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Restauradores salvan los frescos de Giotto en la Capilla de la Magdalena de Asís

Por Matteo Berlenga

ASÍS, Italia, 22 dic (Reuters) - En estos días se están usando jeringas médicas en Asís, pero no tiene nada que ver con la pandemia. Los restauradores las están utilizando para salvar frescos de Giotto de 700 años de antigüedad.

Ya casi han terminado un proyecto de un año para limpiar y consolidar los frescos de la Capilla de la Magdalena en la basílica inferior de San Francisco, que alberga la tumba del santo del siglo XIII.

Los frescos representan escenas de la vida de María Magdalena, incluida una en la que Jesús resucita a Lázaro.

Hace varios años, durante una revisión de los frescos, el restaurador jefe Sergio Fusetti escuchó sonidos huecos cuando los golpeó, lo que indicaba que el yeso que los sujetaba se estaba desprendiendo lentamente de las paredes.

Las autoridades decidieron entonces llevar a cabo la primera restauración de los frescos en casi 50 años.

"Después de la limpieza, viene la consolidación. Eso se hace con pequeños orificios y usando una jeringa de plástico (...) del mismo tipo que se usa para inyectarnos medicamentos. Inyectamos un enlace de resina acrílica", dijo Fusetti.

"Luego eliminamos los viejos retazos de restauraciones anteriores mal hechas o con yeso. Las rehacemos usando solo arena y cal y luego pasamos a la fase final, la estética, que se hace exclusivamente con acuarelas", afirmó.

La consolidación de los frescos es importante en una zona como Asís debido a la regularidad de los sismos. Incluso un temblor leve puede provocar el desprendimiento del yeso.

La basílica superior, que incluye los frescos más famosos de Giotto, resultó gravemente dañada por un terremoto en 1997. Su techo se derrumbó, matando a cuatro personas en su interior, incluidos dos monjes franciscanos.

Asís es un lugar de peregrinación no solo para los fieles, sino también para artistas y estudiantes de historia del arte, ya que contiene unos 10.000 metros cuadrados de frescos de Giotto y otros maestros como Cimabue, Simone Martini y Pietro Lorenzetti.

"Todos los mejores que existían en ese momento están aquí", dijo Fusetti.

(Escrito por Philip Pullella; editado en español por Carlos Serrano)