Salón de la Fama: merecido para David Ortiz. Injusto para Barry Bonds y Roger Clemens

El dominicano David Ortiz fue elegido este martes para el Salón de la Fama del Béisbol de Grandes Ligas al recibir el 77.9 % de los votos. Su exaltación será el 24 de julio junto a Buck O’Neil, Gil Hodges, Jim Kaat, Bud Fowler, los cubanos Tony Oliva y Minnie Miñoso, todos seleccionados por Comités de las Eras del Béisbol.

El bateador que sumó 541 jonrones y remolcó 1,768 carreras se unirá a otros tres dominicanos en el Nicho de los Inmortales: Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero.

Ortiz, a quien nunca se le comprobó de manera oficial el uso de esteroides, pero que dio positivo en el 2003 cuando se hicieron las primeras pruebas de estudio para instituir después controles regulares, como algo normal también sería sospechoso de haber utilizado dichas sustancias. Sin embargo, en su caso la mayoría de los periodistas le dieron el voto.

Mientras tanto, Barry Bonds con siete premios de Jugador Más Valioso y 762 jonrones recibió el 66 %, mientras que Roger Clemens con 4,672 ponches propinados y siete galardones de Cy Young obtuvo el 65.2%, para volver a ser excluidos en el décimo y último intento de ambos a través de Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos. Ahora, sus nombres pasan al Comité de Veteranos.

¡Al Comité de Veteranos, Bonds y Clemens! ¡Qué estupidez! ¡Qué ignorancia! ¡Qué falso puritarismo!.

Los que siguen negando la entrada a Bonds y Clemens lo hacen porque ambos fueron sospechosos de usar esteroides en una época donde todos, o casi todos lo usaron de una manera u otra. Y donde todos sin excepción incluyendo el entonces comisionado Bud Selig y los restantes dirigentes, fueron cómplices de una trampa que se dejó pasar por conveniencia en busca de levantar la presencia de aficionados a los estadios luego de que este deporte pasara por una crisis.

Los que siguen negándole la inmortalidad a dos de los más grandes jugadores de todos los tiempos con o sin esteroides, se abrazan a la palabra integridad y son incapaces de reconocer que ese mismo Templo de los Inmortales está repleto de peloteros que aunque fueron fabulosos dentro del terreno de juego, alejados del campo fueron borrachos; violentos en contra de mujeres, racistas contra negros e hispanos, injustos en contra de personas por sus preferencias sexuales y tuvieron otras conductas que no corresponden a la palabra “integridad’’.

Como dijimos en artículo anterior, los méritos que califican a un pelotero son los mismos en su primera vez de elegibilidad que en la décima. Y todo el mal comienza al no hacerse lo que debería ser obligatorio, darle el voto a quienes lo merecen para que no pasen años de espera inmerecida y negárselo a quienes no reúnen los atributos. Así de sencillo.

Es un error que una gran parte de los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos, a la cual pertenezco, sigan dañando a jugadores que deben estar en el Nicho de los Inmortales del deporte de las bolas y los strikes. Si es por pecados personales cometidos, este Templo estaría casi vacío.

Y como al parecer estos graves problemas en el sistema de votación para el Salón de la Fama parece no tener una solución por las mentes cerradas de muchos periodistas, que nadie dude que en algún momento el comisionado de béisbol que esté en turno tenga que verse en la obligación de cambiar el método actual donde la injusticia impera.