Tres simulaciones distintas enseñan visualmente las consecuencias tras controlar o no una pandemia

Diferencias entre hacer confinamiento, o no hacer nada en la curva de casos. (Imagen creative commons vista en Puertosynavieras).
Diferencias entre hacer confinamiento, o no hacer nada en la curva de casos. (Imagen creative commons vista en Puertosynavieras).

Con media Europa encerrada en sus hogares para frenar la expansión del Covid19 en la medida de la posible, y en medio de una sensación global de caos, Internet se ha vuelto nuestra principal fuente de información y concienciación. Es verdad, aún hay personas ignorantes y poco solidarias que creen que el asunto no va con ellos, y que poco cambiará la cosa si salen a airearse, pero lo cierto es que esta crisis solo se puede solucionar si todos ponemos nuestro granito de arena. Afortunadamente la gran mayoría lo hemos comprendido.

Y mientras terminamos de visualizar la importancia de encerrarnos, el personal sanitario ve como la gráfica de ingresados por Covid19 va en aumento, y como las camas de las UCIs se van ocupando sometiendo a un estrés tremendo al sistema público de salud. ¿Comprendéis ahora por qué los chinos construían hospitales enormes, rapidamente, como si fuera un Lego a tamaño real? Sus políticas restrictivas, entre ellas la cuarentena forzosa en el epicentro de la pandemia, Wuhan, lograron aplanar la curva dando tiempo a que los centros de salud pudieran atender decentemente a todos los enfermos, sin verse obligados a descartar a los que tenian menos posibilidades de supervivencia. Nosotros, como los italianos, nos encontramos ahora en las fases de aceleración de ingresos hospitalarios, lejos de alcanzar la cumbre, aunque con suerte el sacrificio conseguirá resultados similares a los vistos en China.

Para que quede clara la importancia del confinamiento (o “distanciamiento social” como dicen en Estados Unidos) Harry Steven ha escrito un artículo para el Washington Post accesible gratuitamente y en castellano desde este enlace. El artículo es especialmente interesante porque cuenta con la ayuda de una simulación informática, gracias a la cual cualquier persona puede comprender fácilmente los resultados de: 1 no hacer nada (como promueven los británicos), 2 poner en cuarentena forzosa una parte de la población (como hicieron los chinos en Wuhan) o 3 hacer un confinamiento estricto del total de la población, en que solo una octava parte de los 200 habitantes puedan moverse (algo parecido a lo que hacemos en España).

Obviamente las tres simulaciones se han simplificado de modo que baste con un simple contacto entre bolitas (que representan a los habitantes de una población de 200 habitantes) para que se dé el contagio. Además, se ha prescindido del concepto “muerte”, ya que de hecho veréis que el número de bolitas no varía durante la simulación, cuando en realidad algunas simplemente deberían desaparecer.

Podéis ver las simulaciones en en este vídeo subido por @JaviTannhauser a Twitter:

Si después de ver este vídeo, algunos siguen sin comprender el modo en que las distintas políticas de contención afectan a la curva de infectados, entonces es que ya no hay nada que hacer.

Me enteré leyendo WashingtonPost

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