La revancha entre Hulk Hogan y Jesse Ventura en la arena política

Terry Bollea, también conocido como Hulk Hogan, y su esposa, Sky Daily, durante la Convención Nacional Republicana en el Fiserv Forum en Milwaukee, el 18 de julio de 2024. (Haiyun Jiang/The New York Times)
Terry Bollea, también conocido como Hulk Hogan, y su esposa, Sky Daily, durante la Convención Nacional Republicana en el Fiserv Forum en Milwaukee, el 18 de julio de 2024. (Haiyun Jiang/The New York Times)

Cuando Jesse “The Body” Ventura se enfrentó a Hulk Hogan en la década de 1980, Ventura hizo el papel del villano con capa cuyos golpes bajos y provocaciones fingidas impulsaron a la audiencia a apoyar al héroe bigotudo, que resplandecía triunfal en sus calzoncillos de luchador.

Ventura, ahora de 73 años, vuelve a dar vueltas en el cuadrilátero.

En lo que es una trama secundaria que parece descabellada incluso para los estándares de las elecciones presidenciales de 2024, Ventura (un político independiente declarado, exgobernador de Minnesota y empresario de la marihuana que estuvo entre los seleccionados para ser el compañero de fórmula de Robert F. Kennedy Jr) manifestó hace poco su respaldo a los demócratas Kamala Harris y Tim Walz, criticó duramente la candidatura republicana y revivió una rencilla de décadas con Hogan sobre un intento fallido de sindicalizar a los luchadores profesionales.

Después de que Hogan, cuyo nombre real es Terry G. Bollea, apareció el mes pasado en la Convención Nacional Republicana con los ojos desorbitados y desgarró su camiseta, algunos se han preguntado si Ventura aparecerá en Chicago en la convención del Partido Demócrata de la próxima semana, se subirá a las cuerdas en su boa de plumas y aplastará a su rival, metafóricamente, por supuesto.

La respuesta es no. “Ni siquiera me han invitado y no espero participar”, dijo Ventura en una entrevista telefónica el miércoles desde su casa en Minneapolis.

Y es que, francamente, los chistes sobre lucha libre están empezando a molestarlo. “¿Por qué me asociarían con Hulk Hogan?”. Ventura señaló que, después de pasar seis años en la Marina y de ser alcalde y gobernador, llevaba casi el mismo tiempo en el servicio público que en la lucha libre profesional.

“Hulk Hogan es como Donald Trump”, continuó Ventura. “Nunca sirvió a su país ni un solo día”. Está bien, tal vez no haya boa de plumas, pero, sin duda, estas son palabras desafiantes.

Para comprender cómo llegamos a este momento —la estridente unión de la política de Minnesota, los sindicatos y la actitud de macho de la década de 1980— ayuda revisar las trayectorias profesionales de Ventura y Bollea, y la improbable manera en que se han entrecruzado con la política estadounidense.

Bollea, de 70 años, fue quizás la estrella más famosa de la World Wrestling Federation (ahora World Wrestling Entertainment), lo cual aprovechó para hacer carrera en la industria del entretenimiento y la telerrealidad.

Su contacto con el mundo político ha sido más indirecto. Peter Thiel —el empresario multimillonario que en 2016 fue uno de los principales donantes de Trump y que sigue teniendo influencia en la órbita del expresidente— ayudó a financiar una disputa legal que Bollea libró contra la compañía de noticias Gawker Media después de que esta publicó un video de él teniendo relaciones sexuales con la esposa de un locutor de radio.

En 2016, Bollea ganó el juicio y un jurado de Florida le ordenó a la empresa de medios que le pagara 140 millones de dólares. Este caso acabó con la empresa.

En su discurso en la convención del mes pasado, Bollea dijo que trató de “mantenerse al margen de la política”, pero que se sentía obligado a apoyar a Trump, a quien describió como “mi héroe”.

Trump y Bollea se conocen desde hace décadas y el expresidente tiene vínculos estrechos y duraderos con la WWE: en 2013, fue incluido en su Salón de la Fama.

La relación de Ventura con la WWE es más complicada. Un día de 1986, en las semanas previas al evento de pago por visión “WrestleMania 2”, Ventura intentó convencer a sus compañeros luchadores, en la privacidad del vestuario, de formar un sindicato.

En 2016, en el pódcast de un compañero exluchador, “Stone Cold” Steve Austin, Ventura contó que no fue sino hasta principios de la década de 1990, en el curso de una demanda por regalías, que se enteró de que Bollea lo había “delatado” con la gerencia de la WWE. “Fue como si alguien me hubiera dado un puñetazo en la cara”, dijo Ventura. “Era mi amigo”.

Ventura mencionó el conflicto en una entrevista el fin de semana pasado en MSNBC. “Fue Hulk Hogan quien me clavó un cuchillo por la espalda”, dijo. “Por eso no me sorprende ver a Hogan con los republicanos. Hogan es el mayor opositor de los sindicatos”.

Un representante de Bollea no hizo comentarios.

Tras dejar la lucha libre, Ventura comenzó una carrera política en su estado natal. En 1998, como candidato del Partido de la Reforma, fue elegido gobernador de Minnesota, en una sorprendente victoria de un tercer partido que puso de manifiesto el atractivo que tienen en el estado los políticos rebeldes que dicen lo que piensan sin censurarse.

En el año 2000, Ventura renunció al Partido de la Reforma en medio de la conmoción por un candidato advenedizo que había buscado la nominación del partido para las elecciones presidenciales. Ese candidato era Trump y su nominación fue rechazada por el fundador del Partido de la Reforma, Ross Perot, pero fue apoyada por Ventura.

Desde entonces, Ventura se ha convertido en un crítico de Trump. Quedó consternado por los disturbios en el Capitolio del 6 de enero de 2021. “Todos conocemos a tipos como él”, afirmó Ventura. “Tiran la piedra y esconden la mano”.

Después de un mandato como gobernador, Ventura dejó el cargo en 2003 y se convirtió en un agitador de los medios y una figura prominente en la política independiente y de tercer partido. Estos días se le puede encontrar como autor de artículos en el Substack que comparte con su hijo; también fundó una empresa de marihuana, Ventura Farms.

Hace algunos meses, el Times informó que Kennedy estaba considerando a Ventura como posible compañero de fórmula en su campaña presidencial independiente. Poco antes, Ventura había hablado en un mitin de Kennedy y se habían mantenido en contacto.

Al final, fue otra elección vicepresidencial la que volvió a hacer de Ventura el centro de atención: la de su amigo de Minnesota, Walz.

En 2018, cuando Walz fue elegido gobernador de Minnesota por primera vez, de inmediato llamó a Ventura y organizó una reunión, afirmó Ventura. Eso le causó una profunda impresión.

“Me estuvo preguntando que pensaba durante más de dos horas”, dijo Ventura en la entrevista del Times el miércoles. “Esto me demuestra que Walz cruzará las barreras entre partidos para tener éxito”.

c.2024 The New York Times Company