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Sergio Massa presiona por más cambios en el gabinete y mira preocupado la reacción de los mercados

Cristina Fernández de Kirchner, el presidente Alberto Fernández y Sergio Massa antes del anuncio de la reestructuración de la deuda en Casa Rosada
Cristina Fernández de Kirchner, el presidente Alberto Fernández y Sergio Massa antes del anuncio de la reestructuración de la deuda en Casa Rosada - Créditos: @Juan Mabromata

En menos de una semana el presidente Alberto Fernández y el titular de la Cámara Baja, Sergio Massa, pasaron de viajar juntos al G-7 en Alemania a reunirse durante todo este domingo en medio de versiones sobre la posible entrada del tigrense como “súperministro” o jefe de Gabinete. Todo dentro de la más feroz crisis interna del Gobierno desatada tras la renuncia del ministro de Economía, Martín Guzmán.

En medio de ese esquema, Fernández terminó ofreciendo el cargo a Silvina Batakis, que contó con el aval de la vicepresidenta Cristina Kirchner y, de momento, no hizo más cambios en el Gabinete, pese a las sugerencias de Massa, que incluso se remontan a un mes atrás, cuando se produjo la salida de Matías Kulfas de Desarrollo Productivo. Cerca de Massa explicaron a LA NACION que él sigue creyendo en la necesidad de “cambios profundos y de fondo” para salir de la actual crisis. Y que, por eso “no acepta sólo cosmética”, en referencia a un cambio de nombre, en lugar de algo más radical.

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La posición es compartida con buena parte del entorno del mandatario y funcionarios que responden a él. “Alberto se equivocó al aceptar una sola jugada y no hacer algo más drástico. No hay margen de tiempo para más errores”, dijo un funcionario que aprecia al mandatario, pero que cree que ya no hay lugar para más desaciertos. “Lo estamos pagando frente al mercado” , coincidieron desde las dos facciones.

“Alberto cree que entregar a Mercedes Marcó del Pont, de AFIP, y Miguel Pesce del Banco Central, lo deteriora y Sergio cree que hacer eso lo fortalecería (al presidente)”, describieron en otro de los puntos sobre las diferentes miradas de ambos.

Massa y Fernández volverán a verse las caras esta tarde en Casa Rosada, por la promulgación de una ley de alivio fiscal.

Massa, tercer socio del Frente de Todos, funcionó hasta ahora como una suerte de equilibrista dentro de la interna oficial, al conservar una buena relación tanto con Fernández como con Kirchner, su hijo, el legislador Máximo Kirchner, y La Cámpora.

Cerca de Massa afirmaron que entre ambos las cosas quedaron “bien” y que hoy ambos hablaron, y piensa seguir haciéndolo. Lo mismo aseguraron desde el entorno de Alberto, aunque hay quienes se muestran cautos, porque creen que lo de Fernández fue un error y eso a la corta o la larga, traerá consecuencias. “Sergio puso el cuerpo en varias oportunidades y avanzar con lo que decía ayer era lo mejor”, reconoció un funcionario del Ejecutivo.

La percepción compartida en las filas de Fernández, es que el mandatario, con su decisión de acceder al nombre de Batakis, que cuenta con el aval de Kirchner y al declinar de un cambio más grande como el que proponía Massa, “terminó de “entregarle” el gobierno a la vicepresidenta y al ala dura de la coalición que le responde. Eso, coinciden varios, en detrimento de lo que muchos consideran una opción más digerible como podía haber sido “entregar parte del gobierno y compartirlo con Sergio”.

El presidente Alberto Fernández, hoy, al llegar a la Casa Rosada
El presidente Alberto Fernández, hoy, al llegar a la Casa Rosada - Créditos: @Ignacio Sánchez

No son pocos los que ahí creen que habría habido más margen de gestión para Fernández. “Cuando Alberto entregó a Matías, se entregó a él mismo”, afirmaron en relación a lo que sucedió con la renuncia de Matías Kulfas de Desarrollo Productivo. “Ahora con lo de Martín, no quedan fusibles. Está entregado. Si en ese momento pensaba más allá de lo inmediato, tenía más aire”, deslizan. En esa línea rescatan también el rol que Massa tuvo no sólo en la interna del oficialismo sino también que tuvo “un papel activo” en la negociación con el Fondo.

“Sergio pidió ser jefe de Gabinete con equipo económico a su cargo, más AFIP y el Banco Central. Y que sino ayuda desde donde está” , resumieron hoy cerca del titular de Diputados. En tanto que durante la mañana, la portavoz Gabriela Cerruti se limitó a responder “no” cuando le consultaron si Massa fue tentado con la posibilidad de sumarse a la Casa Rosada y dejar su cargo legislativo, al exponer que la decisión que tenían como meta ayer era el reemplazo de Guzmán.

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Cerruti dijo también que Massa tiene una relación personal y política “muy cercana con el Presidente” y que, por eso y por ser una pieza clave en la coalición, estuvo ayer en Olivos durante las conversaciones. “Todo el mundo se ilusiona con la posibilidad de que se incorpore al Gabinete porque es un cuadro, en la gestión es impresionante. Siempre aparece Sergio porque es el mejor para una cantidad de cosas, pero la evaluación de ayer tenía que ver con el reemplazo al ministro de Economía”, aseguró Cerruti.

La relación entre Fernández y Massa ya había sufrido un cimbronazo hace exactamente un mes. Fue cuando Fernández eligió como sucesor del eyectado Kulfas a Daniel Scioli, para hacerse cargo de la cartera de Desarrollo Productivo. Scioli y Massa tienen una relación distante desde hace años, además de que son competidores casi naturales por un mismo sector del electorado. Tras ese traspié, Fernández llevó con él a Los Ángeles, a la Cumbre de las Américas, a Massa como invitado en su comitiva. Y poco después le otorgó a un hombre de sus filas, Guillermo Michel, el estratégico puesto de la Dirección General de Aduanas.

La invitación se volvió a extender del mandatario a Massa para asistir al G-7. Fue exactamente una semana antes de que se desate la crisis por la salida de Guzmán.