Salvini busca forzar elecciones: presentó una moción de censura contra el premier

ROMA.- Determinado a llevar a los italianos a elecciones anticipadas lo antes posible, Matteo Salvini, el hombre fuerte del ya difunto gobierno populista y líder de la ultraderechista Liga pasó hoy al segundo acto de su estrategia para llegar al poder absoluto en Italia .

En un clima al rojo vivo, al día siguiente de una jornada dramática y con media Italia de vacaciones, después de haber provocado la ruptura de su anodino matrimonio por conveniencia con Luigi Di Maio, líder del Movimiento Cinco Estrellas (M5E), presentó en el Senado una moción de censura contra el primer ministro, Giuseppe Conte, cercano a este grupo.

"Demasiadas negativas le hacen mal a Italia que, en cambio, necesita volver a crecer y, por lo tanto, ir a votar lo antes posible. Quien pierde tiempo daña al país y piensa sólo en su sillón", indicó la Liga, que al presentar la moción de censura volvió a recordar que la excusa de la apertura de esta inesperada crisis política en pleno agosto -un mes normalmente muerto-, tuvo como detonante la evidente diferencia de los dos exsocios, ante un proyecto de infraestructura que contempla un Tren de Alta Velocidad (TAV).

Desde siempre contrario al TAV, el M5E fue derrotado el miércoles en el Senado en una moción en la que expresaba su rechazo a esta gran obra. Aunque esa votación no implicaba ningún voto de confianza -es decir, ninguna consecuencia de tipo político, sino que era una formalidad de Di Maio para tranquilizar a su tropa-, Salvini aprovechó esa jugada para hacer salltar por el aire el experimento "amarillo-verde" (por los colores del M5E y la Liga). Y encender una crisis política que significó una bomba atómica en lo que se suponía que iba a ser un agosto sin sorpresas en el siempre efervescente mundillo político local.

Plenos poderes

Envalentonado por los sondeos y en permanente campaña, "el capitán" -como lo llaman al también ministro del Interior-, de 46 años, al margen de presentar la moción de censura contra Conte, dejó en claro que será el candidaro a primer ministro en las elecciones que se avecinan, que espera que puedan celebrarse lo antes posible, quizás a fines de octubre. "Ahora le pido a los italianos que, si tienen ganas, me den los plenos poderes para poder hacer lo que hemos prometido, sin lastres. Quien elige a Salvini, sabe lo que elige", dijo el también viceprimer ministro, en un acto político en Pescara.

Lo cierto es que en Italia existe un sistema parlamentario por el cual los gobiernos nacen y mueren en el Parlamento, que debe respetarse. Y esto es lo que justamente le recordó el primer ministro Conte, que en una conferencia de prensa anoche, pasó al contraataque.

Conte, hasta junio pasado un desconocido abogado llamado a ser el "primus inter pares" entre Salvini y Di Maio, que lo ungieron como primer ministro porque no se ponían de acuerdo entre ellos sobre quien debía liderar el gobierno de coalición populista-soberanista, salió entonces con los tapones de punta a atacar al líder de la Liga. Reveló que, en un encuentro, este le había pedido que, directamente, presentara su renuncia. Pero Conte, que justó cumplió 55 años y en los últimos 14 meses debió actuar como equilibrista al frente de un gobierno populista que cerró sus puertos a los migrantes y se peleó continuamente con la Unión Europea, le recordó que las cosas no funcionan de esta forma en una democracia parlamentaria.

Temor en los mercados y spread en alza

"No le corresponde al ministro del Interior decidir cómo se desarrollará la crisis. Salvini tiene que explicarle al país los motivos de la ruptura en el Parlamento", clamó Conte, que pareció por primera vez determinado a hacer oír su voz. "Ya no voy a aceptar la narrativa del gobierno de las negativas, porque este ejecutivo ha hablado poco, pero ha trabajado mucho. No estaba en la playa, sino cada día, en las sedes institucionales, trabajando", agregó, defendiendo a los ministros "grillini". Irónico, con esta frase Conte aludió a las vacaciones en la playa, que ostentó Salvini la semana pasada, que dieron mucho que hablar. Salvini causó gran revuelo no sólo porque siguió haciendo campaña, en chancleta y traje de baño, sino también porque su hijo de 16 años fue filmado yendo a dar una vuelta en una moto acuática policial. Además, por haber hecho de DJ en el "Papeete beach", establecimiento balneario de la localidad de Milanmo Marittima que convirtió en su "oficina" donde hasta desencadenó danzas al ritmo del himno italiano en versión house.

Conte -que muchos creen que podría presentarse como candidato del M5E en las próximas elecciones, ya que la figura de Di Maio está totalmente desgastada- también le reprochó a Salvini de querer "capitalizar" la alta popularidad que tiene, según todos los sondeos, de forma irresponsable. Sin pensar en las consecuencias que esta crisis de gobierno puede tener para Italia, un país con una pésima situación económica, que no crece, con una deuda pública gigantesca (equivalente al 133% del PBI), frágil financieramente y con diversas cuestiones claves en la agenda, como la elaboración de una ley de presupuesto.

Los mercados, de hecho, reaccionaron con gran temor a la crisis política en Italia: las bolsas europeas comenzaron en baja, la de Milán, se hundió y el tan temido spread -el diferencial de rendimiento a diez años de los bonos italianos y alemanos- superó los 240 puntos, una pésima señal.

Ferragosto, una fecha sagrada

Los analistas saben que, de haber elecciones anticipadas, el gobierno de Italia giraría ulteriormente a la derecha y se volvería más euroescéptico, populista y soberanista, dejando de respetar sus compromisos financieros y pactos. No tienen dudas de que, tal como indican las encuestas, ganaría Salvini, que si bien manifestó que quiere correr solo, sin presentarse al frente de una coalición de centroderecha -como ocurrió en las elecciones nacionales de 2018-, necesitaría aliarse con otro partido de derecha para alcanzar el 40% necesario para tener una mayoría en el Parlamento. Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, un partido de derecha, se manifestó dispuesta a brindarle eventualmente su respaldo.

En medio del desconcierto ante la "bomba atómica" lanzada por Salvini en vísperas de la semana de Ferragosto, un feriado emblemático en Italia, la gran pregunta es cuándo tendrá lugar la moción de censura contra Conte. El Parlamento se encuentra en receso veraniego y deberá ser reabierto en forma extraordinaria para ello. Recién el lunes se reunirán los jefes de los bloques parlamentarios convocados por la presidente del Senado, Elisabetta Casellati, para decidir la fecha de esa cita clave, en la que se descuenta que caerá el gobierno.

Después, será el presidente, Sergio Mattarella, quien deberá decidir cómo siguen las cosas: si intenta la formación de un gobierno de transición o, directamente, disuelve las cámaras del Parlamento y llama al voto, el gran deseo de Salvini. Este, sin eufemismos y malhablado como siempre -una arma para seducir ciertos votantes- en un mítin llamó a los parlamentarios a "mover el c" y presentarse, como la Liga, ya el próximo lunes en el Parlamento, más allá del Ferragosto, una fecha aquí sagrada.