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Restricciones: Alberto Fernández, desorientado; Cristina Kirchner, ausente y Horacio Rodríguez Larreta, a la ofensiva

Alberto Fernández transita un camino peligroso. Solo, desconectado de la realidad y debilitado, tomó la decisión inconsulta de recrudecer las restricciones frente a la multiplicación de los contagios de Covid-19 y se arriesga a una consecuencia muy delicada: no ser obedecido ni por los gobernadores ni por los propios ciudadanos.

Cristina Kirchner, como siempre en los momentos difíciles, está ausente: sonoramente borrada. Y Horacio Rodríguez Larreta, que cultiva la prudencia, esta vez pateó el tablero y decidió pasar a la ofensiva. Se la complicó a Alberto. Lo conminó a tener una reunión el viernes, que finalmente no sucedió, y metió a la Corte en el medio del conflicto para que suspenda la decisión de cerrar las aulas.

El decreto: una por una, cómo son las medidas que rigen desde ahora

Lo que todos nos preguntamos es: ¿resiste la Argentina un nuevo encierro? La respuesta es obvia. Pero a esta pregunta le sigue otra, de igual peso, para completar la encerrona: ¿resiste un gobierno la muerte de un paciente de Covid por falta de un respirador o de una cama en un hospital?

Se difundió la nueva tasa de inflación oficial para marzo. Es la inflación récord de este Gobierno: fue del 4,8 por ciento y llegó al 42,6 por ciento en el último año. Algunas proyecciones privadas para abril revelan lo obvio: la proyección del 29 por ciento para 2021 que hizo Martín Guzmán se convirtió en una mera ilusión óptica. Todos sabemos que la inflación es un impuesto a la pobreza, a los que viven de un sueldo fijo y, sobre todo, a los que viven al día. Hay 8 millones y medio de personas que trabajan en “negro” en la Argentina.

¿Cómo resiste la clase media baja y los trabajadores informales un nuevo cierre sin el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE)?

Alberto Fernández anunció un bono de 15 mil pesos para quienes cobran la Asignación Universal por Embarazo (AUE) y otros planes sociales. ¿De dónde saldrá la plata en un país que no crece desde hace una década? Están dispuestos a emitir. También lo hicieron el año pasado. La consecuencia la vivimos ahora: la inflación de este año podría superar, de nuevo, el 40 por ciento.

Refuerzo de Anses: quienes cobrarán el bono de 15 mil pesos

¿Por qué Alberto podría no ser obedecido? Por su pérdida de autoridad y de credibilidad. Por el vacunatorio vip, las promesas incumplidas (percibidas como mentiras), la impericia para conseguir vacunas, la oscuridad con la que se contrataron y pagaron vacunas que nunca llegaron, su soledad política, la incoherencia de su gobierno.

El mayor peligro: aulas cerradas

De todas las medidas restrictivas que tomó Alberto Fernández para contender el virus la que más indignación generó fue el cierre de las escuelas. La pregunta es: ¿extorsionaron los gremios al Gobierno, sobre todo la Confederación de los Trabajadores de la Educación (Ctera), que es el brazo educativo del kirchnerismo, para suspender la presencialidad en los colegios? Todo indica que sí. El miércoles, en el Consejo Federal de Educación había consensuado que las escuelas siguieran abiertas, pero pocas horas después Fernández cambió de idea dejando muy mal parado a su propio ministro, Nicolás Trotta, que el día anterior había defendido la presencialidad.

La cepa de la bronca

Una frase de Alberto Fernández que me impactó fue cuando dijo: “He decidido tomar una serie de medidas para seguir garantizando el proceso vacunatorio”. “Proceso vacunatorio”, dijo. Pero, ¿a qué proceso vacunatorio se refiere si no hay vacunas? Pronto se acaban las vacunas en la Ciudad de Buenos Aires. Lo único que sabemos sobre la llegada de nuevas vacunas es que el domingo llegan unas 900 mil nuevas dosis de Oxford/Astrazeneca.

La Argentina se quedó sin vacunas para frenar la inflación

En realidad, tendrían que haber llegado más de 22 millones de vacunas de Astrazeneca durante el primer semestre de este año porque el Estado ya había pagado el 60 por ciento de esas inoculaciones. Nadie sabe qué pasó, ni lo puede explicar. Lo mismo que sucedió con Pfizer.

Son vacunas vinculadas al zar de la industria farmacéutica, Hugo Sigman –un empresario muy vinculado al kirchnerismo- que según Fernández iban a ser elaboradas inicialmente en el país por el laboratorio Mabxience. En este contexto, hay muchos interrogantes sobre la seguridad de esta vacuna. De hecho, su uso acaba de ser suspendido en Dinamarca y también en Alemania, que no le dará la segunda dosis a sus ciudadanos (le dará otra vacuna) porque se han detectado algunos casos graves de trombosis, como efecto secundario.

Aquí no se trata de ser antivacunas, ni provacunas sino de ser serios e informar con transparencia. La vacuna es la única herramienta que tenemos hasta ahora para luchar contra la pandemia; pero esa desesperación no nos puede provocar un “relajamiento” ni en los controles de su seguridad, ni en la información completa que todos tenemos derecho a conocer.

Fernández está tan desorientado que usó la palabra “relajamiento” para referirse a los médicos –después la quiso arreglar, pero ya estaba dicho- y los médicos se la devolvieron con un piquete viral. Las palabras tienen su peso, mucho más en el caso de un jefe de Estado.

Alberto Fernández recibe hoy a Horacio Rodríguez Larreta en Olivos

Señor Presidente, con todo respeto ¿no tiene alguien que le revise los discursos? Porque cualquier persona mínimamente normal se daría cuenta que, en esta tragedia sanitaria, donde los médicos han dado todo, y muchos han muerto, la última palabra que podría haber pronunciado es “relajamiento”. Son palabras que, como dice un tuit de Diego Santilli, incitan a “la cepa de la bronca”. “La falta de autocrítica del gobierno nacional ya está generando una nueva cepa en la gente: la de la bronca y la incertidumbre. Sus peleas políticas son irresponsables y peligrosas para todos los argentinos. Responsable es testear y vacunar como hace la Ciudad”, enfatizó Santilli.

La inusual dureza del gobierno de la ciudad fue una respuesta a unas declaraciones del ministro del Interior, el camporista de Wado de Pedro que, en una provocación berreta, habló de la “cepa Buenos Aires”, ¿y de la cepa de La Matanza cómo andamos?