El superalimento desconocido que pocos saben preparar bien
Kale por aquí, kale por allá... En los últimos años pocos productos se han granjeado la etiqueta de 'superalimentos'. Ojo, porque en el caso de la kale tiene aún más mérito, ya que esta col rizada de la familia de la berza, era, hasta hace poco, una auténtica desconocida, muy por detrás en popularidad del aguacate, por ejemplo.
"La kale no está de moda por cualquier razón. Admite una enorme variedad de usos y, además, tiene propiedades nutricionales muy interesantes. Aporta un montón de vitaminas, entre ellas la A y la K, que es muy necesaria para la correcta absorción de calcio. Además, cuenta con omega 3, que es un ácido graso muy raro de encontrar en el mundo vegetal. También aporta hierro, por ejemplo", explica Sergi Barulls, chef ejecutivo de Flax & Kale (en el nombre llevan su devoción por este vegetal), un concepto de restaurante que apuesta por poner en el centro los vegetales de una manera creativa y sabrosa. Cuentan con locales en Barcelona y en Madrid. El de Madrid, inaugurado muy recientemente.
"Nosotros en Flax & Kale hacemos unas 'chips' de kale pensadas para sustituir a las patatas fritas como aperitivo. Utilizamos unas de las variedades más conocidas, la winter, que es la que usualmente se encuentra en supermercados. Utilizamos una pasta de anacardos, especias, aceite, levadura nutricional y bayas de goji para embadurnar bien esa kale y la metemos en el horno entre 10 y 12 horas para deshidratarla. La temperatura se sitúa entre los 40 y 45 grados, con lo que no pierde sus propiedades", comenta Barulls.
Sin embargo, a no ser que se cuente con el saber hacer de Barulls es cierto que la kale puede conducir a más de una decepción cuando se prepara en casa. Son muchas las personas que la compran y que la utilizan como reemplazo de una lechuga o de cualquier otra hoja verde en una ensalada. El efecto conseguido puede no ser el deseado... la kale no es una rúcula o un canónigo listo para comer. "Claro, la kale necesita un proceso previo. Hay que amasarla con aceite, domarla. Lo primero que hay que hacer es quitarle el tallo y cortarla muy fina. A partir de ahí hay que empezar con el 'manoseo' para romper el nervio y que vaya soltando el agua durante unos minutos. Con la kale pasa lo mismo que con la col del chucrut alemán: o hay un proceso previo o no resulta agradable de comer". Cuantos más minutos se masajee el kale más tierno quedará...
Una vez que la kale ya se encuentra en este punto, las posibilidades para aprovecharla son enormes. Obviamente, ya está lista para emplearse en ensaladas en las que se lleva bien con multitud de ingredientes, especialmente con aquellos que tienen un punto dulce como el tomate, el mago o el aguacate...
"La verdad es que la kale, además de en ensaladas o en 'chips', puede incluirse en multitud de recetas. Es posible hacer croquetas de kale y también cremas. Es una verdura que también se puede incluir en guisos o en caldos. Por supuesto, luego están los batidos y los zumos verdes, a los que ya estamos más que acostumbrados", resume Barulls.
A veces, la kale incluso puede ser sustituta de la lechuga o de la espinaca. Un ejemplo es una de las hamburguesas en carta donde "tras escaldarla primero para romperle las fibras, se utiliza com sustituta de la clásica hoja de lechuga". En Flax & Kale también han experimentado haciendo unas espinacas a la catalana sustituyendo esta verdura por kale. "O un trinchat de la Cerdanya, una receta clásica entre las clásicas, que se hace a partir de col, patata y panceta. Aqui sustituimos esta col por el kale con lo que, además, logramos darle un toque de color". Otra muestra de todo lo que pueda aportar el kale en la cocina... siempre que antes le hayamos dado su correspondiente masaje, claro.