La revancha de los "jubilados": el boom de los directores técnicos mayores de 60 años en Europa frente a lo que pasa en la Argentina

Marcelo Bielsa se ríe como un niño en tiempos de pandemia, cuando corre en una plaza. Se permite emocionarse, con lágrimas contenidas y con abrazos impostergables. Acaba de conseguir el título de la liga Championship, la indescifrable segunda categoría del fútbol de Inglaterra, y el pasaporte a la Premier League, el mejor campeonato de clubes del mundo.

Logra a los 65 años, la edad establecida en la Argentina para la jubilación de los hombres, uno de los premios más valiosos de una trayectoria de 30, con el bautismo de un título en Newell's, su bandera.

El festejo del Loco

Maurizio Sarri llegó a fumar 80 cigarrillos por día. Cascarrabias y audaz, ahora calma su ansiedad con una boquilla de un cigarro en la boca, mientras dirige a Juventus, el campeón en serie de nueve trofeos de la Serie A,esta vez con su sello, con la lengua filosa y la mano caliente cuando Cristiano lo saca de sus casillas. Está en la cúspide de una carrera matizada en el sudor del itálico ascenso y con una romántica etapa en Napoli (2015-2018) que lo hizo visible. Tiene 61 años y celebró su primer título en la entidad de Turín.

Sarri discute con Cristiano

Quique Setién disfruta muy de vez en cuando su juzgada obra en Barcelona, lo máximo de una carrera de vuelo bajo mediático y respetables propuestas en Las Palmas y Betis en un trabajo de hormiga de 19 años. Discute con Lionel Messi y acepta su rol secundario, convencido de que el dolor del subcampeonato español tiene que ser la plataforma para alcanzar la Champions League.

Es sereno, suele pasar inadvertido y tal vez jamás soñó con dirigir al gigante. Va a cumplir 62 años en septiembre. Manuel Pellegrini acaba de asumir en Betis, a los 66, motivado por el desafío y con el recuerdo de sus brillantes etapas en Villarreal y Málaga. Más allá del éxito en Manchester City y de su edad, desafía al contexto: docente y estudioso, entiende que solo en el transcurrir del tiempo surgen los mejores resultados.

Inglés, sueco, francés, italiano y alemán. Cinco idiomas habla Roy Hodgson, el entrenador en actividad más longevo de Europa. Tiene 72 y dirige desde hace tres temporadas a Crystal Palace, de Inglaterra. Fue el conductor del seleccionado inglés entre 2012 y 2016 y ensaya tácticas y estrategias desde el mismo año en el que Diego Maradona pateó la primera pelota como profesional: 1976. Se siente libre sobre el césped mientras dirige un entrenamiento.

Carlo Ancelotti, de 61, no logra levantar la moral de un equipo acostumbrado a la mitad de la tabla, Everton, también en la Premier League. Pero no extraña a los gigantes a los que supo comandar (Juventus, Real Madrid, Bayern), porque se siente activo, pleno en la mejor liga.

Atalanta enamora desde la osadía. Es una declaración de principios: con migajas y un par de nombres propios, se puede crear una vistosa revolución. Está instalado en los cuartos de final de la Champions League y acaba de cerrar la Serie A con 98 goles, un número de colección, y el tercer lugar, rodeado por grandes. Lo conduce un auténtico desconocido para nuestro medio, Gian Piero Gasperini, de 62 años, con el cabello revestido de nieve y buen gusto. Su historial tiene vaivenes, hasta hoy. Se ríe como nunca y, sobre todo, cada vez que su equipo de autor ingresa en la cancha.

En la otra orilla de la ideología sigue vigente la mano dura de Claudio Ranieri, un viejo zorro. A los 68 años, mantiene en la primera categoría de Italia a Sampdoria. El Padrino, DT desde 1986, no cree en el reposo del guerrero: mantiene la pasión por el estilo defensivo desde aquellos viejos tiempos de Valencia, Chelsea, Juventus, Roma e Inter.

Esta historia es la revancha de los jubilados. El boom de los directores técnicos mayores de 60 años, los que se mantienen vigentes en los puestos de vanguardia. No son el decorado: siguen cazando la historia. Hay 12 entrenadores en las principales ligas de Europa (Inglaterra, España, Italia, Francia y Alemania) de 60 o más años. En casi todos los casos su experiencia es decisiva, valiosa. El promedio de edad de la Premier es el más elevado: 52,15.

