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Los repartidores y el coronavirus: "Salvamos vidas haciendo las compras"

Cuando está aburrida de todo, Cristal Simone, de cinco años, se sienta frente a la ventana de su habitación a contar cuántas motos y bicis de reparto pasan delante de su casa. "Voy 18", le dice a la madre, cuando le pregunta qué está haciendo. Hace unos días, en plena cuarentena por el nuevo coronavirus, le llegó una tarea de sala de cinco al mail de la mamá: ¿Cómo hacemos ahora para comprar lo que necesitamos?

Los repartidores y el coronavirus: "Salvamos vidas haciendo las compras"

"Solo las podemos pedir desde el teléfono, y viene un señor con un casco, porque no se puede salir comprar", fue su respuesta. Frente a la ventana, el mundo que se representa desde hace un mes es ese: una ciudad gris y desierta, atravesada casi exclusivamente por bicicletas y motos, que son para ella la forma en que los habitantes compran lo que necesitan.

Los repartidores y el coronavirus: "Salvamos vidas haciendo las compras"

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Los que van y vienen son de alguna manera héroes de la trinchera, que salen y se exponen para que otros se queden en casa. Son unos 25.000 repartidores que en estos días ven duplicado su trabajo. No solo en la demanda de servicios, sino también en el tiempo que les lleva cumplir con los pedidos.

"A las 21, cuando se aplaude a los médicos si estoy en la bici, me lo tomo para mí también. Porque somos un poquito héroes invisibles. La gente salva vidas al no salir. Nosotros salvamos vidas haciendo las compras", dice Dylan Yanez, de 33 años, venezolano, repartidor de Glovo.

Los repartidores trabajan día y noche

Ritual antes de entrar a casa

Ahora trabaja 12 horas diarias y en el medio hace un corte para ir a ver a su hija, Natalia, de casi tres años. Antes de entrar a la casa que alquila en Belgrano, se desviste por completo en la entrada y mete todo al lavarropas. Se baña y recién entonces saluda a la familia. Unas horas después vuelve a salir en la bicicleta a terminar el día.

Los repartidores esperan los pedidos en la puerta de los locales para luego entregarlos

"El mayor miedo que tuve cuando empezó la cuarentena fue quedarme sin trabajo. Esto nos permite pagar las cuentas. Pero también nos exponemos y a nuestras familias", dice. Dylan se sentó con Yuli, su esposa, y analizaron los pros y contras. "Ya salir en bicicleta es un riesgo. Decidimos que siguiera trabajando. Tomo todos los recaudos. La empresa nos da guantes, barbijos. Llevo siempre un alcohol en gel en la mochila. Y evito el contacto social en la calle.", dice Dylan.

Hubo un cambio de hábito en los pedidos, explican en Glovo, que tiene 8000 repartidores habilitados en su plataforma. Si antes la mayoría de los pedidos se hacían en el rubro restaurantes, ahora supermercados y farmacias encabezan el ranking. Los supermercados duplicaron su volumen para compras de abastecimiento y los pedidos de farmacia aumentaron casi un 80%. "De todas formas, nuestra actividad ha disminuido sensiblemente, considerando todos los comercios adheridos a la plataforma. Hubo crecimientos específicos en determinados comercios o categorías. Hoy muchos locales están cerrados", detallan en un comunicado.

En medio de avenida Corrientes vacía un repartidos espera un pedido en la puerta de un local de comidas

Eugenio Rivas también es venezolano, vive en una residencia en Palermo y sale a trabajar con su bicicleta todos los días para Pedidos Ya. Nota la diferencia en el volumen de trabajo desde que empezó la cuarentena, y también en el trato de la gente. "La semana pasada, uno de los días que llovió, hice un montón de viajes. En una de las entregas me atendió un chico, y como me vio todo mojado me regaló una toalla. Pero hay mucha gente que tiene miedo y te pide que dejes el paquete en el suelo", cuenta Eugenio, que realiza por día unos 20 viajes en bicicleta. ¿Miedo de contagiarme? "Hay que pagar el pan, y las cuentas. Me cuido siempre, pero uno sabe que el riesgo siempre está".

