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Rumbo ratificado: los uruguayos renovaron su luna de miel con Lacalle Pou

Los uruguayos apoyaron la gestión de pandemia de Lacalle Pou
Fuente: Archivo

MONTEVIDEO.- Ganó lo que debía ganar; ganó lo que era posible, aunque no fácil; y perdió lo que sabía que perdía. Y aparte, tuvo algunas otras pequeñas victorias que le dejan sabor especial, aunque no sean de gran magnitud.

El presidente Luis Lacalle Pou salió airoso de la primera elección de carácter nacional durante su período, porque su Partido Nacional y los partidos asociados en la "coalición multicolor" ganaron más gobiernos departamentales y aumentaron la cantidad de municipios.

Todo eso pasó en una elección realizada en medio de la pandemia, con protocolos sanitarios en las mesas receptoras de votos y durante el escrutinio, en momentos en que el presidente mantiene una alta popularidad y bajo rechazo, como consecuencia del manejo de la emergencia de Covid-19.

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De los 19 departamentos del Estado uruguayo, el Partido Nacional ganó 15 intendencias, el Partido Colorado una, y el Frente Amplio lo hizo en tres.

La izquierda tenía seis intendencias y perdió la mitad, dos del litoral frente a la provincia argentina de Entre Ríos: Paysandú (frente a Colón) y Río Negro (frente a Gualeguaychú). También el Frente Amplio perdió Rocha, departamento del este del país donde están los balnearios La Paloma, La Pedrera, Valizas y Cabo Polonio, entre otros. El Frente Amplio volvió a perder en Maldonado (Punta del Este) donde había gobernado durante 10 años (2005-10 y 2010-15).

¿Por qué fue tan bueno el resultado para el presidente uruguayo? Ganó lo que debía ganar, que era en los 12 departamentos que gobernaban los blancos: Artigas, Cerro Largo, Durazno, Flores, Lavalleja, San José, Soriano, Tacuarembó, Colonia, Florida, Maldonado y Treinta y Tres. Y su socio, el Partido Colorado, ganó la que era previsible: Rivera.

Pero los blancos también ganaron tres intendencias que tenía el Frente, Paysandú, Río Negro, Rocha, y donde la izquierda mantenía buena evaluación de gestión y voto firme.

Perdieron las que sabían que perderían: Montevideo (capital del país) y Canelones (zona metropolitana), donde el Frente tiene su base fuerte y con amplia diferencia respecto de los otros partidos. Y porque los liderados por Lacalle Pou ganaron otras batallas que son importantes y en algunos casos simbólicos.

Los blancos ganaron tres municipios de los ocho que hay en Montevideo: ya tenían dos que eran en la costa, lo que se mostraba como reflejo de un voto de clase media-alta costera, pero ahora ganaron uno grande de zona popular, de gente con niveles de pobreza por encima del promedio.

Eso tiene varias lecturas, porque se vota con lista aparte, pero tiene vínculo con el bajo rechazo que Lacalle Pou tiene en los sectores socio-económicos medio-bajo (15%) y bajos (14%).

En tanto, el Frente Amplio sigue buscando su rol como oposición, lo que luego de ser gobierno en tres períodos, 15 años que fueron de 2005 a 2020, no le ha sido fácil y se ha enredado en discusiones sobre cómo enfrentar leyes de reforma de Lacalle Pou y un eventual recurso de referéndum.

Pero la izquierda ganó Montevideo por séptima vez consecutiva (gobierna desde 1990) y Canelones, que es el segundo departamento en población, por cuarta vez seguida. En Montevideo, la nueva intendenta es Carolina Cosse, apoyada por los partidos Comunista y Socialista, los más antiguos de la izquierda uruguaya, y otros grupos chicos, que en la interna frentista venció al intendente saliente Daniel Martínez (social demócrata, que fue candidato presidencial en 2019) y al candidato que impulsaba el movimiento de José "Pepe" Mujica: el médico Álvaro Villar.

Este resultado tendrá incidencia en la reconfiguración interna del Frente Amplio, que sigue siendo el partido político más grande del Uruguay y que en el próximo otoño hará elecciones internas.

Pasaron las elecciones departamentales y todo se reacomoda, mientras el Parlamento debate sobre el Presupuesto Nacional. Mientras, Lacalle Pou sonríe y estira la luna de miel con la opinión pública.