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De Ricardo Darín a Bill Murray y John Malkovich: actores que hicieron de sí mismos en el cine

Bill Murray en Zombieland
Bill Murray en Zombieland

En El peso del talento, Nicolas Cage entrega cuerpo y alma a una comedia policial basada en la autoparodia. El actor se interpreta a sí mismo, y se divierte con un guion basado en su condición de ícono popular. Sin embargo, esta no es la primera vez que se utiliza este recurso en el cine y, como se verá enseguida, salvo algunas pocas excepciones, suele coincidir con un declive en la carrera del artista.

Aquí, algunos ejemplos de estrellas nacionales e internacionales que hicieron de ellos mismos en películas. Para no hacer la lista interminable, se omitieron cameos y participaciones en series; también aquellos casos como el de Vin Diesel o Tom Hardy que, se llamen como se llamen en la ficción, siempre hacen el mismo papel.

Ricardo Darín en Delirium (2014)

Una auténtica curiosidad dentro del cine nacional. Parece ser que Ricardo Darín le había prometido al director Carlos Kaimakamian Carrau que el día que hiciera una película, él iba a participar. El momento llegó, y el actor cumplió con su palabra interpretándose a sí mismo. Ficción y realidad se entremezclan en esta comedia acerca de un grupo de chicos con más entusiasmo que talento que consiguen que Darín protagonice su film con resultados inesperados. Una escena que termina en tragedia, la desaparición del actor y el mundo que comienza a preguntarse a dónde está. Para cerrar la bizarra idea con broche de oro aparece Susana Giménez como la presidenta de la Nación.

Jean-Claude Van Damme en JCVD (2008)

Para 2008 la estrella de Jean-Claude Van Damme como héroe de acción se apagaba irremediablemente. Entre la debacle del subgénero y las limitaciones del belga para ofrecer más de lo mismo sin que se note tanto, no había mucha solución. Así que Jean-Claude apeló a la parodia y se tiró a la pileta con una película que bautizó con sus iniciales. ¿La trama? Su vida personal y profesional devaluada de ese momento, revolucionada por el robo a un banco que lo obliga a estar a la altura de su leyenda en la ficción. Entre el buen humor del protagonista, y una historia que en todo momento hace equilibrio para no caer en la obviedad y el trazo grueso, JCVD cumple. Y, créase o no, le brindó un nuevo comienzo a la carrera del astro.

Bill Murray en Zombieland (2009)

Además de tomarse (muy bien) en broma el tópico zombies, la película de Ruben Fleischer pasa en limpio y aggiorna algunas reglas para salir con vida de semejante brete, desperdigadas en decenas de films del género; y de postre juega con los códigos de Hollywood, dándolos vuelta del derecho y del revés. Eso es Zombieland.

En su ruta de escape de la invasión de los no muertos, el grupo protagonista recala en la mansión de Bill Murray, al que encuentran como si nada hubiera pasado. El actor no solo se interpreta a sí mismo, sino que acepta exagerar al borde de lo absurdo su realidad ficcional al ritmo de la banda de sonido de Los cazafantasmas. La participación daba para más, pero lo que aparece en pantalla es cien por ciento Murray.

Robert Englund en La nueva pesadilla de Wes Craven (2010)

Cuando la saga de Freddy Krueger ya no tenía nada más que aportar (habían pasado seis películas, una peor que la otra, y además una serie), Wes Craven regresó detrás y delante de cámaras para hacer un último intento. La idea fue apelar una vez más al recurso del “cine dentro del cine” y mostrar que en realidad él “soñaba” las historias de los films, que le dictaba el mismísimo Freddy.

Para poder llevar adelante este juego de espejos, actrices y actores de la original tenían que volver, pero no como personajes sino como ellos mismos. El que más trabajo tuvo fue Robert Englund, que se tuvo que interpretar a él, y también a la criatura.

Una curiosidad en torno a la idea es que siempre se dijo que el guante de Freddy había sido inspirado por el personaje Ze Do Caixao, ícono de terror brasileño creado por el cineasta José Mojica Marins. Pero menos conocido es que una película de su franquicia, Delírios de um Anormal (1978), tiene varios puntos en común con La nueva pesadilla de Wes Craven.

Adam West en Regreso a la baticueva (2003)

La serie de Batman fue y es un hito de la cultura popular; sin embargo, no fue hasta el comienzo del nuevo milenio que alguien tuvo la buena idea de recrear algo a partir de ella. Entre el homenaje y la autoparodia, esta película para televisión de Paul A. Kaufman juega con la idea de un Adam West y un Burt Ward similares a sus criaturas televisivas.

Los actores son invitados a una muestra de caridad donde se va a exhibir el Batimóvil original, pero de un segundo para otro es robado por El Acertijo. Con pistas relacionadas a la creación e historia del programa, Adam y Burt se convierten en involuntarios detectives mediante el recuerdo de lo que vivieron cuarenta años antes mientras intentan, una vez más, encontrar al villano. Un inspirado homenaje sin demasiadas pretensiones, que llegó a buen puerto gracias a la predisposición de Adam West.

Gastón Pauls en Sábado (2001)

La ópera prima del argentino Juan Villegas echó luz sobre una de las grandes incógnitas de la historia del cine y la televisión: ¿Se dice Gastón “Pauls” o Gastón “Pols”? Con poco presupuesto pero gran pericia cinematográfica, el director sigue durante el primer día del fin de semana a una serie de personajes con diferentes problemáticas. Entre ellos está un muy joven Daniel Hendler que, en un accidente de tránsito con su auto se topa con Pauls. A partir de ese momento el actor se suma a la galería de personajes, y mientras revela algunas características de su personalidad, resuelve la pregunta del millón acerca de su apellido.

James Franco en Este es el fin (2013)

El actor James Franco recibe en su casa de Los Ángeles a un grupo de colegas amigos (Jonah Hill, Seth Rogen y Danny McBride, entre otros), en una fiesta de inauguración que se ve interrumpida por un ataque extraterrestre. La excusa, porque todo no es más que una gran excusa narrativa, alcanza para que un grupo de comediantes de Hollywood encuentren la manera de hacer una película sin actuar demasiado, con un código que conocen de memoria, y al que el espectador podrá entrar de acuerdo a la cercanía que tenga con su trabajo o con su estilo humor. Para Franco, un hombre que ha sabido ir de la comedia al drama con idénticos resultados, es uno de los proyectos donde se lo ha visto más cómodo.

John Malkovich en ¿Quieres ser John Malkovich? (1999)

La única que ya en el título deja en claro a qué astro del cine va a hacer referencia. Spike Jonze tras las cámaras y Charlie Kaufman en el guion concibieron en 1999 una historia que sorprendió por planteo y factura. Craig Schwartz (John Cusack) es un titiritero que consigue trabajo en una extraña oficina, para luego descubrir que un túnel lo lleva directo a la cabeza de John Malkovich. Con un punto de partida que tranquilamente podría haber sido un capítulo de La dimensión desconocida nació una película surrealista que dividió las aguas de la audiencia al momento de su estreno, y a la vez catapultó a sus responsables hacia un futuro de éxitos. Además de Cusack y Malkovich, forman parte del elenco Cameron Díaz y Catherine Keener.