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Los republicanos también son responsables de la división política en el país | Opinión

El articulo filosófico del Dr. José Azel, titulado: La division entre el bien y el mal en la política estadounidense, publicado el 13 de mayo de 2022, peca de sospechosa parcialidad al definir a los demócratas, y únicamente a los demócratas al parecer, como los que sientan las pautas del divisionismo maníqueo que hoy nos afecta.

Según el Dr. Azel, lo hacen al osar idílicamente auto definirse como “defensores de un mundo de luz igualitario”, proyección futurista colectiva, cara y excluyente que presuntamente deja Dios, patria, moral y tradición sumidos en la ignominia y odia y menosprecia a todo lo demás.

Los republicanos nostálgicamente quedan entonces definidos por defecto como los inclusivos guardianes de la moral, la tradición y la responsabilidad fiscal y como muestra viva del patriotismo, el amor a las libertades individuales y religiosas y al excepcionalismo norteamericano.

El Dr. Azel cita como ejemplos de incivilidad los ríspidos comentarios de Alan Grayson, exrepresentante floridano demócrata, en relación al proyecto de ley de atención médica republicano. Y al “frecuente vilipendio del expresidente Donald Trump”.

No cita comentarios furibundos de gente como Pat Buchanan, Louis Gohmert, Steve King, Paul Gosar, Christine O’Donnell, Sharron Angle, Newt Gingrich, Matt Gaetz y Bob Dornan, por citar algunos. Y los demenciales exabruptos cotidianos de Marjorie Taylor Greene a los cuales ya nos tiene acostumbrados.

En cuanto al expresidente Donald Trump, a pesar de sus aciertos, su candidatura y su gobierno vejaron mediante vilipendios la legitimidad informativa y erosionaron las normas judiciales básicas y el proceso electoral invocando sin pruebas un fraude masivo imaginario que provocó, tras un motín, el paro del proceso de transferencia pacífica del poder y facilitó la adopción de leyes restrictivas en cuanto al voto.

Comparto el amor al proceso democrático norteamericano del Dr. Azel. No pertenezco a su cofradía, pero le admiro. Pero requiero una narrativa si no imparcial al menos adecuada al récord histórico.

Gustavo J. Echenique, Miami.