¿Quiere retractarse de la compra de una vivienda? Quizá no tenga que quedarse con ella

Lynne Sladky/AP

Hay muchas formas de rescindir un contrato si ya no quiere seguir adelante. Pero no presentarse al cierre programado no es una de ellas.

Es un error no notificar al vendedor, al abogado encargado del cierre, al agente del vendedor y al suyo propio que no tiene intención de continuar con la venta. Pregúntese: ¿Le gustaría estar al otro lado de la transacción? Y lo que es más importante, podría exponerse a demandas si se esconde el día del cierre. El vendedor podría pedir al tribunal que le obligue a cumplir el acuerdo, un concepto conocido como “cumplimiento específico”. Y su agente pudiera exigirle que le pague la comisión que le corresponde.

Como mínimo, es probable que le pidan que pague los gastos del vendedor y del agente, que pueden ser importantes. Aun así, puede que decida que eso es mejor que comprar una casa sobre la que ha cambiado de opinión.

Afortunadamente, como dijo recientemente el director general de Redfin, Glenn Kelman, en la CNBC, “hay todo tipo de formas de salir de un acuerdo si ya no quiere hacerlo”. Tal vez haya perdido el empleo, no haya conseguido financiamiento o no haya podido vender su casa actual. O tal vez la inspección de la vivienda reveló cosas que lo desaniman, o el vendedor no cumple su parte del trato. Cualquiera de estos motivos puede servir para rescindir un contrato de compraventa, pero todos ellos tienen restricciones. Todo se reduce a la letra pequeña.

(Nota: no soy abogado ni profesional del sector inmobiliario. Nada de lo que sigue debe tomarse como un consejo legal; se basa únicamente en mi experiencia informando sobre el sector inmobiliario durante más de medio siglo. Antes de dar cualquier paso para poner fin a un contrato, hable con su agente y busque asesoría legal).

Use el contrato como mapa de ruta, aconseja Luke Babich, director general de Clever Real Estate, un servicio de búsqueda de agentes. El contrato de compraventa detallará todas las contingencias, condiciones y plazos que deben cumplirse. Por ejemplo, quizá tenga que solicitar el financiamiento en un plazo determinado o que la inspección de la vivienda se realice en cierto número de días. Si quiere rescindirlo y la compra depende de la venta de su actual residencia, simplemente deje de tratar de venderla. O retrase la solicitud de la hipoteca, con lo que perderá el plazo y anulará el contrato. Sin embargo, es posible que tenga que renunciar a su depósito.

Si ya le han aprobado el préstamo, aún puede cancelar el acuerdo si hace algo que afecte negativamente su puntuación de crédito, ya que su prestamista volverá a comprobarlo justo antes del cierre. Si aparece algo nuevo en el informe –una compra reciente de gran valor, por ejemplo, un auto– el prestamista podría denegar el financiamiento.

Pero en lugar de gastar dinero para echar por tierra el acuerdo, considere la posibilidad de solicitar varias tarjetas de crédito nuevas que tengan un límite alto. No tiene que usarlas. Pero si de repente tiene acceso a decenas de miles de dólares en crédito disponible, puede hacer que su prestamista se lo piense dos veces antes de prestarle dinero.

Perder el empleo también afectará su capacidad para pagar un préstamo, aunque obviamente no querrá dejarlo solo para sabotear un contrato de venta. Pero su prestamista puede echarse atrás si cambia de empleo, sobre todo si se dedica a un campo completamente distinto. Una mejor manera de desechar una venta es aprovechar la inspección de la vivienda, incluso antes de que se produzca. La mayoría de los contratos establecen un plazo para realizar la inspección. Si la fecha no ha pasado, puede notificar al vendedor por escrito que ha cambiado de opinión, y probablemente logre quedarse con su depósito.

También puede retractarse si la fecha límite ha pasado, pero es posible que tenga que renunciar a su dinero. Por supuesto, puede tomarse su tiempo para pedir la inspección, incumpliendo el plazo y anulando el trato, pero de nuevo, estará poniendo en peligro su depósito. Una vez que el inspector haya presentado un informe, aún le quedan algunas vías. Con suerte, puede que la inspección no señale nada importante. Pero si aparece algo importante –por ejemplo, que hay que cambiar el tejado o que se ha encontrado pintura con plomo–, puede usarlo como motivo para cambiar de opinión.

Incluso si el inspector no encuentra mucho de qué quejarse, puede usar el informe para echarse atrás. Es probable que el contrato exija una inspección “satisfactoria”, pero no tiene por qué ser aceptable para el vendedor, solo para usted. Tampoco está obligado a entregar el reporte al vendedor.

Otra forma de usar el informe es exigir al vendedor que repare todo lo que se indica, incluso las cosas pequeñas, como una placa de interruptor rota o un pomo pegado. Si el vendedor se niega a hacerlo, no hay trato. Si está de acuerdo, fije un plazo breve en el que deba realizarse el trabajo. Si el vendedor no se mueve con la suficiente rapidez, usted está libre.

Una tasación baja es otra salida: Si la tasación no da la talla, necesitará un pago inicial mayor que, por supuesto, no tiene. O use la revisión de los documentos de la asociación de propietarios como estrategia de salida. No necesita una razón, solo que ha leído las normas y no le gustan.

Lew Sichelman lleva más de 50 años trabajando en el sector inmobiliario. Es colaborador habitual de numerosas revistas de vivienda y publicaciones del sector inmobiliario y financiero. Los lectores pueden ponerse en contacto con él en lsichelman@aol.com.