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Robert Redford: una vida llena de tragedias detrás de la fama y el éxito

Con sus implacables actuaciones y su poderoso atractivo físico, Robert Redford es sinónimo de leyenda en Hollywood. Sin embargo, detrás de su deslumbrante estrellato, el actor de 84 años esconde dolorosas tragedias que le dejaron profundas cicatrices. El célebre intérprete atraviesa en la actualidad el dolor por la reciente pérdida de su hijo James Redford, reconocido documentalista fallecido días atrás a sus 58 años, padre de dos hijos y con quien el actor compartía su pasión por la ecología.

Los obstáculos que el artista afrontó a lo largo de su vida se remontan a su infancia. Nacido el 18 de agosto de 1936 en Santa Mónica, California, Charles Robert Redford conoció la enfermedad en primera persona a una edad temprana y las tragedias familiares y emocionales lo golpearon desde entonces sin tregua.

El diagnóstico de poliomielitis en su infancia

El actor tuvo una relación distante con su padre y adoptó como figura paterna a su tío David, un talentoso atleta que perdió la vida mientras servía en el Tercer Ejército del General Patton cuando Redford tenía solo 9 años, en lo que sería para él su primer gran dolor. A los 11, Redford fue diagnosticado con un caso leve de poliomielitis, lo cual lo obligó a permanecer postrado en cama durante semanas. Esto ocurrió a fines de los años 40 durante el pico de una de las pandemias de polio y, dado que la vacuna aún no existía, el diagnóstico ya de por sí era alarmante, así como traumático para sus familiares.

"Cuando tenía unos 11 años sufrí la polio. Fue un caso leve y me libré de un tratamiento que entonces era terrorífico, pero tardé unas cuantas semanas en recuperarme y, como premio, mi madre me llevó fuera de Los Ángeles, ciudad de la que nunca había salido, al parque natural de Yosemite", contó el actor en 2018 en una entrevista con el diario El País.

La muerte prematura de su madre

Al alcanzar los 18, quien luego se convertiría en uno de los rostros más célebres de la gran pantalla sufrió la muerte prematura de su madre, con 40 años, a causa de una hemorragia mientras daba a luz a gemelos nacidos muertos.

Esta profunda pérdida lo empujó hacia el alcohol, lo que resultó en su expulsión de la Universidad de Colorado. En medio de esta dura etapa, Redfort se inscribió en la Academia estadounidense de Arte Dramático, donde se enamoró de la actuación y, poco después, de una joven mormona llamada Lola van Wagenen, con quien se casaría un año más tarde, en 1958, y quien se convertiría en uno de sus grandes amores.

La pérdida de su primer hijo y la enfermedad del tercero

Al poco tiempo, el actor y su esposa le dieron la bienvenida a su primer hijo, Scott (1959). Se mudaron a Manhattan, Redfort consiguió su primera obra en Broadway y, si bien las cosas finalmente parecían ir bien para él, la tragedia se hizo presente nuevamente. La mañana después de que Redford le diera un beso de buenas noches a su hijo de 10 semanas y lo acostara en su cuna, el bebé fue encontrado muerto, víctima de una muerte súbita.

El episodio dejó en él una cicatriz que nunca pudo sanar del todo. A pesar de ello, tres años después, Redford y Lola volvieron a ser puestos a prueba cuando su tercer hijo, el recientemente fallecido Jamie, nacía siete semanas antes de tiempo con un problema respiratorio y con pocas probabilidades de vida. Si bien logró estabilizarse, James sufriría toda una vida de problemas de salud. Entre otras intervenciones, requirió de una extirpación de colon y de dos trasplantes de hígado a sus 30 años. El primer trasplante falló y Redford describió la búsqueda desesperada de un órgano compatible como un episodio de profunda angustia para la familia.

El asesinato del prometido de su hija Shauna

Fruto del matrimonio también nacieron Shauna (1960), pintora, y Amy, nacida una década más tarde y quien siguió los pasos de su padre en el mundo de la actuación. Además es directora y productora y tuvo papeles en los programas de televisión Sex and the City, Law & Order: Criminal Intent y Los Soprano.

Pero otra tragedia volvió a tocar a su puerta y a la de su familia: a mediados de los 80, tras el asesinato del prometido de Shauna, Sid Wells, quien en 1983 fue encontrado con un disparo en la nuca a unos metros de su vivienda; la joven entró en una profunda depresión que estuvo a punto de costarle la vida a causa de un accidente de tráfico.

