Síndrome de la Habana: cómo son y quién estaría detrás de los ataques que desconciertan a Estados Unidos

Los síntomas se reportaron primero en la embajada de EE.UU. en La Habana
EFE

Desde 2016, más de 200 diplomáticos, funcionarios y efectivos militares estadounidenses han reportado sentir misteriosas dolencias en sus viajes oficiales o estadías en otros países del mundo, un cuadro que se apodó “síndrome de La Habana” -en referencia a la ciudad cubana en donde se identificó por primera vez-.

En efecto, por estos días, la embajada de Estados Unidos en Colombia investiga varios casos del supuesto síndrome, según reveló este martes el diario The Wall Street Journal, luego de que al menos cinco familias hubieran reportado la percepción de ruidos agudos que se prolongan por 20 o 30 segundos, una de las cualidades de la dolencia.

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Si bien, hasta el momento, no hay un consenso entre las autoridades a la hora de explicar el fenómeno, una de las tesis que se manejan es que este síndrome es provocado por un “ataque” con armas electrónicas.

Esto es lo que se sabe respecto del síndrome de la Habana:

¿Qué es y cuáles son los síntomas?

El síndrome de La Habana es un conjunto de síntomas -todavía inexplicable- que experimentó por primera vez un grupo de funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos que había sido enviado a Cuba en 2016, durante la presidencia de Barack Obama, con el fin de reactivar las relaciones diplomáticas.

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El surgimiento de las dolencias en suelo cubano tensó el intento de recomponer los lazos. Desde que surgieron los primeros casos, reportados a fines de aquel año, otros diplomáticos y oficiales de inteligencia de todo el mundo afirmaron haber experimentado los mismos síntomas, que incluyen mareos, dolor de cabeza, fatiga, náuseas, ansiedad, dificultades cognitivas, pérdida de memoria y percepción de ruidos.

En algunos casos, por la gravedad del cuadro, los funcionarios afectados han tenido que dejar sus cargos en territorio extranjero.

Kamala Harris en el aeropuerto de Singapur, previo a su viaje a Vietnam, en agosto de este año, el cual se retrasó por el reporte de casos de síndrome de La Habana
EVELYN HOCKSTEIN


Kamala Harris en el aeropuerto de Singapur, previo a su viaje a Vietnam, en agosto de este año, el cual se retrasó por el reporte de casos de síndrome de La Habana (EVELYN HOCKSTEIN/)

Además de en Cuba, esto sucedió en China, Rusia, Polonia, Georgia, Taiwán, India y Austria. Y este año, a fines de septiembre, The Wall Street Journal informó que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) debió evacuar a un oficial que prestaba servicio en Serbia, que habría sufrido lesiones graves compatibles con el síndrome de La Habana. A lo sucedido en el país de la península balcánica se suma el último reporte de Colombia, en el que al menos cinco familias radicadas en Bogotá habrían despertado síntomas.

Otro caso relevante se reportó en Vietnam en agosto, antes que el de Serbia, y derivó en el retraso del viaje oficial de la vicepresidenta Kamala Harris al país del sudeste asiático.

¿Cuáles son las principales teorías sobre las causas del síndrome?

Inicialmente, los investigadores creían que el síndrome era el resultado de un ataque con un arma sónica o acústica. Pero un equipo de científicos expertos de Estados Unidos realizó un estudio exhaustivo y, en diciembre del año pasado, disparó otra hipótesis: que los síntomas se producían por el envío de una “energía de radiofrecuencia dirigida y pulsada”, usada como arma por algunos países.

Otra evaluación médica de 2018 también atribuyó los síntomas a la radiofrecuencia, y determinó que los cuadros podrían desencadenarse tras el uso del microondas. En esta línea, The New Yorker informó en mayo que una agencia de inteligencia extranjera -posiblemente el servicio de inteligencia ruso GRU- apuntaba dispositivos de microondas a funcionarios estadounidenses con el objetivo de recopilar datos de sus computadoras y teléfonos celulares.

La Universidad de Pensilvania se sumó al análisis, investigó los cerebros de 40 personas afectadas, y detectó que habían sufrido daños cerebrales. Un examen realizado por la Universidad de Pensilvania de los cerebros de 40 personas afectadas por el síndrome encontró alguna evidencia de daño cerebral.

¿Quién podría estar detrás de la provocación del síndrome?

El descubrimiento de los misteriosos casos médicos en Cuba hizo que Estados Unidos pusiera la mira en el país del Caribe e, incluso, expulsara a funcionarios cubanos de la embajada en Washington. Pero el gobierno de Cuba ha rechazado reiteradamente las acusaciones y ha afirmado desconocer quién podría estar detrás.

Al dispersarse los casos en todo el mundo, Estados Unidos redirigió las acusaciones a otro de sus rivales: Rusia.

“[Podría] ser [Rusia], pero honestamente no puedo... No quiero sugerir nada hasta que podamos sacar algunas conclusiones más definitivas sobre quién podría ser”, dijo el director de la CIA, William Burns.

William Burns, en una imagen de 2014
William Burns, en una imagen de 2014


William Burns, el director de la CIA

Al igual que lo hicieron en la administración cubana, en Moscú desestimaron los señalamientos y negaron estar involucrados o haber “dirigido armas de microondas”.

“Una especulación tan provocativa y sin fundamento y unas hipótesis fantásticas no pueden ser consideradas un asunto serio para comentar”, manifestaron en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.

Existen investigaciones en curso para determinar las causas y/o los posibles agentes causantes del síndrome, pero todavía no hay datos sólidos que puedan adjudicarlo a alguna administración o persona en particular.

¿Cómo reaccionó el gobierno de Estados Unidos?

Las semana pasada, el presidente Joe Biden promulgó la ley de “ayuda a las víctimas estadounidenses afligidas por ataques neurológicos”, conocida como Havana Act of 2021. La normativa autoriza el apoyo médico y financiero adicional para los oficiales de inteligencia y diplomáticos afectados por el síndrome.

En paralelo, la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Avril Haines, supervisa un equipo de analistas y expertos científicos externos encargados de determinar el mecanismo utilizado en el considerado “ataque”. Se estima que el trabajo de investigación terminará a fin del otoño del hemisferio norte.

El Comité de Inteligencia del Senado también ha sostenido que planea tomar cartas en el asunto y destinar recursos de protección para las víctimas.