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Lo que pocos saben sobre la sindicalización de Starbucks, inspirada por Bernie Sanders

La sede de Starbucks Workers United en Búfalo, Nueva York, el 13 de octubre de 2021. (Libby March/The New York Times)
La sede de Starbucks Workers United en Búfalo, Nueva York, el 13 de octubre de 2021. (Libby March/The New York Times)

Maggie Carter, barista de Starbucks en Knoxville, Tennessee, es una presencia cálida y tranquilizadora que dice estar dispuesta a “dar su máximo esfuerzo” por los clientes.

También puede ser una pesadilla para los ejecutivos de Starbucks.

La campaña de organización sindical que comenzó en Búfalo, Nueva York, y que dio lugar a las dos únicas tiendas sindicalizadas de la empresa en Estados Unidos, se está extendiendo a otras ciudades y está siendo impulsada por trabajadores como Carter: jóvenes, bien educados y de tendencia política liberal.

Carter, quien empezó a distribuir tarjetas de sindicatos en su tienda poco después de que se anunciaron los resultados de las elecciones de Búfalo el mes pasado, estudia Periodismo de Radio y Televisión en la Universidad de Tennessee. Le apasiona el cambio climático, la lucha contra el racismo y los derechos laborales. Y su héroe político es el senador independiente de Vermont, Bernie Sanders.

“Bernie Sanders lo es todo para mí. Lo amo más que a nada”, señaló la barista.

Tal vez lo más desconcertante para Starbucks en su intento de contener la campaña sindical es que Carter parece representar el tipo de personas que la empresa ha contratado a lo largo de los años para reforzar su marca progresista.

Los expertos laborales dicen que, al buscar este tipo de empleados, Starbucks puede haber creado una fuerza de trabajo más proclive a la sindicalización y a hacer que la campaña de Búfalo cobre impulso.

“Si nos ponemos a pensar en el tipo de empleados que tienen, el estereotipo de la gente que trabaja allí parece ser cierto: mucha gente joven, que apoya a Bernie y que vive al día”, explicó John Logan, profesor de Estudios Laborales en la Universidad Estatal de San Francisco, refiriéndose a los socialdemócratas estadounidenses. “Este es el tipo de gente que puede adoptar esa postura y llevarla a sus últimas consecuencias. Podrían estar en Knoxville y Arizona con la misma facilidad que en San Francisco y Manhattan”, agregó el académico.

Un vocero de Starbucks, Reggie Borges, dijo que la empresa no tenía nada contra los sindicatos, pero que más bien estaba a favor de los “socios”, como se refiere a los empleados, y que a lo largo del tiempo había hecho cambios en respuesta a los comentarios de los trabajadores, lo que hacía innecesario un sindicato.

Len Harris, empleada de Starbucks, en Superior, Colorado, el 11 de enero de 2022. (Benjamin Rasmussen/The New York Times)
Len Harris, empleada de Starbucks, en Superior, Colorado, el 11 de enero de 2022. (Benjamin Rasmussen/The New York Times)

Apoyo sindical

Starbucks, que tiene más de 230.000 empleados en unas 9000 tiendas operadas por la empresa en todo el país, emplea a muchos trabajadores de mayor edad, de tendencia conservadora y con estudios de secundaria o inferiores. Algunos de los que no dudaron en sumarse a la campaña de sindicalización de Búfalo nunca fueron a la universidad.

Sin embargo, al menos en comparación con otros establecimientos de alimentación y venta al por menor, los clientes de Starbucks tienden a ser jóvenes, liberales y bien educados, y la contratación de la empresa parece reflejar esos datos demográficos. El informe anual de la empresa destaca a sus empleados como “contribuyentes significativos a nuestro éxito como marca global que lidera con propósito”.

Starbucks da los empleados que trabajan al menos 20 horas a la semana un seguro médico más generoso que el de la mayoría de sus competidores y ha dicho que aumentará el salario promedio de los empleados por hora a casi 17 dólares la hora para este verano, muy por encima de la norma del sector. La empresa también ofrece pagar la matrícula de los empleados admitidos para cursar una licenciatura en línea en la Universidad Estatal de Arizona, lo que le ayuda a atraer trabajadores con aspiraciones universitarias.

