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Roberto Palazuelos y la peligrosa tendencia de México a reírse y luego votar por él

Roberto Palazuelos se registró aspirante a la candidatura para gobernador de Quintana Roo por el partido Movimiento Ciudadano. (Foto: Luis Barron / Eyepix Group/Future Publishing via Getty Images)
Roberto Palazuelos se registró aspirante a la candidatura para gobernador de Quintana Roo por el partido Movimiento Ciudadano. (Foto: Luis Barron / Eyepix Group/Future Publishing via Getty Images)

El próximo 5 de junio se llevarán a cabo elecciones en seis estados. Lo relevante es el cambio de gobernador. La disputa por las candidaturas de los partidos, en todas las entidades, ha sido el preámbulo de lo que será la lucha electoral. Los partidos procuran designar como su candidato al mejor, aunque no siempre es posible y se tienen que inclinar por el más conveniente, que podría sorprender en las urnas. Este es el caso de Roberto Palazuelos, actor y empresario que busca ser gobernador de Quintana Roo.

Desde hace algunos meses Palazuelos manifestó su ambición de poder e informó por medio de las redes sociales y declaraciones a la prensa que podría ser candidato a la gubernatura de Quintana Roo por el Partido de la Revolución Democrática, confirmadas por su dirigente nacional Jesús Zambrano.

Las negociaciones con el PRD no prosperaron y el 21 de enero Roberto Palazuelos fue registrado por Movimiento Ciudadano (MC) como precandidato a gobernador.

Palazuelos es conocido en el medio artístico como “el Diamante Negro”. Su fama pública se origina en su trayectoria como actor en la empresa Televisa. Es originario de Acapulco y emigró a Cancún donde hizo su fortuna. Considera que “Quintana Roo es una mina de oro, por lo que ha logrado, al menos doce empresas que alimentan su fortuna, misma que oscila en los $12 millones de dólares, según el sitio Celebrity Net Worth”. Se desempeña en la industria hotelera y en la promoción de algunas marcas de ropa. (HoyDinero, 17 de enero de 2022).

Hace algunos meses Palazuelos, se asoció con el expresidente Vicente Fox. En redes sociales comentó: “Me asocié con el expresidente Fox. Compré capital social de su empresa. Ahorita la mariguana nada más está medicinal y tenemos varios productos. Vamos a empezar a crear los Oxxos de la mariguana, vamos a vender todos los productos, pero también vas a poder pagar el banco, la luz, tu teléfono y una vez que entre ya la recreacional, vamos a empezar a vender mariguana.”

Días previos a que se registrara la candidatura de Roberto Palazuelos, la periodista Lydia Cacho, en redes sociales, “recordó una investigación en la cual Palazuelos es exhibido por sus supuestos nexos con una red de lavado de dinero, despojos y desapariciones en Tulum.” Advirtió que el PRD tenía “evidencia de la participación de Palazuelos en los despojos a ejidatarios en Tulum.”

Desde luego que Palazuelos negó los señalamientos de Lydia Cacho y anunció que emprendería acciones legales en contra de la periodista.

Lo interesante de este caso es observar la tendencia de los partidos de postular como candidato, después de que no pudieron convencer al “mejor”, al más “conveniente” y que éste resulte ser alguien con algún tipo de fama pública, lograda por su alta presencia en los medios de comunicación.

El más “conveniente” no es aquel que presenta altas calificaciones académicas, culturales o científicas, sino el que ya tiene una “imagen” construida en los medios, no significa que tenga experiencia para la toma de decisiones que involucran la mejor o peor calidad de vida de los votantes, “deslumbrados” por el rostro conocido de un actor, deportista o conductor de noticiarios, no apto para gobernar.

No preocupa a los partidos la calidad de los candidatos, en la práctica no gobierna el personaje electo, sino los militantes impuestos desde el partido. Ejemplo actual de esta circunstancia es el desempeño del futbolista Cuauhtémoc Blanco que, como gobernador del Estado de Morelos, no ha brillado como lo hizo cuando le daba de patadas al balón.

Por estos días, se encuentra envuelto en un escándalo que lo involucra con el crimen organizado, después de que se publicaron en diversos medios fotos en las que aparece con reconocidos delincuentes de Morelos. El conflicto escaló cuando Blanco responsabilizó de la publicación de las fotos a su antecesor y manifestó que era una venganza política para desacreditar a su gobierno.

Otro caso de candidatura guiada por la fama pública es el de la senadora Lilly Tellez, de profesión periodista y conductora de noticiarios en TV Azteca. Postulada al Senado por Morena, en los primeros meses de actividad legislativa decidió renunciar a ese partido y pasarse al Partido Acción Nacional, donde posiblemente reconoce vínculos ideológicos que la ligan más con esta opción política. En su calidad de neomilitante del PAN ha dedicado su energía a criticar frecuentemente las acciones e iniciativas del presidente, así como las propuestas de Morena en el Senado.

Las postulaciones de los partidos de personajes con fama publica en los medios, significaría que consideran a la política un botín que hay que conquistar y conservar al precio que sea. El proceso electoral es convertido en espectáculo. No lo toman en serio y lo verdaderamente importante para ellos es acceder al poder y desde ahí al manejo discrecional de los medios financieros y la posibilidad de enriquecerse sin tener que rendirle cuentas a nadie. Así era antes y así sigue siendo ahora. Políticos y actores son lo mismo. Expertos en simulación y aprovechados de votantes que, ingenua o negligentemente acaban votando por ellos para no hacerlo por los políticos de siempre. Critican y se burlan de sus aspiraciones y al final es como darse un balazo en el pie. Y eso Roberto Palazuelos lo sabe muy bien. Ya veremos si al final no es él quien termina riendo. Y gobernando.

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