River - Racing: los goles que encendieron el Monumental y valen un título

Ya partió el toque decisivo de Palavecino; Gabriel Arias no pudo impedir la apertura del marcador en el Monumental
Gustavo Garello

La tensión —o más bien, la ansiedad—ascendía. Claro, todos en River querían gritar el “gol”, ese que puede valer un campeonato, el título de la Liga Profesional. Pero Racing no descuidaba la pelea del mediocampo e incluso se había acercado al arco de Franco Armani de manera vertical e intensa. Por momentos, el equipo de Fernando Gago transformaba esa ansiedad del rival en un estado de alerta. Pero, minutos después, volaron todos los papeles y eso fue quebrado por el anhelado festejo...

Palavecino define de zurda
LA NACION/Mauro Alfieri


Palavecino define de zurda (LA NACION/Mauro Alfieri/)

En una jugada que nació en los pies de Rojas, River comenzó el recorrido del campo de juego por la banda izquierda. Sin muchos pases de por medio, Enzo Fernández recibió como enganche y empezó a trasladar hacia la medialuna. Cuando estaba por caerse, desprendió el balón hacia el corazón del área. Allí merodeaban Julián Álvarez y Braian Romero, pero el que apareció como un delantero natural fue Agustín Palavecino, para definir con un toque al ras. 1 a 0.

El inicio del segundo tiempo trajo, casi de manera instantánea el segundo y definitivo tanto. Un gol que cayó como un martillazo para el conjunto de Avellaneda.

Álvarez y Palavecino celebran el 2 a 0.
LA NACION/Mauro Alfieri


Álvarez y Palavecino celebran el 2 a 0. (LA NACION/Mauro Alfieri/)

El segundo llegó tras un remate de Julián Álvarez, el 17° para el pibe cordobés en lo que va del campeonato. El que lo habilitó fue Palavecino, desde la medialuna. Así, la “Araña” se distanciaba más en la tabla de goleadores del campeonato. Era el 2 a 0 para River, un resultado visiblemente irreversible.

¿Había más? Sí, siempre podía haber más para este River hambriento de goles. El tercero llegó tras una asistencia de Palavecino, y la definición estuvo a cargo de Braian Romero, que estaba buscando su reencuentro con el gol, y lo logró con un toque y cierta colaboración del arquero Arias, de floja respuesta aquí.

Apenas si River levantó el pie del acelerador. Lejos de conformarse, fue por más. Y esta vez, el aporte lo hizo Jorge Carrascal. El colombiano había entrado hacía apenas unos minutos, aprovechó una salida dubitativa de Lucas Orban, le arrebató la pelota y asistió con un toque delicioso a Romero, que no tuvo problemas para vulnerar otra vez a Arias.