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Se niegan a darle la quimioterapia que necesita y le recomiendan la eutanasia

Stephanie Packer es una estadounidense de 33 años que está viviendo una situación límite. Desde hace meses sufre una enfermedad terminal de la que no existe cura. Pero a pesar de que no hay muchas esperanzas para ella, quiere continuar con vida el máximo tiempo posible. Por ello ha solicitado a sus seguro médico que le cubra un tratamiento que puede hacer que gane algo de tiempo. Pero para su sorpresa, la empresa le ha respondido con una negativa. Y no solo eso, le ha recomendado que tomé una medicación que se emplea en casos de suicidio asistido.

Esta madre de 4 hijos residente en California padece esclerodermia, una enfermedad que consiste en la acumulación de tejido similar al cicatricial en la piel y en otras partes del cuerpo como en las arterias. Cuando éstas están obstruidas, provocan accidentes vasculares que pueden causar la muerte. No existe ningún tipo de tratamiento que sirva para acabar con este problema. Pero la quimioterapia puede retrasar este proceso mortal. La enfermedad le fue diagnosticada en 2012 y los doctores solo le dieron tres años de vida.

Por eso Packer ha solicitado a los médicos que le administren los medicamentos necesarios para poder seguir con vida. El problema está en que Stephanie reside en Estados Unidos, un país en el que todo tratamiento ha de ser abonado, ya sea por los pacientes o por el seguro médico que tenga contratado. Y la compañía que le cubre a ella se ha negado en redondo a desembolsar el dinero.

Pero lo más grave de todo es la alternativa que le han dado. Sabiendo que su problema de salud no tiene solución, y que apenas le quedan meses de vida, los agentes del seguro le han recomendado empezar a tomar un medicamento que se utiliza solo en casos de suicidio asistido y que apenas cuesta 1 euro.

Sorprendida por este consejo, Packer ha decidido contar su historia a los medios de comunicación como forma de presión. Y así lo ha hecho en una entrevista concedida al New York Post en la que explica que prefiere luchar lo poco que le queda en este mundo a rendirse por las ganas de ahorrar de su seguro, que por cierto lleva años pagando. “Lo único que quiero es pasar todo el tiempo posible con mis hijos de 7 y 13 años”, confiesa emocionada.

Si la historia de Stephanie consigue hacerse relevante en las redes sociales, es probable que el seguro tenga que reflexionar sobre su caso y finalmente pueda proporcionarle su gran deseo.