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Sam Smith presentó esta noche su disco Love Goes, desde los estudios Abbey Road

"Hola a todos. ¿Cómo están? Es lindo verlos -dice Sam Smith-. Estoy rodeado de mis amigos, de mi familia [se corrige al mirar los rostros de sus músicos]. Hoy nos encontramos en una circunstancia distinta. Pero bella. Llevarles música de este modo es lo mejor que podemos hacer. Estamos Abbey Road, uno de los mejores estudios. Es 30 octubre. Un buen día. Pónganse cómodos. Sírvanse una tasa de té o una copa de vino. ¿Están listos? Este es el primer single de este disco, "Diamonds".

Samuel Frederick Smith, londinense de 28 años al que todos conocen como el famoso y multipremiado Sam Smith, está presentando desde los estudios Abbey Road el disco que acaba de publicar hace unas horas atrás; Love Goes es su tercer disco desde que comenzó su ascendente carrera discográfica, en 2014.

Sam baila y la cámara gira en el circulo que se arma con sus músicos, una línea de puntos imaginaria, delineada por los pies de micrófonos de cada uno. Unstaged desde Abbey Road es una mezcla de recital dentro de un estudio de grabación con un documental sobre la grabación de un disco y un momento interactivo con el público (aunque sin personas en directo), fiel a las costumbres de estos tiempos en los que el streaming, para asemejarse a cierta "presencialidad" necesita de una audiencia lo más cercana posible. Aunque, ese momento de preguntas y respuestas es como un backstage "después del show" formulado como una entrevista con la actriz, presentadora y comediante canadiense afincada en Inglaterra Katherine Ryan (esa es, probablemente, la hora del té mientras que el show, el momento del vino).

Las situaciones del vivo se alternan con el trabajo documental marcado o diferenciado por el tono sepia o, incluso, un efecto en blanco y negro. Otra vez en el show en directo, la pantalla cambia la tonalidad y se ve a Smith oleando sus brazos en alto como una bailarina de flamenco. Mira a su banda que comienza a sonar. El tema es "Promises" ese que tiene cierto parentesco con algunas canciones de Dua Lipa y, sobre todo, el toque especial que le dio Calvin Harris. De hecho, el nuevo disco de Sam Smith trajo once canciones y un largo bonus de seis, que son las últimas colaboraciones del cantante. Una de ella, "Promises", con Harris. La música transcurre en ese tono agradable, casi siempre aterciopelado y homogéneo en donde lo que sobresale es su voz y, especialmente, sus matices.

Esto es lo que Sam dijo para el lanzamiento del álbum completo, el mismo día del recital. "Los últimos dos años han sido la época más experimental de mi vida, personal pero también musicalmente -dice Sam-. Cada vez que iba al estudio, me prometía a mí mismo que dispararía para las estrellas y no tendría limitaciones. El resultado ha sido tan mágico, tan terapéutico y divertido. Mi amor por la música es tan amplio y todos mis placeres culpables musicales se convirtieron en placeres. Sin culpa, sin vergüenza, solo el amor por cantar, crear y bailar. Estoy muy agradecido con cada ser humano que abrazó mi creatividad y dirección y me permitió ser quien quería ser en ese estudio ese día... Escucha estas canciones con un corazón abierto y trata cada canción como una flor diferente del jardín. Diviértete con ellas, traté de no tomarme demasiado en serio al escribir algunas de estas canciones. Espero que te hagan sonreír, porque ellas me hicieron y me hacen sonreír a mi".

El romanticismo pop de Sam Smith

Durante su recital también se escuchan temas de producciones anteriores, como la balada "Lay Me Down", de piano y voz. Es una balada clásica, de esas atemporales o de todos los tiempos. En temas como éste Smith suele sacar su faceta de crooner, extendiendo el registro en el amplio rango de su tesitura, que no solo tiene peso en la ya conocida parte alta de sus cuerdas vocales.

El color vocal afro de su coristas es un muy buen empaste para la sonoridad de Smith. "My oasis" puede ser uno de esos casos que, además, tiene el plus de estar representado casi como un videoclip. Al promediar el show aparecen covers, como el famoso "Time After Time" de Cyndi Lauper. También suenan "How do you sleep?" de su reciente álbum y "For The Lover That I Lost", que Celine Dion tomó de Smith para su propio repertorio y la grabó. Es una "Oda para ella", dice Sam, antes de interpretarla. Y luego llegará "Kids again" que parece todo un ejercicio vocal para cada sílaba que pronuncia. Y más tarde "Love Goes", que es otro ejercicio, pero esta vez claramente barroco, bachiano, como una conducción de voces que termina probablemente en esas orquestaciones alla George Martin, en las sesiones de The Beatles (aunque sin instrumentos acústicos reales). ¡Claro! Esto es Abbey Road. ¿Qué mejor lugar para una representación de este tipo?

El carisma de Sam Smith seguramente esté puesto en su personalidad. Pero la calidad está instalada en su voz, que sobresale en una escena de la industria musical pop bastante homogeneizada. Sabe hacer de lo sofisticado (y a veces levemente complejo) algo muy sencillo, apto para todo oído. Esa quizá sea, junto a su particular carisma (por supuesto), una de sus principales armas.