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Uno de los rescatistas que buscó a los cuatro hermanos en la selva en Colombia: “Todo era un riesgo”

La pequeña, Lesly Mucutuy (13 años) junto a su hermana, Soleiny Mucutuy (9 años) tras ser rescatadas
La pequeña, Lesly Mucutuy (13 años) junto a su hermana, Soleiny Mucutuy (9 años) tras ser rescatadas

BOGOTÁ.- Carlos Villegas lleva 10 años trabajando con la Defensa Civil, los últimos tres junto a Tellius, un perro de raza pastor belga malinois que entrena desde los 40 días de nacido en búsqueda y rescate de personas vivas. Ellos fueron una de las duplas clave que trabajaron en la ‘Operación Esperanza’ que este viernes dio sus frutos con la localización y rescate de los 4 niños indígenas perdidos por más de 40 días en la selva.

El rescatista Villegas, junto a su perro
El rescatista Villegas, junto a su perro

En total fueron 200 personas, entre más de 120 militares y 72 miembros de varias comunidades indígenas, quienes reunieron sus esfuerzos, nunca se rindieron y recorrieron miles de kilómetros en la selva de la Amazonía para hallar con vida a Lesly, Soleiny, Tien y Cristin, haciendo realidad este milagro.

Villegas estuvo cerca de 8 días en el terreno, junto con Tellius, despertándose a diario a las 5 de la mañana y revisando en cuadrantes de un kilómetro cuadrado en busca de huellas o indicios de la presencia de los pequeños. Asegura que las condiciones eran de las más difíciles que le ha tocado enfrentar: una selva espesa, un calor abrumador, un montón de plantas o animales que podrían ser venenosas y decenas de otros peligros.

“Todo era un riesgo. Desde que usted entraba porque no sabíamos si había grupos disidentes de la guerrilla, si había minas. Todo tenía veneno. El clima era tropical húmedo, entonces usted todo el día estaba mojado, de noche hacía frío e igual uno estaba mojado. Allá no había comida, uno lo que comía era nada más las raciones de los militares. La selva era espesísima, usted no podía caminar, tenía que abrir espacio con un machete”, recuerda Villegas.

El rescatista, que ya había trabajado en búsqueda y rescate de personas junto con Tellius en bosques de otros lugares de Colombia, como Antioquia o el Chocó, estaba asignado al equipo Cobra 2, parte de los seis comandos de las Fuerzas Especiales y un grupo de indígenas de las distintas comunidades que apoyaron el trabajo.

En esta foto proporcionada por la Oficina de Prensa de las Fuerzas Armadas de Colombia, un soldado permanece frente a los restos de una avioneta Cessna C206 el jueves 18 de mayo de 2023. La aeronave se estrelló en la selva de Solano, Colombia
En esta foto proporcionada por la Oficina de Prensa de las Fuerzas Armadas de Colombia, un soldado permanece frente a los restos de una avioneta Cessna C206 el jueves 18 de mayo de 2023. La aeronave se estrelló en la selva de Solano, Colombia

“Los comandos son muy preparados, muy especializados. Los indígenas también sabían muchas cosas, qué se podía tocar, qué se podía comer, por donde se tenía que caminar”, resalta Villegas.

Este sábado, el rescatista que salió de terreno un día antes de que encontraran a los pequeños, asegura con júbilo que lo primero que hizo al enterarse de la noticia fue llorar de la emoción y la felicidad.

“Nosotros siempre nos preguntábamos eso: si a nosotros, con todas las condiciones, con todo el equipamiento que teníamos, se nos hacía duro estar allá, nos imaginábamos a los niños tan pequeñitos y sin ningún equipamiento. Esa niña es muy tesa [hábil]. Tuvo que ser muy tesa para buscarse la forma de cómo sobrevivir tantos días”, resalta el rescatista.

Algo que resalta el experto, quien se sumó a la búsqueda en los últimos días de la operación, es que los equipos caninos debían haber llegado con mayor antelación. A Villegas lo llamaron apenas hace unos diez días. Dice que lo primero que debería hacerse en estas emergencias es usar a todos los equipos caninos de búsqueda y rescate que estén disponibles, pues eso aumenta la posibilidad de encontrar de manera más rápida a los desaparecidos.

“Lo más importante es que siempre manden los perros de primera, que no los manden tan tarde. Porque allá hay muchas huellas que están pisadas, y entre más rápido manden los perros de primero, ellos tienen más facilidad de encontrar el rastro. Entonces podía ser mucho más rápido encontrar a los desaparecidos. Casi siempre llaman a los perros a lo último, cuando ya está muy pisado y hay mucha contaminación y eso hace muy difícil a los perros encontrar el rastro”, puntualiza Villegas.

Edwin Caicedo