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Republicanos del sur de la Florida proponen nuevo cargo para combatir el comunismo

Tres republicanos del sur de la Florida presentaron el martes un proyecto de ley para crear un nuevo cargo en el Departamento de Estado que se encargaría de combatir el comunismo y el autoritarismo.

El propuesto Enviado Especial para Combatir el Ascenso Mundial del Socialismo Autoritario y el Comunismo se inspiraría en un cargo similar a nivel de embajador del Departamento de Estado que se creó en 2004 para combatir el antisemitismo mundial.

La legislación fue liderada por el representante republicano Carlos Giménez, ex alcalde de Miami-Dade que nació en Cuba y cuya familia emigró a Estados Unidos en 1960 después de la revolución cubana.

A Giménez se le unieron los legisladores republicanos Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar, los dos hijos de personas que huyeron de Cuba. A ellos se unió la representante Nicole Malliotakis, la única republicana que representa a la Ciudad de Nueva York, cuya madre también huyó de Cuba.

El proyecto de ley llega tras la represión de Cuba contra manifestantes en 2021 y después que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, inició su cuarto mandato consecutivo tras unas elecciones en las que el gobierno detuvo a los líderes de la oposición y atacó a la disidencia.

“Es hora de que Estados Unidos reafirme su compromiso de combatir el comunismo y el autoritarismo en todo el mundo. Como líder del mundo libre debemos seguir defendiendo los valores universales de la libertad, la democracia y la paz”, dijo Giménez en una declaración al Herald.

“Al readaptar nuestra política exterior estamos enviando una fuerte indicación al mundo de que no hay lugar para los gobiernos opresivos que reprimen la libertad de expresión, que socavan las elecciones e instituciones democráticas y que desmontan los derechos económicos de su pueblo”, dijo Giménez. “El comunismo mata. El autoritarismo mata. La libertad y la libertad deben prevalecer”.

Giménez, Díaz-Balart y Malliotakis estuvieron entre los 147 republicanos que votaron para anular las elecciones de 2020 el año pasado, una acción que los expertos electorales advierten que ha contribuido a debilitar las instituciones democráticas a nivel nacional. A principios de este mes, la representante Debbie Wasserman Schultz, demócrata del sur de la Florida, dijo que estos legisladores tenían una “mancha inamovible en su reputación”.

En un acto celebrado el martes en el Camp Matecumbe Park en Miami, Giménez refutó que sus voto para bloquear los votos electorales en Pennsylvania y Arizona socavaran la institución de la democracia en Estados Unidos.

“Esto se apegó a la Constitución de Estados Unidos, lo que pensé que era mi deber constitucional. Eso también forma parte de la democracia”, dijo Giménez. “Hay un espacio para el desacuerdo y en eso es la democracia, en estar de acuerdo y en desacuerdo, y expresarlo en un proceso democrático por representantes debidamente elegidos. Eso no es lo que ocurre en todo el mundo”.

Señaló la detención de líderes de la oposición por parte de Ortega en Nicaragua como contraste con las objeciones electorales en el Congreso. “Metió en la cárcel a todos los que se le iban a oponer. Eso no es democrático”, dijo Giménez.

La legislación de Giménez es similar a un proyecto de ley patrocinado por la representante Ilhan Omar, demócrata de Minnesota y una de los miembros más izquierdistas del Congreso, que establecería un enviado especial para vigilar y combatir la islamofobia internacional.

El proyecto de Omar fue aprobado por la Cámara federal, controlada por los demócratas, en diciembre. Omar, una de las dos primeras mujeres musulmanas en el Congreso, presentó la legislación en respuesta a la violencia contra las poblaciones musulmanas en China, India y otros países.