Qué ha pasado con el Clan del Golfo, la organización criminal más grande de Colombia, tras la desmovilización de las FARC

Esta organización criminal es hoy la más fuerte en el territorio colombiano. Tras recibir varios golpes de parte de las autoridades, está en duda su capacidad operativa. ¿Se someterán a la justicia?

El miércoles 8 de noviembre de 2017, el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos (c), observó paquetes que contenían más de 12 toneladas de cocaína, en Apartadó, Antioquia (Colombia), pertenecientes al Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país. EFE/EFRAÍN HERRERA/PRESIDENCIA DE COLOMBIA
El miércoles 8 de noviembre de 2017, el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos (c), observó paquetes que contenían más de 12 toneladas de cocaína, en Apartadó, Antioquia (Colombia), pertenecientes al Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país. EFE/EFRAÍN HERRERA/PRESIDENCIA DE COLOMBIA

Por Sebastián Aguirre Eastman

“Capturados cuatro miembros del Clan del Golfo en Urabá”, tituló W Radio. “Siete integrantes del Clan del Golfo” en Barrancabermeja, redactó Vanguardia Liberal. “En El Peñol destruyeron laboratorio de coca del Clan del Golfo”, lo hizo El Colombiano.

Todas estas informaciones fueron publicadas el mismo día, el sábado 3 de febrero de 2018. No hay jornada en la que los medios de prensa colombianos no incluyan en sus agendas informativas alguna noticia relacionada con este grupo criminal, antes conocido como “Los Urabeños”, las “Autodefensas Gaitanistas de Colombia”, el “Clan Úsuga” o el “Bloque Héroes de Castaño”, quizá la organización narcocriminal más grande hoy en Colombia, incluso por encima del Ejército de Liberación Nacional, ELN.

En septiembre de 2017, tras el abatimiento por parte de las autoridades de Roberto Vargas, alias “Gavilán”, uno de sus hombres más fuertes, se especuló con un posible sometimiento a la justicia de esta banda, tras un mensaje en video grabado y enviado al presidente Juan Manuel Santos por Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, otro de sus hombres de mando.

Estudiantes caminan junto a un muro que luce un grafiti con las iniciales AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia), nombre con el que se autodenonima el Clan del Golfo, el 1 de abril de 2016 en Medellín (AFP | RAUL ARBOLEDA)
Estudiantes caminan junto a un muro que luce un grafiti con las iniciales AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia), nombre con el que se autodenonima el Clan del Golfo, el 1 de abril de 2016 en Medellín (AFP | RAUL ARBOLEDA)

Cuatro meses después, expertos en el conflicto colombiano ven difícil que esto ocurra, al menos antes de que Santos deje el cargo el 7 de agosto de este año. Tanto por el poco tiempo que resta (seis meses) para la posesión de un nuevo mandatario, como por el fortalecimiento de esa banda en el tiempo transcurrido, copando espacios que antes controlaba la guerrilla de las FARC en temas militares y de narcotráfico, en un feroz enfrentamiento con el ELN, que a su vez intenta robustecer su esquema de cara al proceso de paz que está iniciando con el gobierno.

¿Qué tan fuerte está hoy el “Clan del Golfo”?

Ariel Ávila es el director de la Fundación Paz y Reconciliación, entidad que en su sitio web ofrece una radiografía muy completa de la estructura actual del “Clan del Golfo”.

“Se podría decir que es la organización criminal más especializada que existe en el continente. Controla por lo menos el 45% de la salida de droga del país hacia el resto del mundo, decenas de minas de oro ilegal y extorsiones en ciudades y zonas urbanas. Opera en más de 200 municipios, pero influye fuertemente en unos 142”, escribió Ávila en una columna publicada a finales del año pasado.

Citando declaraciones ofrecidas por la directora de la Dirección contra el Crimen Organizado de la Fiscalía, Claudia Carrasquilla, al diario El Espectador el 30 de septiembre de 2017, el “Clan del Golfo” posee cerca de 7.000 integrantes, es decir la mitad de los guerrilleros de las FARC que se desmovilizaron luego del Acuerdo de paz con el Gobierno colombiano.

En diálogo con Yahoo Noticias, Ariel Ávila explica que uno de los mecanismos de esta organización para expandirse por el territorio colombiano (hoy tiene presencia en 250 municipios de 22 departamentos, de 32 que son en total), ha sido el de ofrecer a bandas locales una “franquicia”: les financian la actividad criminal a cambio de que realicen las tareas que requieran en la zona respectiva.

Pese a los recientes abatimientos de algunos de sus cabecillas, como el de alias “Gavilán”, Ávila sostiene que esta es una organización que suple de forma muy rápida sus mandos superiores. “Es un holding empresarial, su poder es muy grande, tienen capacidad de copar territorios con una presencia armada muy fuerte”.

El director de Paz y Reconciliación cree que un posible sometimiento del “Clan del Golfo” dependería en gran medida de que el Congreso apruebe un proyecto de ley que les ofrezca garantías jurídicas a sus integrantes. En contra juega el tiempo, pues en marzo próximo se elegirán nuevos parlamentarios, quienes se posesionarán en agosto, así que el debate no se alcanzaría a realizar.

Si a lo anterior se le suma, como plantea el docente de la Universidad Eafit y experto en narcotráfico, Gustavo Duncan, que el gobierno no ha estructurado un plan serio para posibilitar ese sometimiento, el panorama para que este ocurra no es tan claro.

Duncan no ve tan claro el poder que pueda tener el “Clan del Golfo” mediante el sistema de las “franquicias”; en cambio, cree que esta banda en la actualidad opera de manera desarticulada, aún cuando ha demostrado su poder en algunas zonas como la Costa Caribe, en donde ha promovido algunos paros recientes que han afectado el orden público.

En esta imagen, tomada el 31 de mayo de 2017, el comandante de la unidad antinarcóticos de la policía, José Mendoza, arroja panfletos desde un helicóptero sobre Apartadó, Colombia. Los folletos piden información sobre laboratorios de coca; sobre miembros de la mayor organización ilegal de Colombia, el Clan del Golfo, y sobre personas que mataron a agentes de policía. (AP Foto/Fernando Vergara)

Esa desarticulación odedece a los recientes golpes que a su estructura ha infringido el gobierno con sus Fuerzas Armadas. Pese a esto, el “Clan del Golfo”, opina Duncan, sí ha aprovechado los vacíos que han quedado descubiertos tras la marcha de las FARC.

Jeremy McDermott, director de la Fundación InsightCrime, que investiga y analiza el crimen organizado en Latinoamérica, sugiere que “Los Urabeños”, como prefiere llamar a esta banda, han perdido capacidad operativa producto de los abatimientos sufridos, y hoy se encuentra en una situación de fragmentación y división que los está llevando a un colapso interno, pero que las condiciones actuales que les ofrece la justicia no se prestan para una entrega negociada con las autoridades.

“Lo harían si creen que están a punto de morir, antes no lo creo”, enfatiza.

Cierra McDermott contradiciendo a Ariel Ávila, al afirmar que esta organización no tiene capacidad más que para operar en la región de Urabá, norte de Antioquía y Córdoba, y que a diferencia de tiempos anteriores, hoy les queda complicado extenderse a otras regiones.