Santiago Giménez y su brillante realidad que evidencia el error del 'Tata' Martino en Qatar 2022
Si el Mundial de futbol se jugara mañana, no habría dudas: Santiago Giménez debería ser titular con la Selección Mexicana. Pero en el futbol cada segundo cuenta y el tiempo es cruel, injusto y arbitrario. Gol a gol, la evidencia se ha hecho más grande, porque Giménez, desde el fin del Mundial, ha contradicho a todas las voces que aducían falta de madurez como único argumento (ni siquiera válido) para su ausencia. Debió estar en Qatar 2022, pero Gerardo Martino decidió que no fuera así, porque, en su visión, el gran presente del joven delantero chocaba con la jerarquía de los otros arietes: Henry Martín, Raúl Jiménez y Funes Mori.
No se sabe todavía cuál será el alcance de Giménez en el futbol europeo y lo mejor sería tener prudencia, pero hoy existen dos certezas: ninguno de esos delanteros con "más jerarquía" gozaba, a la edad de Giménez, lo que él tiene hoy a sus 22 años. Y al menos con dos de ellos, Jiménez y Funes Mori, no existía discusión: estaba en mejor momento en noviembre y también ahora, incluso con el repunte del delantero de Rayados. Martín es goleador en la liga mexicana, pero no es lo mismo, nunca lo será, competir en el futbol europeo (de hecho Funes Mori, que aquí lleva 139 goles, apenas jugó cinco partidos con el Benfica y se mantuvo un solo año con el Eskişehirspor de Turquía).
“Estoy muy feliz por el salto que ha dado, a veces la explicación es la que menos se apega a la realidad, es goleador de la Europa League, pero tiene pocos minutos, de vez en cuando, hay que ver más allá de los goles. Cuando nadie pensaba en él, a fines del año pasado, nosotros entendíamos que iba a pelear un lugar, choca con la jerarquía y con el momento de otros números nueve”, dijo Martino en noviembre pasado.
Además, Martín, a la edad de Giménez, apenas iba asentándose en la Liga MX con Tijuana. Por donde se mire, por presente y futuro, el delantero del Feyenoord tenía que estar en el Mundial y, si ya iba a estar, tenía que ser titular. No es que fuera a resolver partidos por sí solo, pero su momento ya era grato: con 16 goles, nadie le superaba en el año calendario. Al final es cierto que su nivel y el de Martín podían ser equiparables, y que elegir a uno u otro no hacía gran diferencia, pero entonces habría que apelar al potencial: con 30 años, Henry Martín ha llegado ya a su techo. Los alcances de Giménez todavía son desconocidos.
En ese momento no era titular en el Feyenoord, pero su efectividad lo fortalecía ahí donde Martino veía un defecto: el entrenador interpretaba con suspicacia que metiera goles en poco tiempo —daba a entender que las anotaciones no eran un reflejo fiable de su nivel—. Hoy ese "defecto", que más bien hablaba de cómo aprovechaba los minutos que le daban, puede matizarse con un dato demoledor: está a dos anotaciones de ser campeón de goleo de Países Bajos; el líder, Anastasios Douvikas (lleva 17 contra los 15 del mexicano) ha jugado 214 minutos más que Giménez.
La realidad le ha dado una lección a Gerardo Martino, que sustentó su decisión en la supuesta jerarquía de los otros jugadores, aunque ninguno de ellos, ni siquiera Raúl Jiménez, ha hecho algo trascendente con la Selección Mexicana. Con cada paso que dé Giménez en Europa el recuerdo del Mundial que pudo ser resultará más aplastante: ¿cómo fue posible que no lo haya tomado en cuenta Martino en aquel Mundial de Qatar? Era increíble en ese momento, aunque la resignación aminoró el golpe: al menos él no formó parte del fracaso. ¿Pudo evitarlo? Es algo que nunca se sabrá y que no es culpa suya. Pero viene el futuro, los mejores años para él y para seguir demostrando por qué debió jugar su primera Copa del Mundo.
Son 28 goles en un año (23 en Países Bajos y cinco en México con Cruz Azul) y todavía le quedan dos partidos, en los que el drama será ver si consigue el título de goleo. Es el primer paso sólido que necesitaba Giménez, un delantero cuya mejoría es constante y que tiene las facultades para hacer un largo trayecto en Europa. Hoy la duda, que ni siquiera era tan grande y quizá ni siquiera era legítima, está despejada: debió estar en Qatar 2022. Fue un error. Y si el camino de Giménez sigue siendo el mismo en unos años podría hablarse de un error histórico. Eso sí dependerá de él. Sólo Santiago Giménez sabe en qué jugador puede convertirse.
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