¿Por qué sentir atracción por Luigi Mangione podría ser un problema?
El nombre de Luigi Mangione se convirtió en el epicentro de las redes sociales de un día para otro, tras ser acusado del asesinato del director ejecutivo de United Healthcare, Brian Thompson, en Nueva York.
Pero no fueron las graves acusaciones las que encendieron el debate público, sino su imponente mandíbula esculpida, su cabello oscuro, su origen privilegiado, un título de la élite académica de la Ivy League y, cómo no, unos abdominales que parecen esculpidos en mármol.
En los días posteriores a la publicación de su foto como “se busca”, brotaron concursos de dobles en toda la Gran Manzana, mientras las redes sociales se inundaban de comentarios irónicos y fervorosos, con muchos usuarios que expresaban que estarían dispuestos a “perdonarlo” incluso si fuera hallado culpable.
“Los Menéndez ya tienen competencia: Luigi viene a romper corazones”, se leía en un popular video de TikTok.
Mientras tanto, un usuario en X acumuló más de 75.000 likes al escribir: “Aquí estoy, dándole like a cada tweet sobre Luigi Mangione como si no hubiera un mañana”.
El enfoque desenfadado sobre Mangione como sospechoso principal contrasta con la dura realidad: Brian Thompson, director ejecutivo de United Healthcare, perdió la vida y su familia ahora carga con el dolor mientras se enfrenta al impacto de una reacción pública desconcertante.
Según psicólogos, tratar temas como este con un enfoque despreocupado podría generar consecuencias más graves de lo que parece, al ir más allá de una simple tendencia en redes sociales y provocar una posible insensibilidad hacia la gravedad de estos crímenes.
La justicia no siempre es ciega: a través de investigaciones realizadas con “jurados ficticios” se demostró que las personas atractivas enfrentan “penas más leves y condenas reducidas”, asegura el profesor Craig Jackson, catedrático de Psicología en la Universidad de la Ciudad de Birmingham.
Incontables memes han inundado las redes con comentarios sobre la apariencia del sospechoso, su audacia y su aparente habilidad para evadir a las autoridades. En cuestión de horas, se transformó en un símbolo para aquellos que se sienten marginados o ignorados, adoptando el papel del “vengador del hombre común” en contra de un país corporativo, una narrativa que no tardó en cobrar fuerza.
La desconexión de la sociedad frente a la violencia extrema transforma tragedias como esta en simples temas de conversación, una dinámica que podría tener profundas implicaciones para Luigi Mangione.
“Si este caso llega a juicio con jurado, sospecho que será un desafío significativo para los fiscales debido a la publicidad que el acusado ha recibido hasta el momento”, advierte el profesor Jackson.
Los expertos no solo están preocupados por el impacto en un posible juicio, sino también por el riesgo de que este caso inspire crímenes imitadores, como ocurrió con el Asesino del Zodiaco o los múltiples tiroteos escolares relacionados con la masacre de Columbine.
“El verdadero peligro aquí es que el sospechoso logró proyectar este asesinato como algo ‘atractivo’. Si se confirma su culpabilidad, habrá llevado a cabo un ataque audaz en el corazón de Manhattan y eludido la justicia durante días. Esto, combinado con la atención positiva obtenida en línea, podría convertir este tipo de crimen en una alternativa tentadora para quienes ya consideran realizar actos similares”, concluye.
La violencia imitativa es un fenómeno ampliamente documentado y la atención mediática que recibe este caso incrementa el riesgo de que otros intenten replicar ataques similares en busca de notoriedad.
El auge de las redes sociales y la velocidad con la que se difunden las noticias transformaron casos como el de Mangione en una especie de narrativa cinematográfica, donde el público puede seguir los acontecimientos como un espectáculo sin implicarse ni afrontar consecuencias reales. Un ejemplo reciente es el caso del fugitivo de Wandsworth, Daniel Khalife. Este exsoldado británico de 22 años, acusado de espiar para Irán y de colocar un artefacto explosivo falso, logró captar la atención mundial.
Khalife logró escapar de su celda y mantenerse prófugo durante tres días, un acto que despertó fascinación en las redes sociales. Su valentía, sumada a su apariencia juvenil, lo posicionó como una figura destacada, llegando incluso a ser representado como un héroe en ciertos círculos.
“El tono ligero y el humor oscuro que hoy se observan en torno a ciertos criminales no eran comunes en casos como los de John Hinckley, quien atentó contra Reagan en 1981, o Mark Chapman, responsable del asesinato de Lennon en 1980”, señala el profesor Jackson.
“Algunos podrían argumentar que utilizar el humor para abordar horrores como estos puede disminuir su impacto y hacerlos menos intimidantes. Sin embargo, la realidad es otra: la atención mediática tiene el efecto opuesto, ya que promueve la repetición de actos de violencia extrema, especialmente entre aquellos que se sienten aislados y buscan reconocimiento”, advierte el experto.
El experto señala que las motivaciones detrás de la violencia extrema no han cambiado en casi seis décadas y advierte que la idealización en internet —donde los perpetradores pueden ser percibidos como atractivos, ingeniosos o seductores— intensifica aún más esta preocupante tendencia.
Por su parte, la familia Mangione manifestó su conmoción tras el arresto de Luigi y declaró en un comunicado: “Elevamos nuestras oraciones por la familia de Brian Thompson y pedimos a todos que oren por los afectados”.
Hasta ahora, las autoridades no revelaron ningún posible motivo detrás de los hechos, lo que mantiene abiertas las interrogantes sobre lo ocurrido.
Traducción de Leticia Zampedri
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO
Luigi Mangione, atacante del CEO de UnitedHealthcare, estalla en ira antes de la audiencia de extradición