Rápida respuesta de Bachelet a terremoto en Chile impulsaría su plan de reformas

Por Alexandra Ulmer SANTIAGO (Reuters) - La eficiente respuesta de la presidenta Michelle Bachelet al terremoto de esta semana en Chile dista mucho del errático manejo que tuvo frente al sismo que devastó al país hace cuatro años, un cambio que según analistas y ciudadanos la fortalece a ella y a su plan de reformas. Los servicios de emergencia y fuerzas de seguridad actuaron rápidamente para limitar los daños de un terremoto de magnitud 8,2 que azotó el norte de Chile en la noche del martes. Las prontas órdenes de evacuación, así como una serie de simulacros de emergencia en la zona durante las últimas semanas, ayudaron a que el número de muertos fuera de sólo seis. La reacción marcó un fuerte contraste con el pobre manejo de Bachelet en el terremoto de magnitud 8,8 que azotó el centro-sur de Chile en el 2010 y que provocó un devastador tsunami. En esa ocasión, la gobernante socialista instruyó a la población a regresar a sus casas cuando gigantescas olas estaban a punto de golpear las costas. Más de 500 personas murieron en ese desastre, 156 de ellas por el tsunami. Bachelet, que fue encarcelada y torturada durante la dictadura militar que vivió Chile entre 1973 y 1990, luego dudó sobre si enviar al Ejército a las calles para restablecer el orden. Los saqueos se propagaron y la ayuda llegó lentamente a los afectados. Fue el punto más bajo de un primer mandato mayormente exitoso. La gestión del Gobierno en el sismo fue tan mala que algunos familiares de las víctimas más tarde intentaron llevar a juicio a Bachelet por las muertes. Pero la líder del bloque de centro-izquierda Nueva Mayoría regresó al poder el mes pasado y su manejo hábil de la emergencia de esta semana impulsaría su popularidad, dejándola en una posición más fuerte para empujar por aumentos de los impuestos, una reforma a la educación y una nueva Constitución que buscan combatir la desigualdad de ingresos. "Con el terremoto, tiene un mayor apoyo ciudadano y una mayor capacidad de negociación (en el Congreso)", dijo el analista político Guillermo Holzmann. "Puede dejarlos en una situación donde la oposición no tendría posibilidad de articular una alternativa, (...) hay más chances de que se concreticen sus reformas", agregó. LECCIONES APRENDIDAS En esta ocasión, Bachelet dejó que los bien equipados servicios de emergencia y su ministro del Interior ocuparan un lugar central en la organización de los esfuerzos de evacuación, mientras ella daba órdenes detrás de escena. Los soldados fueron desplegados rápidamente en las zonas afectadas por el sismo. "No sintió la necesidad de estar presente delante de las cámaras como la vez pasada, permitió que otros representantes de su Gobierno lo hicieran", dijo el jefe de un centro de opinión pública de la Universidad de Chile, Robert Funk. "Tuvo una buena reacción, bastante mesurada", añadió. Bachelet viajó a las norteñas ciudades de Iquique y Arica para inspeccionar el daño y fue evacuada junto a los chilenos comunes cuando una fuerte réplica sacudió la región en la noche del miércoles. "El liderazgo de Bachelet es creíble ahora", dijo Pablo Chandía, un comerciante de 52 años en Santiago. En el 2010, "se improvisó mucho, no fue muy serio. Esta vez estaba más preparada", añadió. Los cortes de electricidad y evacuaciones hicieron que muchos en el norte no estuvieran conscientes de cómo Bachelet gestionó la ayuda por la catástrofe, pero sentían la presencia del Estado. "Tú por donde andabas, veías policías o militares", dijo Alvaro Hurtado, un ingeniero de 33 años, sobre la evacuación en Iquique. "Me parece muy positivo que estén presentes. (De lo contrario) como está oscuro, la gente sale a robar", agregó. Naciones Unidas también elogió la respuesta al terremoto en Chile. Aún así, más de 2.600 viviendas resultaron dañadas. Algunos pueblos pobres en el desierto de Atacama están sufriendo cortes de energía y escasez de agua. Holzmann dijo que el Gobierno podría incluir un fondo de ayuda en la reforma tributaria que se está discutiendo en el Congreso. (Editado en español por Felipe Iturrieta y Javier Leira)