Albert Einstein, Jorge Luis Borges, Isaac Bashevis Singer y otros. Una vez, cuando le preguntaron si creía en Dios, Einstein respondió: “Creo en el Dios de Spinoza que se revela en la armonía ordenada de lo que existe, no en un Dios que se ocupa de los destinos y las acciones de los seres humanos”.

Spinoza nos proporciona una respuesta sucinta y poderosa a la pregunta de para qué sirve el gobierno: “el verdadero propósito del Estado es, de hecho, la libertad”.

Si el verdadero propósito del gobierno es promover y defender nuestra libertad, hemos perdido el rumbo. El concepto de gobierno de los Fundadores era el de un gobierno limitado que dejara a los ciudadanos libres para perseguir su idea de la felicidad sin interferencia del Estado.

En la sociedad contemporánea hemos redefinido el propósito del gobierno para incluir la provisión de múltiples servicios sociales y más. Hoy en día no entendemos que un aumento del gobierno entrañe una disminución de la libertad.

El último libro de José Azel es “Sobre la Libertad”.

Correo: Joeazel@me.com.

José Azel
José Azel