Roberto Starc (1930-2020). Piloto de pruebas de la Fuerza Aérea y precursor de la industria aeronáutica

A los 89 años falleció el brigadier retirado Roberto Starc, de reconocida actuación en la Fuerza Aérea Argentina y en el desarrollo de la industria aeronáutica nacional, que se intensificó después de la Segunda Guerra Mundial, con la llegada al país de aviadores y técnicos alemanes. Se formó como piloto de caza y de pruebas y era muy valorado en el exterior, especialmente en Estados Unidos, donde cultivó amistades con figuras del programa Apolo.

Fue el último piloto de pruebas del IA33 Pulqui II, uno de los primeros aviones a reacción en el mundo. Diseñado por el Instituto Aeronáutico y construido en la Fábrica Militar de Aviones, en un tiempo en que Brasil enviaba a sus estudiantes y pilotos a conocer la producción argentina, el Pulqui II marcó en la década del 50 un rumbo en el desarrollo de la industria aeronáutica local. Se construyeron cinco prototipos de este modelo, de los cuales se mantiene uno en el Museo de Aeronáutica de Morón.

Realizó el primer sobrevuelo por la Antártida con un avión de diseño y producción argentina (el IA50 Guaraní), en 1968, y al año siguiente voló el primer prototipo del IA58 Pucará, además de haber participado en la concepción, el diseño y la fabricación del IA63 Pampa, entre 1978 y 1984. El Pucará fue uno de los proyectos aeronáuticos de mayor expansión: se fabricaron más de 100 unidades y se exportaron a diversos países.

Starc había nacido en Resistencia el 10 de diciembre de 1930. Era hijo de inmigrantes de Trieste y sus padres tenían un pequeño restaurante. Ingresó a la Escuela de Aviación Militar en 1949, en una época de fuerte proyección de la Fuerza Aérea por su capacidad y equipamiento. Contaba con un reconocido centro de especialización aeronáutica que permitía la preparación adecuada de aviadores y técnicos.

Participó como piloto voluntario en una misión de las Naciones Unidas en el conflicto de Katanga, a comienzos de los años 60. Allí conoció a Carla Bloeykens, de nacionalidad belga, con quien se casó en Léopoldville, hoy Kinshasa.

En ese tiempo fue miembro fundador de Centro de Ensayos en Vuelo, la cuarta escuela de pilotos de prueba del mundo y primera del hemisferio.

En reconocimiento a su preparación, fue becado por la Fuerza Aérea de Estados Unidos para realizar un curso en la escuela de pilotos de prueba. Tuvo entre sus tutores a reconocidos pilotos de combate, como Adolf Galland, que fue general de la Fuerza Aérea Alemana; Chuck Yeagerel primero en cruzar la barrera del sonido, y Kurt Tank, uno de los más destacados diseñadores de la aviación militar. Se graduó en una de las escuelas de pilotos de pruebas más prestigiosas del mundo. Compartía la clase con otros 11 pilotos y cuatro de ellos fueron luego destacados astronautas.

En la Base Aérea Edwards, de California, conoció a Charlie Duke, uno de los astronautas del programa Apolo, con quien mantuvo una estrecha amistad hasta sus últimos días. En marzo pasado, a partir de una gestión de Starc, Duke envió un mensaje de apoyo a los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud de la Argentina, que comenzaban a encarar la problemática de la pandemia del coronavirus.

Agregado aeronáutico en la embajada en Moscú, entre 1977 y 1978, fue también ministro de Bienestar Social de San Luis y director del Banco de la Nación Argentina.

En 1981, contra la opinión de las más altas autoridades de la Fuerza Aérea, Starc advirtió al Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas sobre deficiencias en la Fábrica Militar de Aviones, que llevaron a la Argentina a perder terreno en el desarrollo de la industria aeronáutica en la región, en la que claramente fue superada por Brasil. Pasó a retiro en la Fuerza Aérea en 1984.