Los sirios celebran sus primeros rezos del viernes desde la caída de Al Assad
Los sirios han celebrado las primeras oraciones del viernes desde la dramática caída del presidente Bashar al Assad, reuniéndose en lugares de todo el país para celebrar el fin de medio siglo de régimen autoritario. Las concentraciones ilustran los drásticos cambios que se han producido en Siria menos de una semana después de que los insurgentes entraran en Damasco y derrocaran a Assad.
En medio de las escenas de júbilo, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió con aliados de toda la región y pidió un Gobierno provisional "integrador y no sectario". Blinken llegó a Irak en una escala no anunciada previamente tras mantener conversaciones en Jordania y Turquía, que respalda a algunas de las facciones insurgentes sirias. Hasta ahora, los funcionarios estadounidenses no han hablado de reuniones directas con los nuevos gobernantes de Siria
La principal fuerza insurgente, Hayat Tahrir al-Sham (HTS), ha trabajado para establecer la seguridad e iniciar una transición política tras tomar Damasco a primera hora del domingo pasado. El grupo ha tratado de tranquilizar a un público aturdido por la caída de Al Assad y preocupado por la presencia de yihadistas extremistas entre los rebeldes.
Los líderes insurgentes afirman que el grupo ha roto con su pasado extremista, aunque HTS sigue estando proscrito como grupo terrorista por Estados Unidos y los países europeos.
El líder de HTS, Ahmad al Sharaa, antes conocido como Abu Mohammed al-Golani, apareció en un mensaje de vídeo el viernes felicitando "al gran pueblo sirio por la victoria de la bendita revolución".
"Les invito a dirigirse a las plazas para mostrar su alegría sin disparar balas ni asustar a la gente. Y después, trabajaremos para construir este país, y como dije al principio, saldremos victoriosos con la ayuda de Dios".
Al Sharaa ha prometido llevar a Siria un Gobierno pluralista, tratando de disipar el temor de muchos sirios, especialmente de sus comunidades minoritarias, a que los insurgentes impongan un Gobierno extremista de línea dura.
Otro factor clave será conseguir el reconocimiento internacional para un nuevo Gobierno en un país en el que múltiples potencias extranjeras tienen la sartén por el mango. Los insurgentes árabes suníes que derrocaron a Assad lo hicieron con la ayuda vital de Turquía, viejo enemigo de las fuerzas kurdas apoyadas por Estados Unidos.
Roces con la zona fronteriza turca
Turquía controla una franja de territorio sirio a lo largo de la frontera común, respalda a una facción insurgente aliada de HTS y se opone firmemente a cualquier avance de los kurdos sirios.
Por otra parte, el ministro turco de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, dijo que la embajada de Turquía en Damasco reabriría el sábado por primera vez desde 2012, cuando cerró debido a la guerra civil siria.
Estados Unidos tiene tropas en el este de Siria para combatir a los remanentes del grupo Estado Islámico y apoya a los combatientes liderados por los kurdos que gobiernan la mayor parte del este.
Desde la caída de Assad, Israel ha bombardeado lugares en toda Siria, diciendo que está tratando de evitar que las armas caigan en manos extremistas y se ha apoderado de una franja del sur de Siria a lo largo de la frontera con los Altos del Golán ocupados por Israel, llamándola una zona de amortiguamiento.
Tras las conversaciones con Fidan, Blinken dijo que había un "amplio acuerdo" entre Turquía y Estados Unidos sobre lo que les gustaría ver en Siria. Esto comienza con un "Gobierno interino, inclusivo y no sectario, que proteja los derechos de las minorías y de las mujeres" y que no suponga "ningún tipo de amenaza para ninguno de los vecinos de Siria", afirmó Blinken.
Fidan afirmó que la prioridad era "establecer la estabilidad en Siria lo antes posible, impedir que el terrorismo gane terreno y garantizar que el Estado Islámico y el PKK no sean dominantes", en referencia al grupo Estado Islámico y al Partido de los Trabajadores del Kurdistán.
Ankara considera al PKK dentro de las fronteras de Turquía un grupo terrorista, al igual que a las fuerzas kurdas en Siria respaldadas por Estados Unidos. Un funcionario estadounidense declaró que, en Ankara, tanto el presidente Recep Tayyip Erdoğan como Fidan dijeron a Blinken que habría que responder a los ataques kurdos contra posiciones turcas.
EE.UU. ha estado tratando de limitar este tipo de incidentes en los últimos días y había ayudado a organizar un acuerdo para evitar enfrentamientos en torno a la ciudad de Manbij, en el norte de Siria, que fue tomada por combatientes de la oposición apoyados por Turquía a las fuerzas kurdas respaldadas por EE.UU. a principios de esta semana.
En Bagdad, Blinken se reunió con el primer ministro iraquí, Mohammed al Sudani, y afirmó que ambos países querían asegurarse de que el grupo Estado Islámico no aprovecha la transición en Siria para resurgir.
El funcionario estadounidense que informó a los periodistas dijo que Blinken había recalcado a al Sudani la importancia de que Irak ejerciera su plena soberanía sobre su territorio y su espacio aéreo para impedir que Irán transportara armas y equipos a Siria, ya fuera para los partidarios de al Assad o para el grupo militante Hezbolá en Líbano.