Huevos a la cabeza

Entre los productos más pedidos en la categoría supermercado se encuentran: huevos, queso, jamón, leche y manteca; mientras que en la categoría farmacia, la mayor demanda es de alcohol en gel, alcohol etílico, desinfectante en aerosol, termómetros y guantes de látex.

Jorge González tiene 25 años y trabaja como repartidor independiente para una empresa de delivery desde hace un mes, después de haber perdido su trabajo como encargado de un predio donde se alquilaban canchas de fútbol. Jorge trabaja en dos turnos: cuatro horas por la mañana y otras cuatro por la tarde, y dice que, en promedio, realiza entre 20 y 22 entregas por día. No usa guantes. Pero sí barbijo, aunque por estos días no lo lleva puesto porque está esperando a que llegue la reposición. La empresa para la que trabaja también le provee alcohol en gel, que "religiosamente" se frota por las manos antes y después de cada entrega.

Supermercado y farmacia, coincide González, son los rubros más solicitados. Lo confirman luego desde Pedidos Ya, que estiman que en los últimos días las ventas en esos rubros se triplicaron. También confirman a LA NACION que la flota actual, compuesta por unos 9000 repartidores, está en movimiento constante. Dicen que la demanda aumenta mes a mes, y lo que más se nota es el crecimiento en la frecuencia de uso por parte de los usuarios.

"Hoy por primera vez llevé huevos de Pascua -cuenta González a modo de novedad-. Y ayer a una chica que creo estaba embarazada le dejé un pote de dulce de leche", dice el hombre, que confiesa que jamás imaginó que ser repartidor de delivery podría ser calificado como un servicio esencial. No solamente porque así fue reconocido en el DNU firmado por Alberto Fernández a comienzos de la cuarentena, donde esta actividad formó parte de las primeras diez a las que se les otorgó una excepción. También, dice González, el reconocimiento llega de parte de la gente.

"Muchos te agradecen que estés trabajando. Que salgas a la calle por ellos. A veces no te lo dicen pero uno lo siente en el trato, o en la propina que te dejan, porque el que puede se solidariza y te da un poco más. Son pocos, pero lo valoro mucho porque son momentos difíciles para todos. Después, la mayoría solo te dice gracias y trata de agarrar el pedido lo más rápido posible y meterse en casa otra vez", admite.

Personal shopper

Desde que comenzó la cuarentena, el hombre nota que el trabajo aumenta día a día, y como su sueldo de repartidor es el único ingreso actual en la familia no evalúa la posibilidad de quedarse en su casa. Asegura que no puede detenerse a pensar si corre riesgo y tiene más chances de contagiarse por estar todo el día en la calle. "Tengo una nena de 5 años y mi mujer está embarazada. Cumplo con todas las medidas de higiene y distanciamiento. Pero si yo no salgo en mi casa no entra un peso. ¿Y qué hago?", se lamenta González, que agradece tener una moto y poder salir a trabajar.

"En Rappi observamos un incremento en la demanda de pedidos realizados tanto en supermercados como en farmacias, donde los pedidos se cuadruplicaron. Además, se incrementaron los pedidos en el servicio de mensajería de la aplicación, utilizado mayormente para realizar envíos o mandados a familiares", explican los voceros de esa compañía, que cuenta con unos 2000 repartidores, a los que les entregó kits de guantes, barbijos y alcohol en gel.

Esta plataforma también ofrece el servicio de personal shopper. Cuando un usuario realiza la compra, la persona que concurre al supermercado asesora al cliente. Es quien selecciona los productos en el supermercado y, de ser necesario, se contacta con el usuario vía chat dentro de la aplicación. "Si un producto solicitado está agotado, le avisa y le ofrece un sustituto; si unas frutas no están en el nivel de maduración solicitado, le envía una foto para corroborar si de todos modos la desea; y si la persona se olvidó de solicitar un producto, puede coméntarselo al personal shopper mientras selecciona los productos", informan desde Rappi..