Es una tendencia que transforma el pensamiento de Arsène Wenger (70), entrenador, docente y economista, referencia histórica de Arsenal. Antes de marcharse, dos años atrás, cuando su formación mantenía una saludable idea sin puntería ni títulos, declaró: "Me discriminan porque soy viejo". Y fue más allá: "Cuanto más viejo sos, más se convierte en discriminación por la edad. Acepto que si los resultados no son lo suficientemente buenos, tenés que asumir las consecuencias. Soy quizá tan ingenuo como para creer que cuando el tiempo pase, lo que la gente destacará será lo que he hecho por Arsenal y no tanto el resultado del último partido". El francés sigue inactivo.

Lo curioso es que Arsenal hoy es dirigido por uno de los sies entrenadores menores de 40 años en las principales ligas europeas. El mundo del revés: Mikel Arteta, de 38. El español está celebrando la Copa FA luego de superar ayer a Chelsea por 2 a 1, con un estilo sorprendentemente conservador: suele jugar con un 5-2-3.

Hay más casos de preparadores que reniegan de la jubilación de privilegio. Se arriesgan, se exponen, como cuando eran jóvenes. Y ganan prestigio. Borussia Dortmund fue subcampeón de la Bundesliga con Lucien Favre, un suizo de 62 años. En ese medio, dio el salto a la primera categoría el asombroso Arminia Bielefeld, campeón de segunda, un club pequeño, que solía destacarse en otros deportes, como el hockey sobre césped y el patinaje sobre hielo. Tiene menos de 12.000 socios. El DT es Uwe Neuhaus, de 60 años. Está en la cumbre de su carrera.

La alegría de Russo

En la estación Lanús, en la temporada 1989, se rubrica el prólogo de la travesía de Miguel Russo como entrenador.Enorme en Estudiantes y Rosario Central, querido en Vélez y campeón de la Copa Libertadores en Boca con un colosal Juan Román Riquelme, las vivió todas. Superó una grave enfermedad. Recorrió América, tuvo discretas experiencias en Alianza Lima y Cerro Porteño, hasta que descubrió que a su historia le faltaba la mejor parte: el regreso a Boca. En siete partidos (seis triunfos y un empate), le arrebató el título de la Superliga a River. Su amplia sonrisa, a los 64, supera a su clásica mesura. Se lo ve vital, lúcido. Feliz.

En nuestro medio, de este lado del mostrador futbolero, la mirada a los adultos mayores es otra. No se los escucha. Sus consejos suelen ser arcaicos, dicen algunos. El promedio de edad de los directores técnicos de la primera categoría de la Argentina es de 47 años. Todo un símbolo: cinco años de diferencia con la Premier League.

Sin embargo, los "viejos piolas" se arremangan. Están subidos al ring: no quieren describir las peleas de otros. Como Russo, Julio Falcioni fue llamado de apuro en Banfield, que estaba comprometido con el descenso. A los 64, mientras lucha contra una dura enfermedad, lo mantuvo en la primera A y luego fue corrido de la escena. Ricardo Zielinski, a los 60, encontró el respeto de la elite, no sólo de sus viejos camaradas del ascenso. Sus credenciales en Belgrano y Atlético Tucumán lo certifican. Y con continuidad.

El 30 de octubre Diego Maradona va a cumplir seis décadas. En Gimnasia demostró que está a la altura del desafío. Frank Kudelka araña esa edad y en Newell's confirmó su historial: es de la clase de técnicos que aportan soluciones. Sin embargo, la Argentina se inclina por la extrema juventud. Cuatro entrenadores aún no cumplieron los 40: Sebastián Beccacece (39) está en Racing, Mariano Soso (39) todavía no debutó en San Lorenzo, Luis Zubeldía (39) sigue en Lanús, mientras que Israel Damonte (38) no se fue de Huracán.

En la misma sintonía, se escribe la receta de los directores técnicos de los seleccionados. La Argentina se arriesga con Lionel Scaloni (42), un conductor carente de experiencia, y dotado de un futuro incierto. En cambio, Oscar Tabárez cumplió 73 y desde hace 14 años conduce a Uruguay con un éxito comprobado, más allá de títulos. Ricardo Gareca, con 62, es el DT de Perú y finalista de la última Copa América; Reinaldo Rueda, con 63, por ahora se mantiene en Chile, y Carlos Queiroz, con 67, dirige a Colombia. Jorge Jesus, a los 66 años, vivió una experiencia fascinante: condujo a Flamengo, se consagró en la Copa Libertadores 2019 y volvió a su casa. A Benfica.

Sabe que en Europa los entrenadores no se jubilan, no se retiran.Escriben la historia grande, sin fecha de vencimiento.