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La retirada de Raúl Castro es un mero "traspaso burocrático", dicen expertos

Miami, 16 abr (EFE).- La previsible despedida política de Raúl Castro, cerca de cumplir 90 años, como primer secretario del gobernante Partido Comunista de Cuba supone un "cambio fraude", un mero "traspaso burocrático del poder", no una transición política real, resaltaron este viernes expertos y opositores.

Se prevé que el hermano de Fidel Castro anuncie que cede el testigo durante el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que comenzó este viernes, pero los analistas y disidentes en el exilio aseguran que él, su familia y el entorno militar seguirán representando el poder en la isla.

"No es una transición política, es un traspaso burocrático del poder a una figura (Miguel Díaz-Canel, actual presidente del país) que seguirá recibiendo órdenes de la cúpula mafiosa militar que controla" la nación, dijo hoy a Efe Emilio Morales, presidente de Havana Consulting Group.

TODOS LOS RESORTES DEL PODER EN MANOS DE LOS CASTRO

Para Morales, lo peculiar de este traspaso de poder es que Raúl Castro ha depositado todos los resortes de control en manos de su propia familia.

Así, precisó el economista, quien controla la finanzas del país es el exyerno de Castro, el general Luis Alberto López-Callejas, junto con su hermano Guillermo Faustino Rodríguez López-Callejas. "Ambos controlan GAE S.A. y todas sus estructuras empresariales dentro y fuera del país y en paraísos fiscales", afirmó el presidente de la citada firma de asesoría.

O su nieto, Raúl Guillermo Rodríguez Castro, quien, además de hijo de Luis Alberto López-Callejas, es el jefe del Departamento de Seguridad Personal, encargado de proteger a Castro y "vigilar al resto de los dirigentes del país", añadió.

En materia económico-social, el traspaso de poder no va a significar "ningún cambio importante": todo quedará en el mismo "statu quo", sin "cambios estructurales profundos en la economía" y regido por el "sistema de economía centralizada", subrayó.

De la misma opinión es la opositora Rosa María Payá, quien opina que todo lo relativo al VIII Congreso del PCC es un "gran esfuerzo de propaganda" para presentar como un momento de cambio lo que no es más que un "cambio fraude".

Payá, hija del desaparecido líder opositor Oswaldo Payá, opina que el Congreso, al igual que la "retirada" de Raúl Castro, que ocupa el cargo de líder del PCC desde que en 2011 sucedió en él a Fidel, no es más que una "puesta en escena diseñada para el consumo internacional".

Una mera representación para, acotó la opositora cubana, "poner de manera exclusivamente nominal un rostro civil a la dictadura" e intentar lograr "concesiones económicas de Washington y Europa".

Pero "el pueblo cubano continúa siendo el gran excluido", aseveró a Efe.

Payá, promotora del movimiento Cuba Decide, coincide con Morales en que el poder se mantendrá en manos de la familia Castro y el "pequeñísimo grupo de jerarcas dueños del conglomerado militar y cuerpos de inteligencia".

"Cuando el régimen cubano se someta a la voluntad soberana del pueblo", entonces se podrá hablar de un cambio democrático en Cuba, agregó.

Por eso, prosiguió, es tan importante "la protesta que se ha extendido por todo Cuba horas antes del Congreso".

El hecho de que, por primera vez en 61 años, los Castro dejarán de figurar en la primera línea de la política, tampoco es un factor relevante para John Kavulich, presidente de la entidad privada Consejo Comercial y Económico Cubano-Estadounidense.

UN PARTIDO COMUNISTA CUBANO ANACRÓNICO

No lo es con un gobernante Partido Comunista devenido en un "anacronismo", experimentando un largo proceso de "decadencia", sin voluntad para reconocer que "ya no necesita luchar por una revolución sino gestionar un país", dijo Kavulich a Efe.

Y comparó al PCC cubano con el de otras naciones como China y Vietnam, capaces de "adoptar el papel requerido para que sus países y ciudadanos prosperen", a diferencia de Cuba.

Cuba "solo luce hoy por su adhesión a la mediocridad", sostenida comercial y económicamente por otros países, con 11,3 millones de ciudadanos que "no necesitan ninguna adherencia ideológica" y convertido en un país "comercialmente inhóspito" para la inversión extranjera.

Orlando Gutiérrez, director del Directorio Democrático Cubano, afirmó a Efe que el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba es un "embuste al pueblo de Cuba", una "mera reorganización interna para perpetuar su ocupación ilegítima y criminal del poder público".

A juicio de Morales, lo que sí se puede prever es un "aumento considerable de la represión y las libertades ciudadanas, además un deterioro aún mayor de la economía, atrapada en la ineficiencia del modelo y el efecto directo de la pandemia".

"Una situación que ha puesto al país al borde de la hambruna", alertó el experto.

Emilio J. López

(c) Agencia EFE