Residentes de pequeña isla en Haití se resisten a plan para revivir turismo

Por David Adams ILE-A-VACHE, Haití (Reuters) - Durante décadas, la mayoría de los empobrecidos residentes de la pequeña isla de Ile-à-Vache frente a la costa sur de Haití ha vivido en el anonimato, virtualmente ignorados por el Gobierno y visitados sólo por los mochileros y yates más aventureros. Luego el 2012, empezaron a llegar visitas grandes en helicóptero: el presidente de Haití, Michel Martelly, Bill Clinton, modelos de agencias publicitarias y fotógrafos, ejecutivos de turismo. Madonna y Sean Penn fueron avistados en la isla durante noviembre. El año pasado se produjo la sorpresa: el Gobierno declaró la antigua guarida pirata como "servicio público", lo que podría quitarle tierras a sus 14.000 residentes para desarrollar un centro turístico de alto perfil. "La población local nunca fue consultada. Fue un golpe terrible", dijo Jerome Genest, un líder de la comunidad local y miembro de la Organización de Granjeros de Ile-à-Vache (KOPI, por su sigla original), que se resiste al proyecto junto a varios otros grupos. El Gobierno haitiano empezó a promover Ile-à-Vache como un proyecto de ecoturismo, clave para sus esfuerzos por hacer que Haití vuelva al mapa turístico del Caribe. ESPACIO PARA HOTELES Cincuenta años atrás, antes de que el país fuera asolado por disputas políticas, una epidemia de VIH-Sida y el terremoto del 2010, Haití era un destino popular para personalidades como el cantante de rock Mick Jagger y el escritor Graham Greene, además de Bill y Hillary Clinton, que pasaron su luna de miel allí. Con el tiempo, se convirtió en un destino poco recurrido, que miraba con envidia a República Dominicana, Jamaica y Puerto Rico acaparar el mercado de 28.000 millones de dólares del turismo caribeño. La visión gubernamental para Ile-à-Vache es parte de un plan más grande para la costa sur que incluye a Côtes-de-Fer, una playa de poco más de tres kilómetros, un hotel de 8.000 habitaciones, un campo de golf y un aeropuerto internacional. Los isleños dicen que se enteraron por primera vez del proyecto de 250 millones de dólares cuando apareció en el sitio web del Ministerio de Turismo el año pasado. El plan incluye un hotel de 1.500 habitaciones, centros vacacionales, otro aeropuerto internacional y campo de golf. Desde entonces, los funcionarios gubernamentales han buscado calmar los temores de los residentes, en su mayoría pescadores y agricultores. Sólo un 5 por ciento de sus hogares - de 100 a 120 casas de unas 2.000 - serían expropiados para hacer lugar para el proyecto, dijo a Reuters la ministra de Turismo de Haití, Stéphanie Villedrouin. Se escogieron algunas de las prístinas y deshabitadas playas de la isla para la construcción del centro vacacional. La ministra dijo que las tierras frente a la playa que no estaban en uso también podrían ser confiscadas. "Las necesitamos para construir hoteles y crear empleos. No es que estemos tomando toda la isla para construir hoteles", agregó. KOPI ve una contradicción entre la declaración de servicio público y la afirmación ministerial de que las expropiaciones serán limitadas. Villedrouin dijo que el decreto era revisado para incluir un registro sólo de las tierras dentro del área de construcción. Algunas de las tierras utilizadas para pastoreo y cultivos también serán adquiridas, incluyendo una ladera en la costa sur de la isla en la que se instalará un campo de golf rodeado de centros vacacionales. Sourel Bito, de 55 años y padre de nueve hijos, dijo que un día un funcionario local puso una vara fuera de su casa, cerca del sitio del aeropuerto donde cultiva patatas y tiene a dos vacas y dos cabras. "No nos dijeron por qué, sólo vinieron y nos dijeron que no moviéramos la vara", dijo, sentándose a la sombra de una gran higuera. Un prefecto local le dijo posteriormente que su casa y otras 17 en las cercanías habían sido elegidas para ser expropiadas. El Gobierno dice que está en la búsqueda de inversionistas para recaudar los 200 millones de dólares para el proyecto y ha que atraído el interés de varios empresarios. "Haití tiene un potencial increíble", dijo Alex Zozaya, jefe ejecutivo de Apple Leisure Group, un gran operador turístico del Caribe e inversionista hotelero con sede en Filadelfia, quien visitó la costa sur el mes pasado. También citó el valor de la cercanía del país con Estados Unidos. "Es como las (islas) Seychelles sin la diferencia horaria", agregó. El pirata británico Henry Morgan utilizó Ile-à-Vache como refugio en el siglo XVII. En 1863, Abraham Lincoln envió 450 esclavos recientemente liberados para fundar una colonia, aunque la mayoría se rindió y volvió a casa un año después. Hoy en día, a ocho kilómetros de la costa, la isla es poco conocida por los haitianos y recibe una baja cantidad de visitas. Sus colinas de tarjeta postal son habitadas por vacas y cabras, y los pescadores locales atrapan pargos y langostas, principalmente para los hoteles. Aunque Haití cayó en un caos político tras la caída del dictador Jean-Claude Duvalier en 1986, seguido por años de régimen militar, elecciones fallidas y violencia de pandillas, Ile-à-Vache permaneció incólume. "No es como el resto de Haití... es muy tranquilo", dijo Fritz Cezar, alcalde de la isla. (Reporte de David Adams; Traducido por Nadia López; Editado en español por Marion Giraldo)