San Mateo Piñas resiste sin agua potable y escasez de alimentos

OAXACA, Oax., junio 19 (EL UNIVERSAL).- Mientras resiste la temporada de huracanes, el municipio de San Mateo Piñas continúa incomunicado por el paso de Agatha y sigue esperando la ayuda.

Desde entonces, familiares de damnificados han denunciado que pese a existir declaratoria de zona de desastre para 38 municipios, San Mateo Piñas prevalece en el olvido.

Días antes del huracán, la señora Graciela Rojas viajó a la ciudad de Oaxaca para comprar insumos para su rancho en El Gavilán, San Mateo Piñas, donde siembra café y hortalizas.

Por eso se salvó de Agatha; sin embargo, su propiedad quedó devastada, al igual que sus tierras. Desanimada por la noticia y preocupada por sus vecinos y familiares, se reunió con personas originarias de la región que viven en la capital, para juntar ayuda. Consiguieron seis toneladas de víveres, pero la carretera quedó muy afectada y no es posible el traslado de ayuda.

El agente municipal de la comunidad, Alejo Ramírez García, confirma que recién comenzaron los trabajos para despejar el paso a la cabecera municipal.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Marcos García García, representante de la ranchería El Gavilán, da a conocer que las comunidades de Aguacaliente, San Cristóbal Alto, San Cristóbal Bajo, Buenavista y Ojo Venado también se encuentran en la misma situación.

En estas localidades las tuberías colapsaron, por lo que no hay agua potable disponible y las 150 familias que ahí habitan, sobreviven con agua de lluvia.

"Somos comunidades aisladas, no tenemos comunicación con el resto de la población, sabemos de la gran demanda que hay en el municipio por la gran cantidad de personas afectadas, pero en nuestro caso ni siquiera se ha establecido un paso peatonal", detalla García García.

Los vecinos de las rancherías aportaron sus motosierras para retirar poco a poco los árboles caídos del camino; sin embargo, con el paso de los días, el combustible escaseó y las labores tuvieron que frenarse.

El representante de El Gavilán y el agente Alejo Ramírez acusan la ausencia del presidente municipal de San Mateo Piñas, Tomás Victorio García.

"El edil ni siquiera se encuentra en la comunidad y atiende desde su casa en la ciudad de Oaxaca", lamentan los afectados; es el síndico, dicen, quien ha estado a cargo de pedir ayuda para las familias.

Temen quedar fuera del censo

Afectados y autoridades de San Mateo Piñas piden que los recursos que entregarán los gobiernos estatal y federal sean entregados a la Comisión de Hacienda y no al edil.

El viernes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Alejandro Murat Hinojosa anunciaron el plan de apoyo a damnificados, que aportará 6 mil 513 millones de pesos para más de 19 mil viviendas afectadas y 258 escuelas afectadas, además de apoyos para productores, ganaderos, comerciantes y hogares.

No obstante, personas afectadas como Graciela Rojas, quien no ha podido regresar a su localidad, temen quedar fuera del censo, pues en su experiencia, tras fenómenos naturales que han dejado daños en su localidad, es necesario estar ahí y tomarse fotografías con los servidores de la nación.

Se acaba la comida

Los víveres recolectados por sus familiares en la ciudad de Oaxaca están frenados en Miahuatlán de Porfirio Díaz, hasta que el clima mejore; por ello, el pronóstico de un nuevo huracán les preocupa, pues poco a poco agotan sus provisiones.

Las acciones para ayudar a San Mateo Piñas y sus rancherías aisladas se limitan únicamente a sus familias, pues no tienen atención ni comunicación con el gobierno.

Además, no hay hospitales ni centros de salud a dónde acudir en caso de una emergencia o un brote infeccioso.

"No hay forma de trasladarnos a un lugar donde las personas enfermas puedan ser atendidas. Estamos totalmente incomunicados", lamentan.

Algunas viviendas cuentan con internet satelital, lo que les permite informar en redes sociales y a sus familiares su situación, pero cuando llueve la comunicación se interrumpe.

En tanto, para comunicarse entre rancherías, sólo personas a pie pueden llegar y llevar mensajes, arriesgándose a accidentes y sin la posibilidad de trasladar alimentos, ante el mal estado del camino.