La reciente muerte de James

La familia Redford siguió creciendo en los últimos años y el actor se convirtió en abuelo de siete nietos. Sin embargo, el duelo marca sus días en la actualidad tras la muerte de James Redford, a causa de un cáncer. Días atrás, la esposa de éste, Kylie Redford, anunciaba su fallecimiento a través de un mensaje en las redes sociales, en el que dejaba entrever que su compañero llevaba enfermo al menos los dos últimos años. "Jamie ha muerto hoy. Estamos desconsolados. Vivió una vida hermosa e impactante y fue amado por muchos. Lo extrañaremos profundamente. Como su esposa desde hace 32 años, estoy muy agradecida por los dos hijos maravillosos que criamos juntos. No sé qué hubiéramos hecho sin ellos los últimos dos años", escribió junto a un recopilatorio de imágenes de su marido y sus hijos.

James y Kylie Redford, cuya relación comenzó en el colegio, son padres de Lena y Dylan Redford, ambos con carreras relacionadas con el cine. Documentalista de profesión y conocido por su labor activista, en 2005 James fundó junto a su padre The Redford Center, una organización sin ánimo de lucro que produce documentales para concientizar al público sobre el medio ambiente y otras causas en favor del planeta. La defensa de la naturaleza no fue la única causa que motivó a James para lanzarse a la producción de trabajos audiovisuales, sino también sus problemas de salud. Firmó la película protagonizada por su hijo Dylan, The big picture (2013), que trata sobre la dislexia, y en 1999 produjo The kindness of strangers, un documental sobre el drama de las listas de espera de órganos; algo que él mismo llegó a experimentar cuando le fueron trasplantados hasta dos hígados para sobrevivir a la colangitis esclerosante que le fue diagnosticada a los 25 años.

Del desamor al amor

Redford estuvo casado con Lola van Wagenen, la madre de sus hijos, durante 27 años. La separación, casi tres décadas después, fue de común acuerdo y causó impacto en los medios y en los hijos de la pareja, sobre todo en Amy, quien declaró que el divorcio de sus padres fue lo peor que le había tocado atravesar en la vida.

Luego de la ruptura impensada con su gran amor, el actor tuvo algunas relaciones pasajeras. Eran tiempos de fama y del crecimiento del Festival Sundance, que ayudó a a fundar. Con la diseñadora de vestuario Kath O´Rear y la top model francesa Nathalie Naud tuvo romances, pero Redford aún no había hecho el duelo por el divorcio con su exmujer. Allí residía, verdaderamente, la inestabilidad emocional del actor.

En 1986 y tras algunos breves romances, le tocó rodar Peligrosamente juntos. Esta comedia policial era dirigida por Ivan Reitman, quien fue el primero en notar la atracción del actor con Debra Winger, su compañera de rubro. Sin embargo, el verdadero amor, aquel que, en parte, emularía al que mantuvo con su primera mujer, llegaría de la mano de Sonia Braga. Se convirtieron en una de las parejas más fotografiadas del momento pero, aunque estuvieron juntos durante siete años, la relación no prosperó.

En 1996, Redford conoció en Sundance a la pintora alemana Sibylle Szaggars, quien le devolvió la capacidad de creer en el amor. Al comienzo, solo se trató de una amistad intensa, pero luego llegó el noviazgo y, finalmente, la boda en 2009. No se muestran demasiado en público, pero sus aficiones comunes por el cuidado del medio ambiente y la pasión por la pintura los llevaron a recibir el Príncipe Rainiero de las Artes, una distinción sumamente prestigiosa otorgada a la pareja por su labor conjunta.

El temor a su propia muerte

"Me gusta el Oeste, las montañas, escalar, caminar, escuchar los ríos o el silencio de los bosques, el cielo abierto, el paisaje extenso, la falta de polución. Paraísos tan remotos que puedo mirar y no ver más que cielo y tierra. Lugares donde me siento feliz", afirmaba en 2018 el actor en diálogo con El País.

"¿Piensa en la muerte?", quiso saber el periodista. "Probablemente. Es parte de la vida y seguro que en algún lugar de mi mente estoy aterrorizado. Es inevitable, pero puedo elegir entre vivir con miedo o seguir con mi vida y reírme de la muerte", apuntaba entonces el protagonista de El golpe.

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