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Remozan un estadio grande en una ciudad chica que nunca ha tenido fútbol profesional

La Paz (Honduras), 2 sep (EFE).- Un estadio construido hace más de 30 años, con capacidad para 25.000 espectadores, en una ciudad hondureña de 53.000 habitantes, y que durante varios años estuvo abandonado, reabrirá con una cancha artificial, aunque su población lamenta no haber tenido nunca un equipo en la primera división.

El estadio, con el nombre de Roberto Suazo Córdova, quien fue presidente de Honduras del 27 enero de 1982 al 27 de enero de 1986, fue construido en su natal ciudad de La Paz, departamento del mismo nombre, en la región occidental del país.

La remodelación del estadio, que hasta 2015 llevó el nombre de "Modesto Rodas Alvarado", un líder político ya fallecido del opositor Partido Liberal de Honduras, bajo cuya bandera Suazo Córdova llegó al poder, comenzó a inicios de febrero, pero los trabajos fueron suspendidos en marzo a causa de la pandemia de COVID-19, que también ha paralizado al fútbol hondureño.

BURROS Y VACAS PASTARON EN EL ESTADIO

El abandono del estadio, cuya grama fue descuidada por la falta de agua que desde hace muchos años ha sufrido La Paz, llegó al grado de que en algún momento burros y vacas pastaron en la instalación deportiva que, en tamaño, es la tercera más grande del país.

Los estadios más grandes de Honduras son el Nacional, de Tegucigalpa, ciudad con 1,5 millones de habitantes, con capacidad para 30.000 espectadores, y el Olímpico Metropolitano, de San Pedro Sula, con un millón de ciudadanos, en el que caben 40.000 personas.

"Eso es algo que nunca fue cierto, antes se hablaba de eso porque en la parte exterior del estadio, donde antes se conocía como La Sabana, alguna gente pastoreaba animales", dijo a Efe el alcalde de La Paz, José Aníbal Flores, al intentar negar el hecho de que en algún momento burros y vacas comieron de la poca grama que tuvo el estadio, aunque eso no fue frecuente.

Agregó que el estadio, construido por su "gran amigo" Suazo Córdova, fallecido en 2018 a los 91 años, "siempre tuvo portones, pero sí estuvo en total abandono durante muchos años".

"Pero ese abandono es pasado", señaló Flores, al explicar que, mediante un programa gubernamental de construcción de parques, y un aporte minoritario de la Alcaldía de La Paz, esta semana se está terminando de instalar la grama artificial, a un coste global de ocho millones de lempiras (unos 323.000 dólares).

En principio, el proyecto solo incluye la instalación de la grama sintética, pero según dijo Flores, luego se buscará con la empresa privada mejorar los camerinos, las gradas y paredes en las que hay grietas, y el alumbrado para que se puedan jugar partidos nocturnos.

En algunas de las paredes externas del estadio hay agujeros que, según vecinos, son producto del vandalismo de algunos pobladores, entre ellos estudiantes de colegios.

Hay orificios en los bloques de cemento que sirven de nido a varias especies de pájaros en el estadio, que está siendo remozado en tiempos de confinamiento, que no hay fútbol, ni otros deportes colectivos por la COVID-19.

Flores espera que a partir de ahora se puedan disputar partidos de la primera división, incluso internacionales, y que el estadio le sirva a los jóvenes y veteranos para que jueguen sobre una buena grama que siempre han merecido.

SUAZO CÓRDOVA QUERÍA ALGO MÁS PEQUEÑO

Efe conoció durante el mandato de Suazo Córdova, que él quería para La Paz, una instalación deportiva más pequeña, pero el entonces ministro de Obras Públicas, Carlos Handal, para congratularse con su amigo gobernante, decidió construir la monumental obra.

Diversos sectores criticaron en su momento a Suazo Córdova por la construcción de un estadio tan grande para La Paz, cuando la ciudad tenía otras necesidades.

El alcalde Flores indicó que la obra quizá fue muy grande cuando fue construida, para una ciudad pequeña como La Paz, que "ha crecido mucho" desde 1986.

El estadio, con sólidas columnas de cemento y hierro, se construyó en un terreno de unos 15.200 metros cuadrados, y su tamaño obedeció, según Flores, a "la visión de futuro" de Suazo Córdova.

Con la grama artificial, "el estadio ha recuperado el color verde que tanto necesitaba y, La Paz, que siempre ha tenido fútbol, aunque en ligas menores, ahora buscará un proyecto para volver a tener un equipo en la segunda división y luego en primera", acotó Flores.

LA GENTE ESTÁ MOTIVADA CON LA REMODELACIÓN

El encargado del mantenimiento del estadio, Said Omar Moreno, dijo a Efe que "la gente está muy motivada, principalmente la juventud".

"Es una alegría inmensa de todos los paceños, porque aquí hay gente futbolera, lo que pasa es que no hemos tenido apoyo, el deporte ha estado olvidado en esta ciudad", subrayó.

Moreno recordó que La Paz y la vecina ciudad de Marcala, tuvieron un equipo en la segunda división, que jugaban en el Estadio Roberto Suazo Córdova, pero los dos descendieron hace unos cinco años.

El estadio se ha venido utilizando para partidos de la Liga de Veteranos y la federada Mayor A, además de campeonatos estudiantiles.

Moreno indicó que en los primeros años el estadio estuvo abandonado, pero que la cancha, con sus malas condiciones, ha tenido uso.

Indicó además que solo dos veces, en actos religiosos, con unas 25.000 personas en las gradas y 5.000 en sillas instaladas en la cancha del estadio, en el que en dos sectores de tendidos populares destaca en blanco el nombre del "Boca Juniors", de Argentina, ha sido llenado.

EQUIPOS DE PRIMERA DIVISIÓN JUGARON PARTIDOS AMISTOSOS

El alcalde de La Paz recordó que en algunas ocasiones, principalmente en las ferias de la ciudad, equipos como el Motagua, de Tegucigalpa, y Real España, de San Pedro Sula, de la primera división del fútbol hondureño, jugaron partidos amistosos con el Municipal Paceño, cuando pertenecía a la segunda división.

En uno de esos juegos amistosos, el San Francisco de Yarumela, del pueblo vecino de La Paz, se enfrentó al Motagua, entonces dirigido por Ramón Enrique 'Primitivo' Maradiaga, exmundialista de España 1982.

Así lo dijo a Efe Eblyn Corea, quien era el portero del San Francisco de Yarumela, y ahora trabajaba con la Municipalidad de La Paz, además de recordar una paliza que les propinó el Motagua.

Corea indicó que ese juego, a inicios del presente siglo, "se jugó en una cancha en muy malas condiciones, en la pura tierra, y que ahora, con la nueva grama artificial, espera volver a jugar con los veteranos de La Paz, o los mismos del Motagua de aquellos años.

Aquel Motagua llegó a La Paz con figuras como Iván Guerrero, defensa, y Jairo Martínez, delantero, que venían de haber jugado entre 2000 y 2002 con el Coventry, de Inglaterra, añadió.

Corea no recuerda, "de tantos que fueron", los goles que le anotaron ese día, pero sí "uno espectacular, de tijereta", que le hizo el portero del Motagua, Noel Valladares, que jugó el primer tiempo en la portería y el segundo como delantero.

La nueva cancha del Roberto Suazo Córdova también hará olvidar a Corea y otros jugadores, veteranos y jóvenes, "los charcos" que se formaban en las porterías cuando llovía en La Paz.

Germán Reyes

(c) Agencia EFE