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Renuncia ministro mexicano por ejército en puertos

El entonces secretario de Comunicaciones y Transportes de México, Javier Jiménez Espriú, habla con residentes de San Nicolás Tlaminca mientras protestan contra la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México cerca de su comunidad el 10 de octubre de 2018. (AP Foto/Marco Ugarte)

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Javier Jiménez Espriú presentó su dimisión como secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT) de México por diferencias con la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de poner a militares a cargo de los puertos del país, anunció el jueves el mandatario.

López Obrador dio a conocer la renuncia en un inusual video subido a sus redes sociales grabado junto a Jiménez Espriú y a la persona encargada de sustituirle, el ingeniero Jorge Arganis Díaz Leal, quien ya trabajó con él cuando era jefe de gobierno de Ciudad de México.

El pasado viernes el presidente anunció que las aduanas terrestres y marítimas así como los puertos de México pasarían a manos del ejército y la marina para rescatarlas de la corrupción, que haya seguridad y se evite la introducción de drogas y armas.

Jiménez Espriú sostenía, sin embargo, que los más del centenar de puertos del país debían seguir operados por un mando civil.

“Lamento profundamente no haber tenido éxito en transmitirle mi convicción y mi preocupación sobre la grave transcendencia que considero tiene esta medida para el presente y el futuro de México, tanto en lo económico como en los político”, indico el exfuncionario en su carta de renuncia sin dar mayores explicaciones.

La decisión de “rescatar las aduanas” -en palabras del presidente- supone dar nuevas funciones a las fuerzas armadas que, desde que López Obrador llegó al poder, acumulan cada vez más tareas, desde la construcción de grandes infraestructuras, al cultivo de árboles.

Este aumento del poder militar y el cambio de las leyes necesarias para permitirlo -por ejemplo las modificaciones normativas para que realicen labores de policía- ha sido objeto de críticas por diversas organizaciones de derechos humanos, incluida la ONU, pero la fe de López Obrador en el ejército y la marina ha sido férrea.

“Yo creo que por la circunstancia actual, por la corrupción que prevalece en los puertos, en las aduanas y últimamente también por la entrada de contrabando y droga por los puertos, necesitamos, además de buena administración, seguridad”, indicó.

Ante su preocupación por la entrada de fentanilo por los puertos del Pacífico y la violencia que conlleva el trasiego de droga, el presidente consideró que la marina “va a poner orden”.

El columnista Ricardo Raphael, adelantándose a la renuncia del secretario, se refirió en su columna de “El Universal” del jueves a la pugna existente entre el poder civil y el militar y señaló que Jiménez Espriú no estaba dispuesto “a convertirse en un empleado menor de las secretarías de la Defensa y la Marina”.

Además, cuestionó que la disciplina castrense sea “un antídoto perfecto para los peores males del país” y puso como ejemplo que los dos puertos más penetrados por el crimen organizado durante la administración anterior, el de Manzanillo y el de Lázaro Cárdenas, ambos en el Pacífico, estaban dirigidos por marinos.

"Jiménez Espriú podría preguntarle a su jefe por qué cree que la medicina militar sí va a servir en esta ocasión" cuando en el pasado, las cosas empeoraron bajo el mando de la Marina, agregó.

En junio de 2019, ya había dimitido Tonatiuh Guillén, el primer jefe del Instituto Nacional de Migración, por circunstancias similares, cuando México estaba en plena crisis migratoria con Estados Unidos y aceptó endurecer su política migratoria para evitar la imposición de aranceles. En ese momento, el gobierno de López Obrador había iniciado no solo el despliegue de la Guardia Nacional para contener a los migrantes sino la sustitución de varios jefes locales del INM por militares en activo o en retiro.

Pero también ha habido discrepancias y renuncias en el seno del gabinete por otros motivos desde diciembre de 2018, cuando el mandatario llegó al poder.

La más sonada tuvo lugar en julio de 2019, cuando Carlos Urzúa dejó su cargo como secretario de Hacienda al considerar “inaceptable” el nombramiento de funcionarios no capacitados impuestos por “personajes influyentes” y por decisiones de política pública que se tomaron “sin el suficiente sustento”. También criticó la política de austeridad iniciada por el gobierno.

Previamente, habían dejado su puesto la entonces secretaría de Medio Ambiente Josefa González Blanco, y el responsable del Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), el principal sistema de salud pública de México, Germán Martínez.

Más recientemente, ya en 2020, dimitió la responsable del organismo encargado de luchar contra la discriminación y la titular de atención a víctimas, renuncias que el presidente atribuyó a una falta de compromiso con la transformación que él lidera.

Jiménez Espriú, pese a las diferencias de criterio sobre otorgar más poder a los militares, dijo seguir comprometido con esos cambios, la llamada “cuarta transformación”. De hecho, apoyó que se cancelara la construcción del aeropuerto de la Ciudad de México diseñado durante la administración anterior y que se iniciara el proyecto del actual, en la base militar de Santa Lucía.

La SCT había sido un gran foco de denuncias de corrupción durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) pero Jímenez Espriú, en el video conjunto con el presidente y su sucesor, dijo entregarla ya sin ese lastre.