El saludo de Adolfo Cambiaso a su hijo Poroto por su cumpleaños y la situación particular de aquel día

"Poroto" Cambiaso junto a su papá, Adolfo, con el trofeo más trascendente que obtuvo hasta ahora, a sus 14 años: la Copa de Oro del Abierto Británico, el lauro más grande de Europa.
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En pleno desarrollo del Argentino Abierto de polo, Adolfo Cambiaso recordó en Instagram el nacimiento de su hijo Poroto (el séptimo de nombre Adolfo de la familia) y una situación particular que ocurrió en 2005: “Hoy hace 16 años que Alejandro Muzzio debutaba por mí mientras que nacía Poroto. Y mañana compañeros. Feliz Cumple Poro!!”, escribió el crack del polo argentino en sus redes.

Muzzio reemplazará al lesionado Diego Cavanagh en la diezmada formación de La Dolfina, que este sábado se medirá con Ellerstina desde las 16.30, por la Zona A del certamen. En ese mismo grupo, pero a las 14, Alegría Fish Creek se enfrentará con La Irenita en la cancha 2. Pero todo está abierto: la victoria de La Ensenada sobre La Dolfina del último sábado trastocó toda predicción en la zona A. El triunfo habilitó al equipo de Luján, que tiene libre este fin de semana, a definir el grupo frente a Ellerstina en la última fecha. Sus cuentas son sencillas: si gana estará en la final, ya que quedará con tres triunfos y una derrota y tendrá ventaja en el desempate mano a mano tanto con La Dolfina como con Ellerstina.

Aquella anécdota el nacimiento de Poroto

Veintiséis de noviembre de 2005. Abierto de Palermo. Partido poco exigente, de cancha 2, para La Dolfina, en el primer año de la formación Cambiaso-Monteverde-Aguerre-Castagnola. Sábado, alrededor de las tres de la tarde. El rival, Centauros-Beaufort, tenía ocho goles menos de handicap (28) y era un cuarteto de extranjeros: los ingleses Luke y Mark Tomlinson, el chileno Jaime García Huidobro y el australiano Jack Baillieu, debutantes absolutos en el torneo. Tampoco era argentino uno de los suplentes, David Stirling, uruguayo. Nada extraordinario pasaba al cabo de la primera mitad del juego: el favorito ganaba cómodo..

Pero en el descanso largo le pasaron un aviso importante a Adolfo Cambiaso: María, su señora, estaba por dar a luz. Cerca, en un sanatorio ubicado a cuatro kilómetros de ahí. Tras sentir contracciones a las 14 en Cañuelas, había roto la bolsa a las 15, y poco después los médicos le dijeron al delantero: “Podemos retrasarlo 15 minutos”. Sin embargo, Adolfito, competitivo, dudó. “El partido no está definido”. ¿Qué hago? ¿Me quedo un chukker más o me voy ya?”, se preguntó. El tanteador estaba 12-3... Y el número 1 decidió jugar otro período para asegurar ese triunfo ya más que encaminado. La Dolfina logró un 6-1 en ese quinto parcial, confirmó la goleada y, entonces sí, liberó al papá para que fuera a conocer a su hijo. El primer varón. Mia, la primogénita, había llegado tres años antes, también en época de Campeonato Argentino Abierto, pero no durante un partido.

Cambiaso llegó a la clínica y a los cinco minutos apareció el bebé, que pesó 3,1 kilos tras el parto natural. Eran las 15.55. En ese contexto nació Adolfo Cambiaso VII, el séptimo Adolfo consecutivo en su rama del árbol genealógico. Con su papá jugando el máximo torneo de polo del planeta y postergando unos diez, quince minutos la ida a la clínica. Pero el deporte de los caballos y los tacos signaría su vida mucho más que por esa anécdota.