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Dos sirios "desesperados" desafían el veto de Salvini en el muelle de Catania

Catania (Italia), 8 nov (EFE).- Dos sirios han pasado la noche sentados en el puerto de Catania (sur) tras lanzarse desde el barco humanitario que los salvó en el Mediterráneo, el Geo Barents, desafiando el veto impuesto por el nuevo Gobierno italiano a los inmigrantes que no considera "vulnerables".

Los dos se lanzaron este lunes desde la borda de la nave de Médicos Sin Fronteras (MSF) atracada en el puerto, desesperados por la situación a bordo, mientras que un tercero que se tiró luego al agua para ayudarlos, se embarcó después voluntariamente.

Tras nadar una corta distancia, llegaron al muelle, es decir, a suelo italiano, y desde entonces permanecen sentados en el suelo y se niegan a regresar a la nave que los salvó el 27 de octubre en el mar.

"Prefieren irse con la policía que volver al barco", explicó el jefe de misión del Geo Barents, Juan Matías Gil.

Su permanencia en el muelle significa que han conseguido entrar en territorio italiano, en un claro desafío a la nueva estrategia del Gobierno ultraderechista italiano para frenar el flujo migratorio por su frontera sur, la procedente del norte de África.

Su ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, con competencias portuarias, ha decretado que solo se permita el desembarco de los inmigrantes más frágiles salvados por esta nave, mientras que el resto debe quedarse a bordo para ser luego devuelto a aguas internacionales.

Así, hay dos barcos humanitarios "vetados" en el puerto siciliano: el Geo Barents, con 214 inmigrantes "rechazados", todos hombres paquistaníes, egipcios, bangladesíes y sirios, mientras que 357 "vulnerables" pudieron bajar, esencialmente mujeres, niños y enfermos.

Y el alemán Humanity 1 de la organización SOS Humanity, con 35 a bordo y de la que pudieron bajar 144 personas.

Se trata de una medida con la que el político ultraderechista ha emprendido una segunda pugna contra las ONG, a las que acusa de favorecer la inmigración ilegal, y contra las que ya decretó multas entre 2018 y 2019 cuando era titular de Interior mediante una férrea política de puertos cerrados por la que está siendo juzgado.

En cualquier caso, los dos sirios llevan casi veinticuatro horas sentados en el muelle, sometidos por el día a un intenso calor, bajo el sol, aunque reciben asistencia médica y psicológica y los voluntarios de Cruz Roja les dieron mantas térmicas, comida y agua.

Asimismo, anoche se aparcó un pequeño furgón a su lado para que pudieran pasar la noche y protegerse del descenso de las temperaturas de noche, agravado por la obvia humedad del puerto.

El senador del Partido Demócrata (PD) Antonio Nicita les visitó anoche y aseguró que "están bien" y que "simplemente se mantienen a la espera".

"Son las incongruencias legales de este caso. Tienen que bajar, ser escuchados, hacer las solicitudes correspondientes y seguir adelante", exigió por su parte el jefe de misión.

La clave de su situación es que el decreto de Salvini alude a las naves humanitarias que llegan a aguas o puertos italianos, y ni siquiera a todas, en concreto a la Geo Barents y la Humanity 1, sin hacer referencia a términos como "personas" o "inmigrantes".

Por lo tanto, aún se desconoce en qué situación jurídica se hallan. MSF está estudiando ofrecerles asistencia legal, explicó la portavoz Candida Lobes.

Uno de los sirios, de Damasco, ha explicado a los médicos que intentó escapar de Libia en seis ocasiones pero siempre fue interceptado por los guardacostas de ese violento país y devuelto a sus centros de detención donde sufrió todo tipo de abusos que le han dejado un perenne dolor en la espalda.

El otro emprendió su viaje a Europa para poder traer en el futuro a sus cuatro hijas, dado que residen en una zona controlada por grupos armados que "secuestran a las personas para pedir rescate y la situación está fuera de control".

Los dos han podido comunicarse con sus familias en las últimas horas, ya que estaban preocupados después de no haber podido hablar con sus seres queridos durante días.

Sin embargo, desde esta mañana se niegan a comer y beber y uno de ellos, con 39 grados de fiebre, acaba de ser trasladado al hospital, según fuentes de MSF.

En el Geo Barents, los activistas tratan de convencer al resto de inmigrantes para que no repitan el gesto de los dos sirios, después de que anoche frenaran a otro inmigrante que pretendía saltar por la borda.

Gonzalo Sánchez

(c) Agencia EFE