En Sevilla, los socialistas españoles cierran filas en torno a Pedro Sánchez
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) celebra desde este viernes en Sevilla su 41º congreso, en el que se espera que el presidente Pedro Sánchez refuerce aún más su control sobre el partido, en un momento de debilidad por las acusaciones de corrupción en su entorno.
El último ejemplo de la voluntad de cerrar filas fue la dimisión, el miércoles, del responsable de la federación del partido en la Comunidad de Madrid, Juan Lobato.
Lobato se vio obligado a abandonar su cargo tras implicar a una consejera de la Moncloa, la sede de la presidencia del Gobierno, en uno de los casos que amargan la vida a Sánchez desde hace meses.
El exresponsable socialista compareció este viernes ante el juez que investiga el origen de las filtraciones sobre un acuerdo negociado entre la Justicia y el compañero de la presidenta conservadora de la región de Madrid, encausado por fraude fiscal, para perjudicarla a ella.
Además, otras personas próximas al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, están en el punto de mira de investigaciones judiciales, entre ellas su esposa Begoña Gómez, su hermano David Sánchez y también José Luis Ábalos, su exministro de Transportes, considerado durante mucho tiempo su mano derecha.
"Las personas que van a ir a ese congreso federal van a estar mucho más pendientes de los sumarios, de las diligencias, de las citaciones y de las imputaciones que de la ponencia del congreso", ironizó Alberto Núñez Feijóo, el líder del Partido popular (PP, conservador), principal formación de la oposición.
Núñez Feijóo "no tiene proyecto para España", le respondió la número dos del PSOE y del Gobierno, María Jesús Montero. "El único proyecto que tiene para España es tumbar a Pedro Sánchez. Es un proyecto golpista, no es un proyecto democrático, porque no acepta la legitimidad de los votos".
Sánchez será reelegido secretario general el domingo, ya que no tiene rival. Ocupa el puesto de manera ininterrumpida desde 2017, aunque antes ya lo hizo entre 2014 y 2016.
Previsto inicialmente para 2025, el congreso se adelantó un año a petición del jefe del Gobierno, debilitado por los escándalos y por las dificultades para conseguir que se adopten las medidas que desea.
Esto se debe a la falta de una mayoría clara en el parlamento, donde su Ejecutivo está apoyado por el PSOE, la formación de izquierda radical Sumar y varios pequeños partidos independentistas catalanes y vascos.
Este congreso del PSOE se abre exactamente un mes después de las trágicas inundaciones que causaron 230 muertos en el este de España.
Esa tragedia también es fuente de tensión entre el Ejecutivo de Sánchez y la oposición de derechas, que gobierna la Comunidad Valenciana, la región más afectada. Ambos se acusan mutuamente de haber faltado a sus responsabilidades.
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