Resuelto el misterio: la madre de Leonardo da Vinci fue una humilde huérfana con una vida novelesca

POR YULEINA BARREDO/ESPECIAL-. El misterio que envolvía la identidad de la madre del célebre pintor Leonardo da Vinci parece llegar a su fin. Casi cinco siglos después de la muerte del creador de “La Mona Lisa” se devela quién fue en realidad su progenitora. De acuerdo a una reciente pesquisa, Caterina di Meo Lippi fue una humilde huérfana que vivió con su abuela en una casa de campo destartalada, a una milla de la localidad italiana de Vinci.

Wikimedia Commons
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Como nos cuenta en su nuevo libro el profesor de historia del arte Martin Kemp, de la Universidad de Oxford, Caterina era una adolescente inocente que se dejó seducir por un hombre de más o menos 25 años.

Ser Piero da Vinci era un abogado exitoso que trabajaba en Florencia. En julio de 1451, durante unos días de vacaciones en la Toscana, se encontró con una muchacha pobre y desvalida, de tan solo 15 años. El joven cautivó a la doncella y mantuvieron un corto romance. De esos encuentros furtivos nacería el 15 de abril de 1452 uno de los genios más grandes de la pintura de todos los tiempos.

Después de la muerte de su abuela, Caterina se mudó con sus tíos. El pequeño Leonardo pasó a casa de su abuelo paterno. Así lo asegura el Dr. Kemp después de revisar, en antiguos archivos, las declaraciones de impuestos que enumeran a varios miembros de la familia, incluido un hijo ilegítimo, viviendo en la casa del padre de Ser Piero.

En aquella época, el joven abogado debía velar por su reputación y el escándalo de un bebé no deseado podía entorpecer su carrera. Sin embargo, parece que el abuelo de Leonardo, proveniente de una casta de terratenientes y notarios, vivía en circunstancias económicas holgadas y crió muy bien a su nieto. Cuando el joven se trasladó a Florencia llevaba el nombre de Lionardo di ser Piero da Vinci.

Por su parte, Caterina se casó con un granjero local llamado Antonio di Piero Buti. De esta unión formal nacieron un segundo hijo y cuatro hijas. Así lo describe el Dr. Kemp en el volumen “Mona Lisa. The People and the Painting”, concebido junto al economista e investigador de arte, Giuseppe Pallanti.

Al final de sus días, la madre de Leonardo se fue a vivir con su primogénito a Milán. En sus cuadernos destaca una nota, alrededor de 1494, donde dice “Caterina vino a quedarse”. Tal y como consta en otro documento personal, el artista desglosó ciertos gastos funerarios cuyas fechas coinciden con los registros de Milán que dan fe de una señora fallecida de nombre Caterina de Florencia.

Sobre la identidad de la madre de Da Vinci se ha especulado sin cesar en los últimos años. Uno de los estudiosos del tema, el historiador italiano Francesco Cianchi, sostiene en su libro “Caterina sclava” que fue una esclava procedente de Oriente legada por un noble florentino al padre del pintor.

Uno de los puntos débiles de esta teoría radica en los documentos encontrados sobre Caterina, vinculados a la familia de Leonardo, donde no figura ninguna referencia a su raza.

Esta nueva investigación, encabezada por el historiador inglés Martin Kemp, añade ingredientes inéditos a la biografía de un genio sin precedentes en el arte universal. ¿Cuántos misterios más nos depara la vida y obra de esta figura icónica del Renacimiento italiano? Seguramente otros tantos y tan impredecibles como la sonrisa de su enigmática Gioconda.