A su vez, estas personas tienden a ver con buenos ojos los sindicatos y diversos tipos de activismo social. Una reciente encuesta de Gallup reveló que las personas menores de 35 años o de tendencia liberal son mucho más propensas que otras a apoyar a los sindicatos.

Varios trabajadores de Starbucks que buscaban organizar sindicatos en Búfalo; Boston; Chicago; Seattle; Knoxville; Tallahassee, Florida, y el área de Denver parecían encajar en este perfil, ya que decían ser firmes partidarios de Sanders y otros políticos progresistas, haber asistido a la universidad o ambas cosas. La mayoría eran menores de 30 años.

“He sido parte de la organización política, en la campaña de Bernie Sanders”, dijo Brick Zurek, líder de una campaña sindical en un Starbucks de Chicago. “Eso me dio mucha habilidad”. Zurek, que utiliza títulos y pronombres de cortesía de género neutro, también dijo haber estudiado una licenciatura.

Len Harris, quien ayudó a dirigir una campaña en un Starbucks cerca de Denver, dijo: “Admiro el progresismo, el sentido de comunidad” de políticos como Sanders y la representante demócrata de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez. Ella comentó que era graduada universitaria y que estaba esperando cartas de admisión para sus estudios de posgrado.

La mayoría de los que están a favor de sindicalizarse se inspiraron en sus colegas de Búfalo. Sydney Durkin y Rachel Ybarra, que están ayudando a sindicalizar un Starbucks en Seattle, dijeron que los trabajadores de su tienda hablaban sobre la campaña de Búfalo casi a diario mientras se desarrollaba y que uno de ellos se puso en contacto con el sindicato después de que la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por su sigla en inglés) dio a conocer los resultados iniciales de la votación de Búfalo en diciembre (la segunda victoria del sindicato se anunció el lunes, después de que la junta resolvió las impugnaciones de las boletas de votación).

Búfalo

Ybarra dijo que la victoria les demostró a los trabajadores que era posible sindicalizarse a pesar de la oposición de la empresa. “Nuestros compañeros de Búfalo se convirtieron en superhéroes. Muchos de nosotros pasamos mucho tiempo con miedo a las represalias; ninguno de nosotros podía permitirse perder el trabajo, que nos recortaran las horas”, señaló.

Desde que tres tiendas de Starbucks en la zona de Búfalo solicitaron votar para sindicalizarse a finales de agosto, los trabajadores de 15 tiendas más de la cadena en todo el país siguieron su ejemplo. Al menos diez de las solicitudes se presentaron después de la victoria del sindicato en Búfalo. “Fue el día en que Búfalo anunció que había ganado un sindicato cuando dije: ‘Voy a intentar sindicalizar mi sucursal’”, recuerda Harris.

Logan, el profesor de Estudios Laborales, afirmó que este patrón podría haber dado un giro a la sabiduría convencional sobre la organización sindical. Por lo general, los sindicatos preferían dirigirse a empresas con un número más o menos pequeño de centros de trabajo grandes, porque la sindicalización de estos lugares crea una ventaja económica: una huelga en una de las varias fábricas grandes puede interrumpir las operaciones de una empresa, mientras que una huelga en una de las 9000 tiendas no repercute en las ganancias de la empresa.

A Starbucks no le faltan estrategias para resistirse a la sindicalización. Aunque las empresas deben negociar de buena fe con los sindicatos certificados por la NLRB, no están obligadas a aceptar un contrato y las negociaciones pueden prolongarse durante años. La empresa también puede permitirse gastar grandes sumas para desalentar la organización sindical.

Sin embargo, Starbucks, consciente de su imagen, podría decidir que arriesgarse a tener una reputación antisindical es más costoso que adoptar una postura más complaciente. “No quiere enemistarse con su base de clientes”, comenta Steven Swirsky, abogado de Epstein Becker & Green. “Han creado una marca con cierta mística a su alrededor. Hay que tener la sensibilidad de mantenerla, no de debilitarla”.

Varios trabajadores de Starbucks dijeron que la sindicalización no solo era una vía para mejorar su vida laboral, sino un objetivo en sí mismo y que apoyaban un sindicato por una cuestión de principios.

“Una de las principales razones por las que queremos tener un sindicato es para establecer el derecho a la organización sindical; es un poco circular”, manifestó Ybarra, en Seattle. “Intentan disuadir a la gente de crear cualquier organización comunitaria”.

© 2022 The New York Times Company

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