Sadomasoquismo e infidelidad: las fantasías sexuales de demócratas y republicanos

POR Jeannette Rivera-Lyles-. En los últimos años, republicanos y demócratas no han estado de acuerdo en casi nada. Una encuesta reciente revela que estas diferencias se extienden a sus fantasías sexuales.

Según una investigación de Justin Lehmiller, del Kinsey Institute, un centro de estudios sobre sexualidad de la Universidad de Indiana, los republicanos fantasean más con el sexo fuera del matrimonio, el intercambio de parejas (swinging), orgías, e incluso con ver a su otra mitad teniendo sexo con una tercera persona.

Los demócratas, aparentemente, no son menos fogosos. Les gusta el sexo sadomasoquista y fantasean con actos de violencia física durante el sexo como bofetadas y nalgadas.

Según Lehmiller, quien ha escrito tres libros sobre sexualidad humana, estas inclinaciones parecen diferentes en la superficie, pero en realidad tienen mucho en común.

“Si hurgamos un poco, encontramos que aunque las diferencias entre republicanos y demócratas pueden parecer enormes, el proceso (mental) que crea las fantasías es similar”, dijo el autor del estudio en un artículo que escribió para Político.

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“Realmente, en términos de deseos sexuales es más lo que los une que lo que los separa… Ambos quieren lo que no pueden tener”. O sea, que años de evolución humana no han disminuido el inmenso atractivo de la fruta prohibida.

“Es por ello que los tabúes, cualquiera que sean, terminan por constituir un estímulo (sexual)”, explicó Lehmiller.

El científico encontró una conexión entre las fantasías sexuales de demócratas y republicanos con los principios que rigen las convicciones partidistas de ambos.

Dentro del Partido Demócrata, gran parte de lo que impulsa la agenda política es la opinión de que la desigualdad es la fuente de una amplia gama de problemas sociales. Esto se ve regularmente en la plataforma del partido. No es una locura entonces sugerir que los juegos de poder, especialmente en la configuración de sadomasoquismo, donde alguien domina y alguien se somete, y donde las líneas de consentimiento sexual no siempre son explícitas, sea un tabú interesante para algunos demócratas.

A su vez, el atractivo que los actos no monógamos y voyeristas tienen para los republicanos probablemente -dice Lehmiller- se derive del hecho de que el sexo fuera del matrimonio o entre más de dos personas son anatema en un partido político que continúa haciendo del “matrimonio tradicional” una de las piedras angulares de su plataforma oficial. No hay motivación más poderosa para querer hacer algo, según el autor del estudio, que la prohibición de hacerlo.

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Interesantemente, uno de cada 10 demócratas y uno de cada 10 republicanos admitió fantasear con líderes políticos. Entre los más codiciados están la exgobernadora de Alaska Sarah Palin, la embajadora de Estados Unidos en las ONU Nikki Haley, y los expresidentes John F. Kennedy, Bill Clinton y Barack Obama.

Estas fantasías son un espacio en el que las etiquetas partidistas importan menos, y adeptos ambos partidos navegan tranquilamente entre un lado y el otro.

Eso sí, en esto los republicanos son más tolerantes y fantasean más que los demócratas con miembros del partido contrario.

Al menos en la arena sexual hay unidad política. Qué alivio.