Sarah Luebbert, la talentosa jugadora del América que hizo gritar al Estadio Azteca apenas pisó el césped

Sarah Luebbert celebran el título del América en la Liga MX tras vencer a Pachuca. (Alan Espinosa/Getty Images)
Sarah Luebbert celebran el título del América en la Liga MX tras vencer a Pachuca. (Alan Espinosa/Getty Images)

Sarah Luebbert se ha convertido en una ídolo para el América en la Liga MX Femenil. La mediocampista estadounidense brilla con luz propia en el equipo campeón del futbol mexicano. Nada ha sido casualidad. Cuando parecía que su época en Las Águilas había terminado, la gestión de Claudia Carrión permitió que Sarah volviera a Coapa para tomar su revancha personal por lo sucedido hace un año, cuando cayó en la Final contra Tigres. Hoy todo es felicidad para una jugadora que inspira y que, después de este campeonato, tiene todo para seguir luciendo.

Destacó muy joven con los Tigers de la Universidad de Missouri, en el futbol colegial de Estados Unidos. Después pasó a Chicago Red Stars, donde su carrera comenzó a afianzarse. El trabajo de inteligencia deportiva del América les permitió detectar el talento de Luebbert y solicitar un préstamo de un torneo. En teoría, la nacida en Missouri únicamente debía jugar un semestre en México: el Apertura 2021, pero su rendimiento le valió que América negociara la extensión de esa cesión para que continuara su paso en el torneo Clausura 2022.

Cuando el acuerdo finalmente acabó, la tristeza fue completa. No sólo porque llegó a su fin su etapa como jugada americanista, sino porque perdió la citada final contra Tigres. En ese momento, su partida dejó un hueco enorme y la afición lo hizo sentir con reacciones de tristeza ante su partida. Pero Claudia Carrión, el cerebro detrás del título amarillo, la trajo de vuelta en el mejor momento: para perfeccionar un equipo fuerte y con talento en todas las zonas del campo. El regreso fue soñado por los fans, que se encariñaron con Luebbert en el año que jugó como águila y que entendieron que les podía ayudar sustancialmente para conseguir el trofeo.

Con la polivalencia para aparecer en el mediocampo o en el ataque, Sarah siempre marca diferencia en donde juegue. Cuenta una técnica privilegiada y una brillante interpretación del juego para manejar espacios y saber cómo crear o finalizar las jugadas. A finales de marzo sufrió una lesión en el tobillo que la marginó de las jornadas finales del torneo regular y cuyas molestias terminó arrastrando hasta la Liguilla, pero incluso en esos momentos demostró su profesionalismo: iba normalmente a ver los partidos de sus compañeras.

A pesar de sus lesiones, Sarah marcó diferencia en las finales del certamen. Eso quedó visto en la Ida de la Final en el Estadio Hidalgo, cuando el partido estaba empatado y Ángel Villacampa, entrenador del club, decidió ingresar al campo a Luebbert. Y ahí todo cambió. La talentosa jugadora inventó una jugada que existía únicamente en su mente y terminó en una ejecución colectiva inmejorable. Puso un balón filtrado para Kiana Palacios, que ganó muy bien la espalda a las defensoras de Pachuca, y dejó servido el esférico para Katty Martínez. Fue el gol que desequilibró la serie. América ya no volvió a estar desventaja y logró sellar el triunfo en la vuelta en el Estadio Azteca.

Y ahí fue donde Sarah Luebbert selló su estatus de ídolo. Entró de cambio y el Estadio Azteca se cimbró por completo. Fue una locura total, porque saben admirar a una talentosa jugadora que siempre piensa en el equipo, que no tiene miedo de hacer jugadas diferentes y que deja el corazón en cada balón. Su habilidad fue el respiro necesario para una serie que pudo ser dramática hacia el final, pero que en realidad estaba teñida de azulcrema.

Acompañada por su padre, la felicidad de Luebbert fue captada por todos los lentes: nadie quería perderse el momento estelar, la consagración de una jugadora que motiva y que, en un inicio, había llegado únicamente a préstamo. Ahora no la querrán dejar ir nunca más. Y todavía regaló otra postal de cuento. El el sueño de cualquier aficionado americanista: pasearse por el sagrado campo del Azteca y celebran un campeonato con la bandera en todo lo alto. América tiene una ídolo en Sarah Luebbert y va para rato. Ya no está a préstamo y seguramente querrá volver a vivir momentos como el de ayer.

Foto: Manuel Velasquez/Getty Images
Foto: Manuel Velasquez/Getty Images

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