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Rusia y China, amenazas a la democracia | Opinión

En los últimos años, se ha podido apreciar un recrudecimiento en las aspiraciones hegemónicas de los autoritarismos, situación que también se percibe, aunque en otra dimensión, en la voracidad que muestran no pocas empresas por enriquecerse, aspiración válida siempre y cuando no expolie a sus usuarios, pero este es tema de otro comentario.

La autocracia de Rusia y de China son consecuentes con la naturaleza de la mayoría de sus predecesores en el poder.La generalidad de ellos nunca dudó en masacrar a sus respectivos pueblos y atacar cualquier país por tal de extender sus dominios, tal como está haciendo Vladimir Putin contra Ucrania y amenaza hacer el mandarín Xi Jinping a Taiwán.

Los caudillos rusos y chinos siempre han sido de temer. No obstante, los actuales, Putin y Jinping, Rusia y China, respectivamente, son más peligrosos que cualquiera de sus predecesores, porque aparte de contar con armas nucleares, padecen de una pasión por el poder que los domina.

Vladimir Putin, actúa como Iván IV, “el Terrible,” un sujeto despiadado que en el momento de su muerte había acrecentado el territorio ruso, establecido relaciones con Inglaterra y como colofón asesinado a su propio hijo. Por su parte, Xi Jinping, parece tener la voracidad de los primeros emperadores chinos de la dinastía Qing, aunque los últimos estaban en plena decadencia.

Estos sujetos son realmente peligrosos porque no parecen responder a un colectivo político que los asesore con relativa autoridad, comentaba hace unos días el escritor José Antonio Albertini, aludiendo a la decisión de Nikita Jruschev de retirar los misiles de Cuba en 1962, a pesar de la bravuconería de Fidel Castro, que exhorto al líder soviético a disparar un misil nuclear contra Estados Unidos para que la URSS diera el primer golpe y después intento quedarse con armas tácticas nucleares para seguir amenazando al mundo libre.

Este ejemplo parece indicar que en el pasado los líderes de los Partidos Comunistas, aunque disponían de amplios poderes, en algunas situaciones de extrema complejidad tenían que buscar el consenso con un directorio o simplemente, contaban con un espíritu de sobrevivencia que, según parece no es muy relevante ni en Putin ni en Jinping.

El rebautizado Putin, ahora Puter por sus semejanzas con Adolfo Hitler, ha invadido Ucrania y no ha dudado en amenazar a Finlandia y Suecia después de poner en alerta máxima a sus fuerzas de disuasión nuclear, una manera de decir que está dispuesto a todo. Putin es un peligro hoy y lo será siempre, independientemente del resultado de su invasión a Ucrania.

En los últimos años, el dictador ruso ha instrumentado una nada discreta carrera armamentística con el objetivo de contar con un arsenal que nos haga pensar en el Día Después.

Es un depredador que pretende intimidar a sus vecinos con el holocausto nuclear, mientras se entretiene masacrando personas en Ucrania, razón por la cual debería ser sometido a un proceso en la Corte Penal Internacional.

En otra celda debería estar Xi Jinping. El dictador chino no es menos peligroso que su colega ruso, ambos han dejado de intentar extender su influencia a través del comercio, la ciencia o la cultura y están recurriendo a la amenaza descarnada como la agresión armada patrocinada por Putin, o la represión brutal en Hong Kong y los vuelos en las áreas de defensa aérea de Taiwán ordenados por Pekín.

Xi Jinping, paulatinamente ha ido reduciendo los espacios de libertad que disfrutaban los ciudadanos del enclave de Hong Kong, antiguo territorio británico, con la impuesta, hace menos de dos años, Ley de Seguridad Nacional que ha afectado gravemente el derecho a la protesta y la libertad de expresión de los hongkoneses, pero como si no fuera suficiente también ha criticado acremente a Australia por intentar dotarse de submarinos nucleares aduciendo que eso incentivara a una carrera por nuevos y mejores armamentos, pasando por alto el notable incremento de su presupuesto para la Defensa.

Pekín ha endurecido sus reivindicaciones en el Mar de China Meridional, intensificado las patrullas en torno a las islas Senkaku/Diaoyu, gobernadas por Japón, ha vuelto a enfrentarse a la India en el Himalaya y el mismo día de la invasión de Putin a Ucrania, aviones chinos violaron el espacio aéreo de Taiwán. El crimen no debe ser compensado.