El alegato sexista y ofensivo de un legislador que repudian en EEUU: "las mujeres deben quedarse en casa"

La política estadounidense está tan crispada que legisladores republicanos en Idaho rechazaron millones de dólares en fondos para apoyar la educación preescolar y, para justificarlo, no faltó quien recurrió a ideas ofensivas y retrógradas.

Al final de la administración de Donald Trump, el gobierno federal concedió al estado de Idaho una subvención de 6 millones de dólares con el fin de mejorar las actividades de educación preescolar, que se ofrecen a los niños más pequeños. Eso con el objetivo de mejorar los programas que se ofrecen a los niños y sus familias, proveerles de libros y preparar a los pequeños para ingresar en su momento ingresar al kindergarten.

Mujeres protestan frente a la Legislatura de Idaho. Repudiaron dichos sexistas de un representante estatal  y pidieron se avale un programa de apoyo a los servicios de cuidado infantil y educación temprana. (Twitter / Daniellle Strollo)
Mujeres protestan frente a la Legislatura de Idaho. Repudiaron dichos sexistas de un representante estatal y pidieron se avale un programa de apoyo a los servicios de cuidado infantil y educación temprana. (Twitter / Daniellle Strollo)

La educación escolar es clave: para el niño porque estimula sus capacidades y le confiere fortalezas para el futuro y para las familias porque la estancia de los menores, en edades que pueden ir de los 2 a los 5 años, en esos centros de educación y cuidado permite que las madres, sobre todo, tengan tiempo para desarrollarse y la posibilidad de dedicarse a tareas que dan ingresos y recursos al hogar.

Algo que es indispensable para las familias de bajos y medianos ingresos y que en general es necesario para ampliar las oportunidades y reducir las desigualdades para las mujeres que son a la vez madres y trabajadoras y constituyen el pilar de la sociedad.

Con todo, como informó la agencia AP, la Legislatura estatal de Idaho rechazó esos fondos. Los republicanos alegaron que ese dinero iba a acabar siendo usado para “indoctrinar [a los niños], enseñarles a ser activistas y hacer las cosas que, nosotros como padres y gente de un estado conocido por su conservadurismo, sentimos que son inapropiadas”, dijo la representante Tammy Nichols.

Resulta de suyo reprochable que mejoras básicas en la educación y desarrollo de los niños más pequeños y la apertura de oportunidades para sus madres sean entendidas como una suerte de acción subversiva, cuando se trata meramente de medidas conducentes al bien común. Y los fondos, por añadidura, fueron aprobados por el gobierno republicano de Trump, que no era afecto de apoyar mecanismos que impulsaran “agendas liberales”.

Con todo, la posición de los legisladores republicanos en Idaho se explica crudamente con lo que dijo el representante Charlie Shepherd al exponer las razones de su rechazo a la subvención de 6 millones de dólares. Shepherd dijo que ese programa afectaría “la unidad familiar… No creo que nadie haga un mejor trabajo que las mujeres en el hogar, y cualquier ley que facilite o haga más conveniente para las mujeres salir de su casa y dejar que otros críen a sus hijos no creo que sea una buena dirección para que nosotros nos dirijamos”.

Es decir, Shepherd promovió la noción retrógrada y sexista de que las mujeres deben quedarse en casa y que ofrecerles oportunidades de desarrollo es contrario al bienestar de su familia.

Las madres y padres desean lo mejor para sus hijos y lo normal es que deseen pasar el máximo de tiempo con ellos. Pero también es cierto que conseguir el ingreso familiar es de importancia crítica y que las madres trabajadoras deben salir para lograr el sustento. Ofrecerles opciones de cuidado infantil para que puedan hacerlo y que, además, beneficien el desarrollo de sus hijos es una medida clara de beneficio individual y social.

Además, las mujeres tienen la capacidad y el derecho de desarrollarse profesionalmente y lograr carreras en el ámbito de su preferencia y no quedarse solo en casa al cuidado de los hijos en un contexto de dominación patriarcal. Y, en todo caso, quedarse en casa o salir a trabajar, y llevar a sus hijos a centros de cuidado infantil, son decisiones que corresponden a cada persona y familia, con base en sus necesidades, expectativas, aspiraciones y posibilidades, y no deberían ser terceros quienes les impongan una cierta forma de actuar.

Para colmo, la frase de Shepherd dejaba entrever que él censuraba a las mujeres que salen de casa y llevan a sus hijos a centros preescolares y que consideraba que ello eran acciones impropias.

Sobre la decisión de la Legislatura de Idaho, la representante demócrata Ilana Rubel dijo que el estado de Idaho “es uno de solo cuatro estados que no ofrecen opciones públicas de educación temprana, y esta era una oportunidad de oro para expandir la oferta sin gastar fondos estatales. Nuestros niños son el futuro de este estado y debemos hacer todo lo posible para invertir en su desarrollo educativo. Debemos hacerlo mejor”, según reportó el periódico Idaho Statesman.

Así, la decisión de esos legisladores contra la subvención fue rechazada por muchos en Idaho, y un grupo se dio cita en el edificio de la Cámara estatal para exigir que se restablezca el programa y se apruebe la legislación correspondiente. Y el clamor contra las ofensivas declaraciones de Shepherd también fue considerable.

En redes sociales se difundieron mensajes con el hashtag #OutOfTheHome en los que se planteaba el derecho de las mujeres a salir de casa para lograr ingresos, un desarrollo profesional e igualdad de oportunidades.

El torbellino fue tan fuerte que Shepherd, de acuerdo a AP, debió pedir una disculpa y dijo que no “quiso insinuar que las mujeres que trabajan fuera de casa estaban en falta de ninguna clase”. Pero muchos eso no les bastó y consideraron los dichos de Shepherd profundamente ofensivos, pues no rectificó su noción sexista de que el lugar de la mujer es quedarse en casa.

Y otros señalaron, indicó AP, que a diferencia de lo que creen esos legisladores republicanos, el apoyo a la educación preescolar y el cuidado infantil cuenta con amplio respaldo en la sociedad de Idaho y se estaría ya buscando una manera de restablecer el programa para no desaprovechar esos 6 millones de dólares y usarlos en beneficio de la comunidad de ese estado.

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