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El remo y una disputa de poder sin fin: a Brian Rosso le quitaron la beca del Enard

El panorama es poco claro y los desencuentros entre la Asociación Argentina de Remeros Aficionados (AARA) y Brian Rosso parecen no tener fin. Idas y venidas y una lucha de poderes que augura nuevos capítulos de una historia dolorosa. Primero, el atleta fue suspendido por seis meses de los seleccionados nacionales, y ahora le avisaron que no recibirá más la beca de parte del Enard. "Hoy tengo ganas de dejar de remar y de representar a mi país. Esto me destruyó", dice Rosso.

La novela tiene un trasfondo que acumula varias semanas. ¿Por qué la AARA le aplicó un castigo tan duro? El motivo de la sanción surgió por las diferencias que tuvo el deportista con los dirigentes durante una concentración del seleccionado argentino de remo en la localidad de Tafí del Valle, Tucumán, a fines de febrero. El atleta, de 32 años, fue señalado por "no trabajar en equipo" y "desobedecer las órdenes de los entrenadores", sostuvo esta entidad a LA NACION. "A dicha indisciplina se sumó la falta de respeto y destrato a los entrenadores a cargo", añaden. Asimismo, en el medio de un problema logístico, desde la AARA aducen que Rosso no aceptó regresar a entrenar en Buenos Aires o Mar del Plata, tal como se lo habían pedido. "Hace lo que quiere", dijeron. Siempre según un acta de la Asociación, "el Director Técnico Nacional Santiago Fernández informó que el único problema existente es la conducta de Brian Rosso. Los entrenadores en el lugar indican que el mismo no trabaja en equipo y no cumple las consignas". En un sinfín de versiones que van y vienen, el marplatense asegura: "Los entrenadores no querían que me vaya del lugar".

Rosso fue notificado de su "exclusión de los seleccionados nacionales" a través de una carta. La sanción fue impuesta desde el 10 de marzo al 10 de septiembre. Y la decisión se tomó 20 días antes del Preolímpico clasificatorio a los Juegos de Tokio (luego se postergaron esa competencia y los Juegos por la pandemia de coronavirus). "Lejos, el peor momento de mi vida. Me arruinaron", había dicho el deportista en aquel momento. Varios de sus compañeros y ex compañeros del seleccionado coinciden en una apreciación: "Desde la dirigencia siempre aparecen palos en la rueda".

Rosso, especialista en single scull, se defiende. "Yo estaba lesionado en el cuello, lo expliqué todo. Presenté un certificado médico, presenté un certificado de mi masajista. Una semana llegué a tomar 16 pastillas de diclofenac para intentar acelerar los procesos de recuperación. Es más, en Tucumán practiqué con esos dolores, pero después no podía ni girar el cuello. No hay una rebeldía ni nada por el estilo. Todo el tiempo hago lo imposible por mejorar mi rendimiento, jamás haría algo para no rendir en el agua. Mi vida es entrenar y representar al país", explica a LA NACION. "Estoy tratando de abrir diálogo por la sanción de Tafí del Valle, pero la verdad que es muy complicado con la Asociación. Es llamativo, siempre que publico algo en las redes sociales, al rato me llega otro golpe. Hay algo raro atrás de la dirigencia", añade.

Ese otro golpe, el nuevo mazazo, llegó ayer. En 2019, el marplatense ganó la medalla de oro en cuádruple par y la de bronce en single scull en los Juegos Panamericanos de Lima, por lo que es un atleta becado. En este contexto, el ENARD, en las últimas horas, determinó que le entregará un subsidio a los deportistas becados activos, un monto excepcional y único de 10.000 pesos para paliar la situación de aislamiento preventivo dictaminada por el gobierno nacional. Así, el 26 de marzo al mediodía, Rosso tomó la decisión de donar esa suma de dinero al municipio de General Pueyrredón para colaborar en la batalla contra el covid-19. "Es un gesto, ellos siempre me apoyaron", cuenta.

Pero a las cuatro horas de haberlo comunicado, al remero le llegó un email del Enard, avisándole que la beca que él recibe por ser medallista panamericano será "suspendida". Y claro, tampoco percibirá el subsidio excepcional. "No lo esperaba. Fui lastimado con la suspensión antes de tratar de clasificar a Tokio 2020, y ahora desde AARA van por el tema económico. Esos 24.000 pesos los uso para comprar mi comida de los entrenamientos o elementos para el bote. Ya de por sí el monto es bajo, y ahora con esta nueva noticia pienso que hay algo atrás de lo que no me estoy enterando. Hoy tengo ganas de dejar de remar y de representar a mi país. Sigo entrenando pero no sé con qué rumbo, porque esto me destruyó", indicó desde Mar del Plata el singlista olímpico en Río de Janeiro 2016, que igualmente cumplirá con la idea de ayudar a su municipio.

Desde el Enard le explicaron a este diario que las federaciones tienen la potestad de pedir la baja de una beca si un deportista es sancionado. De hecho, la AARA solicitó la "baja total de la beca de Rosso", remarcan. Aunque desde el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo esperan una apelación de Rosso. "Por eso la beca fue suspendida y no cancelada. No es lo mismo", aclaran. Es decir, la decisión de ir contra el remero corrió por cuenta y orden de las autoridades del remo. "A Santiago Fernández, el DTN (Director Técnico Nacional), lo echaron el mismo día que a mí", dice Rosso. Aquí surge otra cuestión que diferencian desde el Enard: "La AARA también solicitó la baja total de la beca de Fernández, y fue otorgada".

"Es cierto, hablé con la persona del Enard que me mandó el email y me dijo que son cosas de estatuto. Que cuando a alguien se lo sanciona la federación puede pedir que se le retire la beca. En ese momento le dije: 'Si es así, dejo de remar'. Porque mi sueño es ir a los Juegos Olímpicos. Y es imposible hacerlo si tu país no te apoya", esgrime Rosso, quien además trabaja de guardavidas en su ciudad durante cinco meses al año. "Es otra de mis pasiones", revela el ganador de dos medallas de bronce en Toronto 2015.

En estos días, en cuarentena, el remero entrena en su departamento, en Mar del Plata. A su vez, confiesa que habla muy poco del tema con su hermano Cristian, otro de los integrantes del seleccionado argentino. "Se charla, sí, pero no quiero que lo afecte. Es doloroso, en remo ya pasaron muchas de estas cosas, y sé que se hace un daño muy fuerte. Yo soy grande y me quiero hacer cargo de todo".

Rosso, además, cree que lo que vendrá es un efecto cascada. "Con el tema de la postergación de Tokio 2020 muchos en mi entorno imaginaron que mi sanción ya no iba a tener validez. Pero ahí mismo empecé a imaginar que el tema no iba a terminar ahí, porque esto de la beca es como decirme 'estamos atrás tuyo'. Además, al momento de publicarse la sanción, ellos explican que una vez terminada la pueden extender. Parece que no hay freno. Desde la Asociación me están sacando la plata que uso para remar. Y yo me la gané dignamente en Lima 2019".