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Trump insulta a un simpatizante por su peso y el hombre lo perdona: "Es lo mejor que le ha pasado a EEUU"

Si bien Donald Trump tiene un largo historial de insultos hacia todo el que difiera públicamente de su criterio -ya sean periodistas, congresistas, activistas proinmigrantes, deportistas y hasta actrices de cine para adultos- esta semana el presidente quedó en ridículo al humillar en medio de un mitin político a uno de sus propios simpatizantes.

El partidario de Trump, Frank Dawson, aplaude después de ayudar a expulsar a un pequeño grupo de manifestantes durante la manifestación del presidente en Manchester, New Hampshire, Estados Unidos, el 15 de agosto de 2019. REUTERS / Jonathan Ernst
El partidario de Trump, Frank Dawson, aplaude después de ayudar a expulsar a un pequeño grupo de manifestantes durante la manifestación del presidente en Manchester, New Hampshire, Estados Unidos, el 15 de agosto de 2019. REUTERS / Jonathan Ernst

El incidente ocurrió durante un evento electoral en Manchester, New Hampshire, cuando un hombre comenzó a sacudir el puño al aire mientras la seguridad del lugar conducía a un grupo de protestantes hacia la salida.

Frank Dawson lucía una camiseta con la frase “Trump 2020” en el momento en que se exaltó con los manifestantes que interrumpieron el mitin, pero el presidente no se percató de ese detalle.

Inmediatamente, lo atacó con insultos a su complexión física. “Ese tipo tiene un serio problema de peso. Vete a casa. Comienza a hacer ejercicio”, dijo Trump y pidió que fuera expulsado. “Sáquenlo de aquí, por favor”, añadió.

“Tiene un problema mayor que yo”, continuó el mandatario de 72 años, de quien en febrero un examen médico arrojó que presentaba un índice de masa corporal de 30.4. Todo valor superior a 30 es considerado obesidad.

El presidente siguió bromeando ante miles de espectadores: “Ahora él se va a casa y su madre le dice: '¿Qué demonios has hecho?'".

Trump llamó a Dawson

No fue hasta que se disponía a retirarse en el Air Force One hacia su club de golf de Bedminster, Nueva Jersey, que Trump descubrió que se trataba de un simpatizante.

Un alto funcionario de su Administración dijo a la prensa que el mandatario llamó por teléfono a Dawson y que, aunque no pudo comunicarse con él personalmente, le dejó un mensaje de voz, algo verdaderamente inusual.

El partidario de Trump, Frank Dawson, aplaude después de ayudar a expulsar a un pequeño grupo de manifestantes durante la manifestación del presidente en Manchester, New Hampshire, Estados Unidos, el 15 de agosto de 2019. REUTERS / Jonathan Ernst
El partidario de Trump, Frank Dawson, aplaude después de ayudar a expulsar a un pequeño grupo de manifestantes durante la manifestación del presidente en Manchester, New Hampshire, Estados Unidos, el 15 de agosto de 2019. REUTERS / Jonathan Ernst

Y Dawson afirma que no se siente molesto con su presidente a pesar del incidente. En declaraciones a Fox News, dijo que entendió que Trump se confundió, y calificó al mandatario como “lo mejor que le ha pasado” a Estados Unidos.

“Creo que él pensó que yo era parte de eso (la protesta) pero no lo era. Yo era la parte buena”, expresó. “Todo está bien. Me encanta este tipo. Es lo mejor que le ha pasado a este país”, sentenció Dawson.

Esta misma semana, Trump ha enfrentado una oleada de críticas derivadas de otra serie de insultos que emitió a mediados del mes pasado contra un grupo de congresistas demócratas por su ascendencia étnica y religiosa.

Congresistas demócratas Ilhan Abdullahi Omar (Izquierda) y Rashida Tlaib (Derecha) BRENDAN SMIALOWSKI / AFP / Getty Images
Congresistas demócratas Ilhan Abdullahi Omar (Izquierda) y Rashida Tlaib (Derecha) BRENDAN SMIALOWSKI / AFP / Getty Images

Previamente el presidente instó a “volver a sus países” a Alexandria Ocasio-Cortez, neoyorquina de origen puertorriqueño; a la afroamericana Ayanna Pressley; a Rashida Tlaib, natural de Detroit de padres palestinos; y a Ihlan Omar, que llegó a EEUU de niña procedente de Somalia.

Esta vez, los insultos devinieron en serias consecuencias. Tras las presiones de Trump y a un mes de pedirles que dejaran de “decir al país más poderoso de la Tierra cómo debe gobernarse”, el gobierno de Israel les ha negado la entrada al país y ha vetado de forma indefinida a Omar y Tlaib.